Los trabajadores esclavos del gobierno español

Los trabajadores esclavos del gobierno español. Raul Morales del Piñal de Castilla

Esta no es una afirmación baladí, desgraciadamente los asalariados españoles pueden y deben considerarse esclavos de su gobierno. Es un nuevo sistema de esclavitud alienante, que otorga a los sumisos una falsa sensación de libertad, pero en realidad no dejan de estar encadenados a su gobierno mediante los impuestos a los que son sometidos. Y para demostrar esta contumaz declaración, quizás deberíamos empezar por aclarar algunos conceptos fundamentales.

En primer lugar, deberíamos hablar de los sueldos de los trabajadores españoles que la RAE define como “Sueldo. 1. m. Remuneración regular asignada por el desempeño de un cargo o servicio profesional”. Hasta aquí todo está claro, el sueldo o salario es todo aquello que una empresa paga por el desempeño de un trabajador. 

Lo que se nos suele olvidar es que cuando Franco, que era malísimo, crea la Seguridad Social, entendieron que era mejor dividir los impuestos de los trabajadores en dos tramos. Uno que pagaba el trabajador, para asegurarse una futura pensión y otro que pagaba la empresa y lógicamente detraía del sueldo de este, para asegurar las posibles contingencias de los mismos. Resultado de esta maligna estratagema, es que hoy el común de los mortales sigue pensando que la “cuota patronal” que paga la empresa a la SS no proviene de su trabajo. Si no que más bien, la empresa la satisface simplemente porque está obligada, y que esta no forma parte de su salario ya que jamás la ve reflejada en su nómina. Craso error, cuando firmas un contrato de trabajo, en el mismo aparece el “sueldo bruto”, del que el estado con sus diferentes agencias te detraerán los impuestos correspondientes. Esto es lo que el trabajador piensa que la empresa paga por su trabajo, sin darse cuenta de que la empresa deberá sumar al mismo la “cuota patronal” que paga a la SS. La suma de las dos es lo que se conoce como “coste empresa”, lo que realmente pagarán por su desempeño. Por poner un ejemplo simple, si usted tiene un contrato indefinido con un “salario bruto” de 30.000 euros al año, la empresa abonará una “cuota patronal” de como mínimo el 31,4%, o lo que es lo mismo 9.420 euros. Y esto es lo que les esconden a los trabajadores, su sueldo bruto real son 39.420 euros, aunque a su cuenta no llegue nunca una cifra ni parecida.

Pues bien, una vez definido que todos los conceptos que paga la empresa por cada trabajador contratado lo hacen en función de lo que entiende que este merece como contraprestación de su labor, analicemos cuanto cobra y cuanto se lleva el estado.

Según los informes de la OCDE y la Worldwide Tax Summaries dePwC sobre la carga impositiva en Europa en 2021, la cuña fiscal, que es la suma de las cotizaciones a la Seguridad Social del trabajador y el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) fue del 39,3% en España. Cabe reseñar que el tipo máximo del IRPF español supera en 10 puntos al de la media europea. Y esto es lo que dice el Estado que recauda de cada español, pero aprovechando la división fiscal promovida por la SS Franquista, que recordemos era mala malísima también, se le suele olvidar que en España las cotizaciones a la Seguridad Social a cargo de las empresas suponen el 29,9% del salario bruto, según los datos de 2020, en comparación con el 16,3% de media en la OCDE.

¿A que nos lleva todo esto? A que del importe que una empresa está dispuesta a abonar a cada trabajador por su desempeño profesional, el estado le expropia el 69,2% antes de que un céntimo llegue a su cuenta. Pero claro, tengan en cuenta que el estado tiene que mantener a un ejército de lideres mesiánicos que velan por sus ciudadanos desde el Gobierno y sus delegaciones regionales y provinciales, las 17 Comunidades Autónomas, 2 Ciudades Autónomas, 41 Diputaciones provinciales y 8.125 entidades Locales. Sin mencionar las empresas públicas, entidades de gestión, fundaciones, agencias públicas y un sinfín de chiringuitos variados que dependen de cada uno de los anteriores.

¿Visto así no parece que sea suficiente con el 69,2% del salario de los españoles verdad? Ah claro, que torpeza la mía, se me habían olvidado los impuestos indirectos. A no ser que usted sea un anacoreta y viva en alguna cueva olvidada, tendrá que pagar un IVA medio del 8,5%. El llamado IVA efectivo, que es el que realmente recauda el gobierno y que proclama que es tremendamente ineficiente comparado con la UE, cosa que pretende solucionar en 2023. 

La carga fiscal real de los ciudadanos puede que sea el secreto mejor guardado de nuestros gobiernos desde la transición. Y no porque Franco ya no lo hiciera, si no más bien porque el bipartidismo PSOE-PP descubrió como perpetuarse en la alternancia del poder, inundando el país de políticos profesionales que se deben a su partido para poder vivir. El problema es que esta especie necesita un hábitat específico en el que criar y desarrollarse, que ha sido la administración pública y sus entidades derivadas. Para alimentar a cada miembro de la especie necesitan de un organismo público, unas oficinas, unos trabajadores, unos servicios y un presupuesto. Y he aquí que hemos descubierto como han conseguido mantener su hábitat, aumentando los impuestos de sus ciudadanos a medida que la especie crecía. Solo un dato, el 20 de noviembre de 1975 la presión fiscal en referencia al PIB era del 17,9%, la declarada en 2020 fue del 37,3%. Parece que crece mucho esta especie.

La carga fiscal real de los trabajadores españoles es seguro que supera ampliamente el 80%, pero en este artículo no vamos a incluir impuestos como el de patrimonio, que pagan todos aquellos que tengan el enorme privilegio de poseer una vivienda, ni el de circulación, ni el IBI, ni las plusvalías, ni los impuestos especiales del tabaco, el alcohol o la gasolina. ¿Para qué? 

Estimado lector, conciénciese, es usted un esclavo de su gobierno. Usted no se levanta a las 6:30 de la mañana para buscar la prosperidad de su familia. Usted trabaja cada día para mantener a sus gobernantes, con como mínimo, con el 77,7% de su salario. El 22,3% que le resta en el mejor de los casos, es lo único que podrá destinar a vivir dignamente. 

Mientras tanto sus muchos gobiernos (nacionales, regionales, provinciales y locales) les dirán que lo hacen todo por usted, menos facilitar que se genere trabajo claro está. Que tiene una sanidad pública universal y maravillosa, a la que por cierto no podrá acudir ni llamando durante horas a sus teléfonos. Que disfruta de un sistema de carreteras inigualable, por el que va a tener que pagar en breve por transitar, después de haberlo sufragado con sus impuestos. Que su seguridad y la de su familia está garantizada porque en España no existen bandas de delincuentes extranjeros. Y por supuesto, que tiene prevista una paguita de 400€ para solucionar su vida y la de los suyos cuando las cosas le vayan mal. Cosa que promete ocurrir muy pronto si seguimos destinando los fondos europeos a la igualdad de género. Lo que nunca le dirá es que necesita seguir esclavizándolo para mantener al ejército de políticos profesionales del PSOE-PP y las entidades que justifican su existencia.

Despierte estimado lector y de la bienvenida a la esclavitud alienante del gobierno español.

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