Las basuras artísticas modernas

El arte realista e hiperrealista como recuperación de la belleza frente a las basuras de la modernidad

El realismo es una forma de expresión en la que se retienen las impresiones básicas de la existencialidad, además de relatar e interpretar la realidad que se esconde debajo de la apariencia de las cosas. Alarte realista se le considera aquél estilo de arte que intenta representar y exponer temas que estén conformes con las reglas empíricas y seculares, es decir, este estilo de arte representa obras en las cuales sus contenidos pueden explicarse por causas naturales y que no haya ningún tipo de participación divina o sobrenatural. Es por esta razón por la cual al arte realista se le considera una realidad muy objetiva tanto del artista como de la persona que observe dicha obra y por lo tanto carece de cualquier conclusión idealista o cualquier forma de embellecimiento.

El realismo puede hallarse en diversas etapas del arte, incluso en formas tan antiguas como las pinturas rupestres de las cuevas de Altamira, en donde bisontes prehistóricos eran pintados en su máxima complejidad de detalle, aprovechando incluso la forma de las rocas para brindar al espectador una sensación tridimensional de la obra.

Esto está presente también en numerosas formas de esculturas griegas y romanas antiguas, así como en cierta pintura medieval que, heredera de esta tradición, procuró representar el sufrimiento de sus santos y mártires de la manera más realista posible.

El renacimiento, en su afán de centrar su mirada sobre el hombre, impondría también el realismo como una forma imperante en la escultura y la pintura, a pesar de que sus motivos serían heroicos y mitológicos.

Quisiera destacar las maravillosas obras de los pintores realistas rusos del siglo XIX.

A lo largo de su historia, entre las filas de los artistas llamados “itinerantes” figuraron casi todos los pintores rusos destacados de la segunda mitad del siglo XIX: Iván Kramskói, Iliá Repin, Vasili Súrikov, Vasili Perov, Nikolái Gue, Nikolái Yaroshenko, Vasili Polénov, Alexéi Savrásov, Iván Shishkin y Víktor Vasnetsov, entre otros.

En aquella época, los años sesenta y setenta del siglo XIX, la carga ideológica del arte se valoraba más que la estética. Tal vez el pintor más crítico de la sociedad fue Vasili Perov, con su Té en Mytischi. Algunos lienzos de Perov son de contenido verdaderamente trágico como La troika y Viejos padres en la tumba de su hijo.

El arte que cultivaban los rebeldes era un realismo a punto de transformarse en naturalismo en el que los pintores se dedicaban a presentar la imagen trágica de la realidad. Una sola historia independiente o una imagen representada en un cuadro abarcaba la vida entera de los grupos y clases sociales de la época.

Llegados al siglo XX y en contra de lo que se ha venido creyendo hasta ahora, el realismo ha permanecido siempre presente, de una u otra manera, por ejemplo, en la pintura norteamericana y europea, desde Eakins, Bellows y Homer, pasando por Vuillard, Bonnard, Schiele, Morandi, Hopper y Giacometti hasta Balthus, Lucian Freud y David Hockney. Proporciona aquellos contextos históricos, artísticos y críticos en los que la pintura dio un giro realista argumentando que la tradición occidental del realismo pictórico se renovó y modificó a partir de las múltiples influencias de la modernidad, las crisis políticas y las nuevas tecnologías visuales.

«El realismo del siglo XX es un arte no sólo afín a la vanguardia, sino muchas veces expresión de la misma vanguardia». «El realismo es esencialmente moderno porque vive de la luz y del tiempo». Sobre estas dos ideas rondó la intervención del crítico y catedrático de Historia del Arte, Francisco Calvo Serraller, que inauguró el curso El realismo en el arte contemporáneo en la Universidad de Verano de El Escorial en 1.993.

Calvo Serraller, en una exposición pormenorizada y muy didáctica, señaló cómo el realismo no es una cualidad esencial del arte, sino una muy específica del arte occidental, fiel heredero de la concepción clásica greco-latina, que concebía el arte como una imitación de la realidad. Es en esta época donde se implanta, según Calvo Serraller, la «idea de la jerarquización de la imitación». «Ya no es igual pintar cualquier tema y se establece una diferencia clara entre una pintura noble que selecciona respecto a la realidad y la innoble», señaló el crítico y catedrático, quien explicó que, con la llegada del arte como tal en el siglo XV, esta pintura imitativa de la realidad adquiere una transcendentalidad hasta entonces inexistente, debido a la aportación de dos criterios: «El artista no debe sólo imitar la realidad, sino que debe seleccionar las partes bellas, y, además, la obra debe tener un trasfondo moral importante.

