Inmigración y natalidad

Inmigración y natalidad. Alejandro Macarrón

¿Podemos soslayar el declive demográfico “autóctono” sin más natalidad y solo con inmigración extranjera? Solo parcialmente.

La experiencia internacional y nacional indica que la inmigración bien gestionada puede ser una valiosa parte de la solución al problema demográfico autóctono por falta de bebés. Pero no basta.No podemos fiar toda la solución a la inmigración por razones claras:

• En el mundo actual hay una oferta potencialmente ilimitada de mano de obra poco cualificada, pero no de la cualificada. Y necesitaríamos de ambos tipos.

• ¿Y si vienen y se quedan demasiados inmigrantes para lo que necesita el mercado laboral (eso pasa en España desde 2008, como certifica la EPA, vistas las abultadas tasas de paro de los españoles, y mucho más las de los inmigrantes, en la última década)? 

• ¿Y si muchos de los que vienen se integran mal por razones de índole sociocultural

• ¿Y si no llegan suficientes inmigrantes con la cualificación necesitada (si los países emisores van mejor, y/o porque los países desarrollados compitamos por atraerlos)

La inmigración que tenemos, por su menor cualificación y mucho mayor paro, aporta muy poco en impuestos y cotizaciones sociales.También envejece y cobrará pensiones.

En otros aspectos no económicos del declive demográfico, como la escasez de hermanos, o la vejez en soledad por falta de hijos / nietos, tampoco los inmigrantes son la solución.

Ah, muy importante: no mezclar inmigración con auxilio humanitario a los auténticos refugiados, salvo excepciones razonables. La gestión de la inmigración debe ser win-win entre nacionales y foráneos, y ayudar al perseguido / en grave peligro es obligación moral.

Para un  repunte suficiente la natalidad se necesitarían cinco grandes cosas, más una.

  1. Concienciar a la población y las élites–políticas, intelectuales, mediáticas, de la sociedad civil- de la gravedad del problema demográfico y de sociedad que origina la baja natalidad, dejando el tema fuera de la lucha partidista / ideológica.
  2. Estudiar a fondo el problema para comprender bien sus causas, qué implica de verdad, y sus mejores soluciones, con datos, rigor y sin prejuicios ideológicos. 
  3. Hacer del aumento de la natalidad una de las primeras prioridades nacionales / regionales / locales (y europeas). Sin ello, no se hará lo suficiente.
  4. Adoptar medidas fiscales de incentivo económico a la natalidad, que impliquen la compensación a las familias de una parte muy significativa del coste completo de tener y criar hijos, y que descarguen a las empresas del coste de que sus empleados tengan hijos. Esas medidas no deben ser solo para mujeres “trabajadoras”, ni omitir al padre.
  5. Un cambio cultural, de valores sociales leyes, a favor de la natalidad /maternidad / paternidad y de lo que favorece que haya más niños (como la estabilidad familiar, que queramos tener los hijos de más jóvenes, devolver el prestigio a madres y padres).

Y muy importante: no dejar todo esto solo en manos del Estado. Es cosa de toda la sociedad, mujeres y varones.

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