Podemos y el Sistema

Podemos es un partido que pretende ser antisistema pero que vive muy cómodamente en el sistema. Y es que las soluciones a la crisis del régimen del 78 no se alejan mucho de los virajes turnistas de finales del SXIX. En aquella ocasión, las élites burguesas del Estado encabezadas por la monarquía Borbónica, pusieron en marcha un modelo basado en la alternancia de dos partidos, el conservador y el liberal. Así el Rey iba marcando los pasos en el desgaste de una u otra opción política.

Hoy la dicotomía es distinta, el rearme del Estado y de los poderes internacionales tienen su satelización en las nuevas opciones políticas nacidas como fruto del hartazgo de la sociedad con el eje de corrupción de los partidos tradicionales PP-PSOE.

El canto de sirena de Podemos, en primera instancia, ha conseguido domesticar las legítimas posturas contestatarias de los restos del naufragio del Partido Comunista de España, para luego, reconducir nuevamente el descontento social al refugio del régimen, generando ilusión entre los sectores más castigados por el PSOE.

Unidos Podemos representa para Pedro Sánchez un nuevo brote de aire fresco con el cual aguantar la presente legislatura hasta revitalizarse; para ello, han utilizado la zanahoria de los Presupuestos Generales en la actualización de las pensiones y otras medidas sociales poco estructurales. Su capitulación es una muestra más del intento de desmovilización social por parte de PSOE, colocándolos como servidores a las estrategias progresistas de algunos sectores de la burguesía.

Estos días estamos presenciando un nuevo torpedo a la línea de flotación de Podemos que garantiza el monopolio en la supuesta izquierda del PSOE. El enfrentamiento entre Errejón y la dirección de Podemos es una muestra más de la domesticación del sistema a los supuestos herederos de la indignación del 15-M.

Por otro lado, Ciudadanos, juega el contrapeso ideal articulado desde los intereses de los lobbies económicos que manejan los hilos de la Unión Europea. Así Partido Popular y PSOE tienen el margen de maniobra necesario para volver a desmovilizar la resistencia. Articulando unas medidas reaccionarias que tienen como única estrategia gobernar para la Banca, el Ibex 35, las exigencias de la UE y la de sus amos internacionales.

De una forma u otra se intenta centrar el discurso del enfrentamiento político actual, simplificando en las etiquetas de “Izquierdas frente a Derechas” y reproduciendo las vieja disyuntivas de “hemiplejía moral” en las que el Sistema ha querido limitar el pensamiento.

Ortega y Gasset, escribe en su prólogo a la edición francesa de “La rebelión de las masas” una frase «Ser de izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas formas que el hombre puede elegir para ser un imbécil», y mucho nos tememos que nuevamente el Estado esté articulando una nueva generación de imbéciles que no serán capaces de ver con claridad el debate político de nuestro tiempo.

El mundo gira en torno a dos concepciones fundamentales, la de los partidarios de la globalización y de las políticas mundialistas, que sólo responden a los intereses de los grupos internacionales de especulación financiera, y la de los partidarios de los Estado-Nación, que representan la defensa de los derechos sociales de los ciudadanos.

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