Según el crítico de arte, esta crisis de la mera imitación de la realidad sólo se hace visible a partir de las vanguardias históricas del siglo XX. Sin embargo, Calvo Serraller explicó que ni las vanguardias del siglo XIX, -una de las cuales adoptó precisamente el título de realista- ni tampoco las del XX, en las que han seguido proliferando toda suerte de movimientos realistas, se han demostrado incompatibles con el realismo.

«La idea de enfrentar vanguardia y realismo es absurda; el arte realista del siglo XX no sólo es un arte afín a la vanguardia, sino muchas veces expresión de esa misma vanguardia; y el realismo es esencialmente moderno porque vive de la luz y el tiempo», fueron los tres mensajes que sirvieron de colofón a la intervención de Calvo Serraller.

La antológica en el Centro de Arte Reina Sofía del pintor realista español contemporáneo por excelencia, Antonio López, y las largas colas para visitarla -entre el 4 de mayo y el 7 de julio la vieron 267.932 personas- fue uno de los temas que surgió durante el coloquio posterior a la citada conferencia.

«El éxito de Antonio López viene encarrilado por el extranjero», dijo Calvo Serraller, quien recordó que ha sido la galería norteamericana Marlborough la que impulsó internacionalmente la obra del pintor manchego.

«La aceptación de la pintura de Antonio López por parte de la sociedad española es muy reciente. Sólo con la explosión artística de los años 80, en los que la sociedad española se abre al arte contemporáneo, se acepta y se valora no sólo la obra de Antonio López, sino también la de Antòni Tápies, Luis Gordillo, Eduardo Naranjo y otros».

VANGUARDISMO

El Vanguardismo se caracteriza por tener una actitud provocadora. Se publican manifiestos en los que se ataca todo lo producido anteriormente, que se deshecha por desfasado, al mismo tiempo que se reivindica lo original, lo lúdico, desafiando los modelos y valores existentes hasta el momento.

En esta corriente surgen diferentes ismos como el futurismo, dadaísmo, cubismo, constructivismo, surrealismo, … que son diversas corrientes vanguardistas con diferentes fundamentos estéticos, aunque con denominadores comunes:

– La lucha contra las tradiciones, procurando el ejercicio de la libertad individual y la innovación.

– Audacia y libertad de la forma.

– El carácter experimental y la rapidez con que se suceden las propuestas unas tras otras.

El realismo se debería haber dotado de ese vanguardismo sin perder sus características.

En el realismo no se tendrían que seguir dando pinturas de Reyes, de la nobleza o de la burguesía adinerada. Porque eso era más propio de siglos pasados.

Los artistas españoles deberían demostrar con sus creaciones que tienen conocimientos, capacidad, fuerza e ilusión, que pueden levantar conciencias, denunciar injusticias sociales, sublimar el mundo que les rodea o clamar por la belleza que nos envuelve.

La creatividad a la que aludo, es sinónimo del «pensamiento original», la «imaginación constructiva», el «pensamiento divergente» o el «pensamiento creativo».

La creatividad es una actitud compleja constituida por una serie de propiedades como la sensibilidad, originalidad, fantasía, espontaneidad, capacidad de reflexión, sentido crítico, etc.,  

Sólo quién tiene el hábito de interrogar a la naturaleza y a la sociedad, aprende de la naturaleza y la sociedad, el que no cuestiona nada, no ve nada y por lo tanto, el que no sabe nada, no es capaz de visualizar nada que valga la pena. 

Hoy la creatividad representa un tópico de fundamental interés para todo el mundo. Afortunadamente ha quedado desmitificada y se ha democratizado.

La creatividad no se debe a una inspiración divina. Hoy se va imponiendo un significado de creatividad más accesible para todos y sobre todo, una virtud susceptible de ser desarrollada.

Debemos valorar no sólo las grandes creaciones trascendentes y excepcionales, sino también las actividades cotidianas que son tan necesarias para la vida laboral, social e individual, porque vivir es ya de por sí un arte, el arte más complejo y más apasionante y el único necesario para todos los seres humanos, ya que la originalidad de un hombre brilla no en las cosas que hace, sino en el modo en que las hace.

Por eso el Realismo debería dotarse de creatividad, de originalidad.

