Amores prohibidos

Amores prohibidos. José María Nieto Vigil

Amores prohibidos, amores de barra, es el estribillo de unas de las más exitosas cantantes españolas, vueltas al escenario afortunadamente para el disfrute de los amantes de la música de buen gusto, “Ella baila sola”. Sin embargo me refiero, lamentablemente, a una marcha fúnebre que nos acompaña, desde hace meses, años, en la relación incestuosa, obscena y execrable entre, por una parte el gobierno presidido por Pedro Sánchez y, de otra parte, el gobierno secesionista y traicionero de la Generalidad catalana al frente del cual está, manejado desde Waterloo, Pere Aragonés García. Una relación, por poderes, sin el consentimiento del pueblo español, soberano en todo lo que le afecte en su supuesta soberanía. Es un compromiso, cuyos derroteros serán los de la secesión y la independencia, amada por los valedores de la anti España.

Las declaraciones prematrimoniales de la pareja contrayente no dejan lugar a la duda, una complicidad ilegítima, ilegal y prohibida por el código civil, la Constitución española y el sentido común. La familia española, incluidos los catalanes, no están conformes con los acuerdos sellados y desconocidos para el interés general. No nos engañan, Cataluña es España, por mucho que se empecine el señor de la Moncloa en hacernos tragar tal humillación. No ha habido diálogo, se ha impuesto el criterio de los secesionistas que, lejos de hacer capitulaciones matrimoniales, han promovido una desventajosa separación de bienes. La unión es adúltera y ha profanado el estado de derecho basado en el imperio de la ley común, y ha mancillado el honor de todo un pueblo, el español.

En este enlace, contrario a derecho, desde la sombra, manejando los hilos del presunto diálogo cacareado por Pedro “el de las Mercedes”, ha actuado con felonía y su natural deslealtad, el prófugo y rebelde, Carles Puigdemont. Esta farsa, otra más en la larga Historia de España, es alentada por lo espurios intereses personales del lindo don Pedro y, de manera vil, por el traidor dedicado a la calumnia y difamación de nuestra Patria, huido y rebelde, ex presidente catalán. Toda esta ópera bufa montada entorno al llamado proceso catalán está condenada al fracaso más estrepitoso y sorojante que se pueda tolerar. El acuerdo pre matrimonial, del que no conocemos su contenido, es papel mojado, a la luz de las desvergonzadas declaraciones de los insumisos independentistas. Todo ello pese a esa carta de amor firmada por el ignominioso Oriol Junqueras, padrino de Pere Aragonés. Una burda mentira, una falsa promesa de fidelidad y lealtad al matrimonio desigual certificado, con fecha de caducidad, que será imposible que pueda perdurar en las actuales circunstancias.

En esas capitulaciones matrimoniales solo hay imposiciones de una de las partes. La de los traidores y secesionistas republicanos catalanes. No hay más alternativas ni asuntos que negociar que los de la unilateralidad de éstos. ¿Qué se puede negociar sin que a uno le asista el derecho? ¿Cómo se puede aceptar tales exigencias e imposiciones de los que están dispuestos a incumplir los “acuerdos” acordados? Es meridianamente imposible. ¿Qué gaitas hay que rubricar? Ya lo sabemos, para mayor escarnio y desprecio a la familia española, ninguna que se ajuste a la normalidad democrática. Es sencillamente un golpe de estado, maquillado y edulcorado, por quién debiera velar por los intereses generales. 

Los indultos llegarán –enésima concesión y claudicación- de manera inminente, como gesto agradecido y cariñoso del señor de la Moncloa. Más pronto que tarde, veremos pasearse  -ya lo vienen haciendo- a los delincuentes sentenciados por la sedición. Una tomadura de pelo y una astracanada más a sumar a toda una larga lista de despropósitos y falta de respeto ante el imperio de la ley. Sin escrúpulos, con prejuicios morales democráticos, se saltan a la torera el ordenamiento constitucional. Eso sí, con argumentaciones fatuas y huecas, que adolecen de un mínimo rigor jurídico. El estado de derecho se transforma en un estado de desecho, derrocado y mancillado, sin complejos y con una enorme dosis de soberbia y prepotencia política. ¿División de poderes? No me hagan reír ante la feria de las vanidades puesta en escena.

Tras los indultos, como dote aportada a la España humillada, se concederán más competencias de autogobierno e ingentes cantidades de recursos monetarios. La hacienda catalana, tan distinguida por su buena gestión en tiempos pretéritos, está sumida en una bancarrota provocada por los vicios y caprichos de los nazionalistas. Permanentemente, de forma reiterada y continuada, desde Madrid se han pagado las bacanales políticas de la timba independentista. Pero todavía hay más, más sumisión y genuflexión nacional, se intentará convocar un referéndum sobre el destino de aquellas provincias españolas, abandonadas a su suerte por los cuadrilleros del Consejo de Ministros. Tiempo al tiempo y, como decía mi madre, no cuentes al tiempo lo que el tiempo te contará. Qué verdad tantas veces cierta.

Así, en forma de aperitivo, la reunión con los empresarios catalanes, calladitos por si acaso, se inauguraron los esponsales de una coalición vomitiva y repugnante. Solamente faltó aquello que se canta en mitad de la fiesta de que se besen, que se besen. Pere le guiñaba con ojos tiernos a Pedro, Pedro, abrumado por tan cálida acogida, en justa correspondencia ponía carita de enamorado, mientras con una perorata infumable, dirigía su discursito de agradecimiento y elogiaba los nuevos tiempos que se avecinan. Yo, a título personal, espero que los españoles reaccionen, que no se de la callada por respuesta o, lo que es peor, no hagan nada al respecto. De momento, el próximo sábado tendrán la oportunidad de manifestarse rotundamente. En todas las ciudades de España deberían hacerlo de igual modo y en distintas convocatorias.

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