Reseña de «Visita a Godenholm»

Visita a Godenholm

Autor: Ernst Jünger
Traductor: Juan Conesa Sánchez
Editorial: Página Indomita, septiembre 2017
Páginas: 128

Ernst Jünger el guerrero, el emboscado, el anarca, el cronista, el viajero y ahora el psiconauta. Nadie puede negar que la vida de Ernst Jünger es cuanto menos interesante. Se escapo de joven para alistarse en la Legión Extranjera, voluntario en la I Guerra Mundial, autor de Tempestades de Acero , libro que le catapulto a la fama, miembro de la Revolución Conservadora, paso una parte de la II Guerra Mundial en el París ocupado donde frecuentaba a la bohemia parisina mientras empezaba a escribir sus Radicaciones, tras la guerra se le prohíbe publicar hasta 1949. Durante este periodo entabla amistad con Albert Hofmann, químico suizo e inventor del LSD.

poltada-i6n15638230Visita a Godenholm – Besuch auf Godenholm – surge de la primera experiencia con LSD en la primavera de 1951 de Ernst Jünger junto a Albert Hofmann y Heribert Konzett.. Aparece unos años antes que Las puertas de la percepción de Aldous Huxley aunque Visita a Godenholm trata el mismo tema el enfoque es claramente diferente. En Jünger no encontramos nombrada ninguna droga y se entiende desde un concepto de iniciación esotérica.

Jünger creía que “el pequeño volumen ni causaría impresión ni alcanzaría éxito” aunque rapidamente recibe comentarios elogiosos por parte, entre otros, de Vintila Horia que comenta a Jünger que:”Lo he leído tres veces y en cada lectura encuentro nuevas bellezas.”

Pagina Indomita reedita en español Visita a Godenholm, siguiendo la estela de Los Titanes Venideros y Heliopolis del mismo autor y La perfección de la técnica de Friedrich Georg Jünger, hermano de Ernst y excelente ensayista. Lo que nos permite acercarnos a esta pequeña joya de Ernst Jünger excelentemente traducida por Juan Conesa Sánchez.

Como decíamos la novela de Jünger tiene lugar en un contexto de iniciación esotérica bajo la guía de el enigmático maestro-filósofo-chamán Schwarzenberg que vive en Goldenholm junto a tres sirviente: Gaspar, lleno de heridas y tatuajes, Erdmuthe, la vieja cocinera y la criada Sigrid. Tres visitantes acuden a visitar a Schwarzenberg, Moltner, Ulma y Einar en busca de respuestas a muchas preguntas que les atribulan la mente y el alma. Y hasta aquí podemos contar queriendo terminar con la frase con la que se cierra el pequeño volumen: “Mi casa es como una posada española: los huéspedes no encuentran más que lo que traen consigo en su equipaje.”

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