Artículos de este autor: Axel Seib

La impunidad como sistema de integración. Axel Seib

La impunidad como sistema de integración

La impunidad como sistema de integración

Pareciera que manifestarse tras la enésima violación por parte de ciertos sujetos protegidos, es poco menos que terrorismo. Y podría entender esa reacción desproporcionada si se nos aplicase a todos. Pero no parece ser el caso. De hecho, las patrullas vecinales de Sabadell se las tienen que ver con grupos de magrebíes que van a buscarlos con armas blancas. Y los medios y autoridades, previsiblemente, intentarán criminalizar a dichas patrullas, mientras los auténticos criminales buscan «proteger» su impunidad con armas.

Gila way of lying. Axel Seib

Gila way of lying

Con el presente artículo quisiera conseguir tres cosas. La primera y principal, dejar constancia que la defensa nacional es y debe ser una prioridad, por lo que toda inversión en nuestra seguridad, es más que bienvenida. Y si consiguiéramos un gasto del 10% del PIB en ello, mejor que mejor. Y me da igual como siente entre los amigos de la paz que quieren dejarnos un estado sin medios de defensa, pero pretenden que nuestros jóvenes vayan a la guerra. No son los pacifistas salidos de un mal anuncio de cerveza los destinatarios de mis consideraciones, únicamente una pared como otra cualquiera.

Lecciones del pasado. Axel Seib

Lecciones del pasado

Hay dos artículos de la Constitución de 1812 que siempre me han llamado poderosamente la atención. Artículos que merecen atención porque, creo, pueden revelarnos mucho sobre el presente. Y sé que puede parecer raro que un par de artículos constitucionales de hace dos siglos puedan iluminar fenómenos presentes. Pero así lo creo.

Va siendo hora de arremangarse. Axel Seib

Va siendo hora de arremangarse

Escribo las presentes líneas el jueves 12 de Junio, tras la comparecencia de Pedro Sánchez por la enésima filtración de la UCO que señala la corrupción que le rodea. Hablo del caso de Santos Cerdán. Uno más en una larga lista que no para de crecer. Pero Pedro no se da por aludido. La única palabra que mantiene Sánchez es la de pretender agotar la legislatura. Y me lo creo, cualquier otra persona con menos voluntad de poder o más vergüenza, habría dimitido hace meses y buscado una piedra bajo la que esconderse.

De sinvergüenzas y hooligans. Axel Seib

De sinvergüenzas y hooligans

Hoy podrán decir que soy algo perezoso porque mi artículo no desarrolla ninguna teoría. Y es cierto. Pero hemos llegado a tal punto en que lo único que me interesa, es denunciar hechos. Hechos por todos conocidos, pero que hemos normalizado. Pero espero que, leídos en conjunto, despierten alguna conciencia sobre el momento crítico que vivimos.

Las élites que no tenemos. Axel Seib

Las élites que no tenemos

¿Mi tesis? España no tiene unas élites orgánicas capaces de articular y dirigir las fuerzas de la nación  en pro de su propio ser nacional y bienestar. O el bien común, si se prefiere. No tenemos una serie de individuos que representen la voluntad y el genio de cada grupo y clase de forma natural.

Bienestar, trabajo y otros avatares, mercancía para los de los fulares. Axel Seib

Bienestar, trabajo y otros avatares, mercancía para los de los fulares

Los sindicatos del sistema, léase CCOO y UGT(aunque no son los únicos), se han encargado celosamente de destruir cualquier posibilidad de estabilidad y seguridad para los trabajadores más jóvenes. Eso sí, a cambio de salvar mínimamente los muebles de los trabajadores más veteranos. Tampoco siempre, no nos vamos a engañar, porque quien estafa al hijo también es probable que enrede al padre. Aunque por lo general, el sindicalismo sistémico se ha basado en destruir el futuro de muchos para salvar algunos culos del ayer. Gran estrategia.

El patriotismo constitucional como ocaso de la Nación. Axel Seib

El patriotismo constitucional como ocaso de la Nación

De mis tiempos como estudiante universitario recuerdo tratar de Jürgen Habermas. Y especialmente de su rol como vanguardia del «patriotismo constitucional». No es su única labor en sociología, pero es su posición más conocida. De hecho, no dudó en mostrarse cercano a Macron en 2017 por el miedo eterno a un gobierno de Le Pen. Y como acérrimo defensor de la Unión Europea y deseoso de la desaparición de los estados-nación, no se podía esperar menos.

El estado no está derecho, ni hay Estado de derecho. Axel Seib

El estado no está derecho, ni hay Estado de derecho

Hay muy malas señales y multitud de síntomas que demuestran que el Estado de derecho en España está ya mucho más que «ligeramente dañado». No hay pequeñas disfuncionalidades propias de cualquier sistema. No vivimos ya en un entorno político y legal en el que la excepcionalidad es un pequeño destello de corrupción humana que siempre aparece en cualquier organización social, pero que el propio sistema intenta combatir. Ya no es el caso. Hace tiempo que hemos entrado en una caída en barrena.

