Título “Franco contra Stalin”
Autor: Bartosz Kaczorowski
Editorial: Actas, Madrid 2018
La izquierda ha impuesto una visión de la España de Franco como un estado condenado a la condición de paria, aislado completamente y cuya única ligazón internacional era la establecida con Estados Unidos, que a cambio de las bases militares le concedía un mínimo rango de aliado de tercera fila. Todo ello venía explicarse no tanto porque el franquismo ha sido una dictadura reaccionaria según ellos sino por su condición de aliado de la Alemania nazi. Este reduccionismo que agrede a la historia y a la inteligencia es además esencialmente falso. Por ello podemos felicitarnos de la aparición de una obra como «Franco contra Stalin» del joven historiador polaco Bartosz Kaczorowski profesor de Historia contemporánea de la Universidad de Lodz.
El libro investiga la acción diplomática y la política internacional de Franco durante la guerra mundial y pone de manifiesto como desde los prolegómenos del conflicto el anticomunismo constituyó el eje primordial de su actuación. El estado nacional no se conformaba con su victoria militar contra el comunismo pues entendía que confinar a la Unión Soviética y evitar la extensión de su ideología y de su poder en Europa eran la continuación necesaria de la guerra de España.
Franco contempló con extrema preocupación como el enfrentamiento entre Alemania y los aliados anglo-franceses permitía a la URSS extender sus fronteras en Europa oriental, desmembrar una Polonia anticomunista, ocupar las naciones bálticas, arrebatar a Rumanía la región Besaravia y lanzar en diciembre de 1939 al ejercito rojo contra Finlandia. El pacto Ribbentrop-Molotov proporcionaba a la Unión Soviética una posición privilegiada y hasta entonces inédita en Europa. Lo que con el sacrificio de la mejor sangre española se había ganado en el Ebro y en las parameras de Castilla y Aragón se perdía quizás irremediablemente a orillas del Vístula y en los bosques helados de Carelia.
Ya en 1940 el gobierno español intentó establecer un acuerdo entre los contendientes que pusieran fin a las hostilidades, reconociendo la importancia preeminente del Reich y creando un gran coalición europea que garantizase la defensa adecuada frente a la URSS. El diplomático español José María Doussinague preparó un extenso memorándum conocido como el plan D cuyo objetivo era lograr un armisticio y una reorganización de Europa liderada por Alemania y Gran Bretaña, solución que se asemejaba en buena medida a los planes de Rudolph Hess.
La invasión de Rusia en junio de 1941 y la consiguiente ruptura del pacto ruso-alemán supuso la máxima aproximación entre la política internacional de Franco y de Hitler, fruto de ello fue la División Azul, que durante tres años combatiría al ejercito rojo en el frente oriental. En relación a los aliados el gobierno español siempre se mantuvo firme en su postura de absoluto rechazo de la alianza con la Rusia de Stalin, a pesar que constituyó el motivo fundamental por el que Gran Bretaña y Estados Unidos contemplaron tan negativamente al gobierno franquista especialmente en la fase final de la guerra. El libro del historiador polaco resalta la importancia del último intento diplomático para evitar el triunfo de Stalin; fué la carta personal que en octubre de 1944 Franco le escribe a Churchill en la que le advierte sobre las consecuencias de la aniquilación de Alemania, tanto para Europa como para el Imperio Británico: “Destruida Alemania, Rusia ha consolidado su posición preponderante en Europa y Asia y una vez que los Estados Unidos hayan consolidado su posición en el Atlántico y en el Pacífico convirtiéndose en la nación más poderosa del universo, los intereses europeos sufrirán su crisis más grave y peligrosa en una Europa quebrantada”, texto transcrito en la página 198 de la obra reseñada. Churchill haría caso omiso a Franco y unos meses después en Yalta junto a Roosevelt concedería la entrega definitiva de media Europa a Stalin y sellaría además el fin del Imperio Británico.
La obra de Bartosz Kaczorowski nos revela que la política exterior de Franco durante la guerra mundial poco o nada tiene que ver con la versiones simplistas y tan negativas de la historiografía oficial en España, sumisas a la ideología izquierdista que domina la Universidad. Abusando de terminología actual, Franco manejaba una concepción geoestratégica acertada y supo discernir las consecuencias de la guerra, las cuales en buena medida todavía perviven, la transformación del orden mundial a favor de la Rusia comunista pero también de los Estados Unidos y en las que Europa incluida Gran Bretaña, quedaría en una situación de sometimiento a la nuevas potencias cuando no como sucedió en Europa centro-oriental de naciones esclavas del comunismo.