Los artistas jóvenes deberían huir del conservadurismo, dejar de seguir a los artistas veteranos que no han sabido innovar.

El realismo sin que la mayoría se haya dado cuenta se ha acompañado de otros estilos como el abstracto.

Pues los artistas realistas deberían reinventar el realismo, inventar otros estilos que le acompañen y le complementen como se ha hecho con la abstracción.

El realismo debe ser vanguardista y no conservador. Hay muy buenos artistas jóvenes cuyas obras están dotadas de gran técnica, pero que por desgracia son conservadores. Siguen estilos de los artistas reconocidos, como si con eso a ellos les fuese a llegar la gloria.

¿Cuántas obras hay de La Gran Vía de Madrid? Y en casi todas el estilo y las formas son prácticamente iguales. Sin embargo ¿cuantas obras hay de la cola de un comedor social o de personas recogiendo la comida de los contenedores?.

En manos de esos artistas jóvenes está el reinventar el realismo, dotarle de actualidad y vanguardismo acorde a los tiempos que corren.

El realismo debería ser LA ULTIMA VANGUARDIA. Y de los jóvenes depende.

¿Qué ha traído al mundo el arte la modernidad? 

Pues salvo raras excepciones, tan solo ha traído basura.

Solo hay que darse una vuelta por la afamada y subvencionada feria ARCO para ver basura, mediocridad y falta de respeto a quien ha pagado una entrada (bastante cara) por entrar en ese recinto ferial.

Si una obra de arte es unos cuantos ladrillos con un montón de arena, todos los edificios en construcción deberían ser museos o salas de exposiciones.

El Ayuntamiento de Madrid cuenta con una sala de exposiciones espectacular en plena Plaza de Cibeles, en el Palacio de Correos, que se denomina CENTRO CENTRO. 

A pesar de su situación, de sus magníficas instalaciones, esta sala no la visitan ni los ratones.

Y es que para ir a ver ropa tendida, manchas de colores y otras cosas similares y que me atrevo a calificar hasta de mal gusto, no vale la pena perder el tiempo.

La otra cara de la moneda se encuentra en la Sala de exposiciones de Casa de Vacas en pleno parque del Retiro madrileño. Exposiciones de pintura y escultura realista atraen a miles de visitantes.

Este llamado arte moderno y contemporáneo no ha evolucionado en el tiempo a pesar de llevar instalado en nuestras vidas mas de un siglo. Y no ha evolucionado porque se ha basado en la falsedad. Se ha aprovechado de la estupidez de los humanos y de como nos dejamos llevar por modas infumables.

Un arte protegido y subvencionado por los entes públicos y privados, en detrimento del realismo, al cual han intentado por todos los medios meter en el armario.

Los intereses de determinados galeristas en esa supuesta modernidad, que ni ellos mismos entienden, se debe en exclusiva a su interés del beneficio económico rápido.

Este tipo de obras en los que el “artista” da dos brochazos al lienzo, o en algunos casos hasta los deja en blanco, son producciones rápidas y productivas. Sin embargo una obra realista, donde interviene un dibujo, una pintura detallada con técnica para encontrar el color correcto, se lleva meses de trabajo y por tanto el artista ha de cobrar en consonancia y hace que se reduce el beneficio del galerista.

Llevan décadas en las que nos hacen pasar basura por arte. Se ríen en nuestras caras, cuando le preguntas al “artista” que es lo que hay expresado en su lienzo y nos contesta con toda su cara: lo que Vd. quiera ver.

No todo vale en el mundo del arte.

Poco a poco el realismo está volviendo al sitio del que vilmente le apartaron, pero todavía le va a costar mucho esfuerzo vencer a esas mafias que siguen vendiendo basura por arte. A esas mafias que impiden que el realismo esté presente en la Feria de ARCO. 

Aunque hay muchos ejemplos de lo que escribo anteriormente hay uno que me sonroja y encrespa especialmente, del cual dejo un enlace:

https://latribunadelpaisvasco.com/art/10944/el-gobierno-de-pedro-sanchez-dilapida-400000-euros-en-mostrar-al-mundo-como-la-artista-vasca-itziar-okariz-mea-en-diferentes-espacios-publicos

En este caso la china le toca al actual Presidente del gobierno, pero creo que no ha habido ni habrá gobierno que se haya librado ni se libre de semejantes tropelías.

LA BASURA NO SE PUEDE CONSIDERAR ARTE.

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