Un tren llamado robo con violencia. Axel Seib

Un tren llamado robo con violencia

Creo que muchos hemos podido ver en RRSS la tabla de los 20 municipios con mayor tasa de robos con violencia e intimidación en España en el año 2023. 14 municipios catalanes en una lista de 20. Y encabeza Barcelona con mucha diferencia. Madrid, que aparece en la lista, se queda en la posición 20. Si no fuera tan lamentable, me habría gustado decir que Barcelona ha barrido a Madrid. Pero no es encabezar dicha lista algo de lo que estar orgulloso.

Un repaso por el caos para poner orden. Axel Seib

Un repaso por el caos para poner orden

En la UE llevamos años viviendo al borde del abismo. A veces de verdad, otras muchas por indigestión de propaganda institucional. La última, la fantasiosa invasión rusa, los kits de supervivencia y el plan de rearme.

Psicología del mártir de pega. Axel Seib

Psicología del mártir de pega

Sin justificar el terrorismo, es más, condenándolo enérgicamente, hay cierto tipo de terrorismo con el que estamos familiarizados. Terrorismo que de una forma remota, puede resultar más coherente que otro. Y me refiero al clásico terrorismo, normalmente irredentista, que hemos conocido en muchas formas y lugares. Y repito que no lo justifico.

Europa contra Occidente

Europa contra Occidente

Como español, me rechina bastante el término «occidental» por varios motivos. Uno de ellos es su carácter vago e impreciso que puede tratar como occidental a un polaco o a un californiano sin ningún reparo. Aunque eso demuestra que cualquiera puede ser occidental si se asumen los postulados anglosajones.

El día después de la batalla

El día después de la batalla

Si no fuera un tema tan serio y que ha supuesto tanta sangre inocente y sufrimiento, sería hilarante pensar que los europeos, una vez más, nos metimos en un guerra a disgusto y en forma de proveedores cuestionables, total, para ser del bando perdedor. Porque incluso EEUU gana en forma de dejar de perder. Pero después de la situación lamentable en que se deja a Ucrania, los siguientes que quedan en peor posición, somos los miembros de la UE.

Corporativismo predador español

Corporativismo predador español

Son los de arriba, esa élite predadora, los responsables del negro porvenir que nos acecha. Y aunque creamos que están divididos y enfrentados, nada más lejos de la realidad. Ya lo he dicho, son sombras chinescas, peleas de actores mediocres con manotazos al aire. Actúan de forma corporativa. Se saben y reconocen como lo mismo. Porque son lo mismo.

No hay trabajo, hay trabajadores

No hay trabajo, hay trabajadores

Lo siento, soy incapaz de reducir el concepto de trabajador a asalariado. Considero los términos marxistas como superados. No son términos completamente inútiles, pero han quedado desfasados y nacieron mancos. El materialismo histórico, aunque útil, es un cojo permanente en el análisis de la sociedad y del trabajo. O más bien del trabajador.

El peligro de la defensa

El peligro de la defensa

Vivimos tiempos confusos. Parece que turbas vociferando proclamas teocráticas de otra confesión durante la Navidad no es preocupante. Parece que enfrentamientos permanentes de jóvenes con la policía de forma burda y chulesca mientras sus madres ríen y jalean, no es una mala señal. Menos parece que esa tendencia de muchos terroristas a ser escondidos y protegidos por los vecinos de «barrios multiculturales», le quite el sueño a medios, estado y a sus dueños.

No es censura si lo dice el jefe

No es censura si lo dice el jefe

Ya sabíamos de la voluntad del gobierno español de controlar la información. Las «agencias verificadoras» de sus amigos parecen no dar abasto o, directamente, estar desprestigiadas y rotas. Así que no les quedaba más remedio que intentar diseñar una ley para controlar la información directamente. Ellos lo llamarán luchar contra los bulos y buscar la veracidad. Y afortunadamente vivimos en una supuesta democracia, porque la misma medida en cualquier otro sistema en que no hubiera un concurso de popularidad cada cuatro años, sería censura.

Los zapatos socialistas del mandamás. Axel Seib

Los zapatos socialistas del mandamás

Recientemente pude ver un pequeño vídeo sobre un acto que hizo un diputado catalán en 2021 no muy lejos de Barcelona. No diré el nombre del diputado en cuestión, por respeto, además de por producirme urticaria saber que personajillos así tienen cabida como representación de la soberanía nacional. Pero diremos que es un sujeto bien cebado y de apellido muy acorde a su personalidad.

La familia contra el estado. Axel Seib

La familia contra el estado

No quiero que se confunda el sentido del título. No voy a tratar de la familia como un agente enemigo del estado. Ni mucho menos como una organización social que haya tomado la iniciativa primera para atacar al estado. En ese sentido, el título sería al contrario. Que es realmente como muchos lo plantearían. «El estado contra la familia». Y si, tienen completa razón. Es el estado, especialmente el contemporáneo, el que toma un rol de atacante permanente contra la familia.

Thorstein Veblen tenía razón. Axel Seib

Thorstein Veblen tenía razón

¿Qué diferencia hay entre el inversor de la marca que produce en Pakistán pero mañana en Bangladesh si sale más barato y quien controla el tráfico de alguna sustancia en una comarca determinada? Ambos viven cómoda y pasivamente a costa de la clase productiva. Ambos obtienen sus rentas del trabajo y consumo de las clases productivas. Sea produciendo y comprando vaqueros o cocaína.

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