Siempre he observado y analizado la política internacional española con mucho interés, especialmente en lo referente a las relaciones entre Marruecos y España, quizás el hecho de ser saharaui tenga algo que ver ya que el destino de mi pueblo está relacionado de forma directa con los dos reinos.
Desde Gonzalez, pasando por Aznar, Zapatero o Rajoy, se podría decir que todos, de algún modo, fueron gobiernos promarroquies hasta cierto punto, algunos más y otros menos pero ninguno de ellos fue capaz de plantar cara al régimen marroqui en cuestiones como la migración, el tráfico de drogas o la descolonización del Sahara Occidental que a efectos legales, aún corresponde a España. Lo realmente escandaloso y llamativo, es que el actual gobierno español liderado por Pedro Sanchez, ha traspasado todas las fronteras y límites de los anteriores gobiernos. Su servilismo al rey Mohamed VI, sus continuas cesiones al régimen marroquí y sus políticas anti-saharauis plantean muchos interrogantes.
Hablamos de una relación completamente desigual, donde Marruecos ordena y el gobierno español obedece, Marruecos chantajea y el gobierno español agradece, Marruecos espía y el gobierno español justifica, una extraña relación donde Marruecos instrumentaliza a los inmigrantes lanzando a miles de ellos hacia las fronteras españolas, mientras el gobierno español inyecta ayudas millonarias al régimen marroquí, hablamos de continuas amenazas expansionistas donde Rabat reclama las ciudades españolas de Ceuta y Melilla como propias, mientras el gobierno español ruega ser recibido por su Majestad Mohamed VI, en definitiva, hablamos de cómo la narcodictadura marroquí encontró el modo de subordinar al “progresista” gobierno español.
Pedro Sanchez, ególatra y narcisista, manifiesta continuamente a través de sus gestos y palabras un deseo, claramente incontrolable, de grandeza y superioridad. Lo hace continuamente, con sus ministros, con el líder de la oposición e incluso con el mismo Rey Felipe VI, Sanchez siempre intenta quedar de más y por encima de los demás, sin embargo, cada vez que va a Marruecos, vemos como Sanchez se vuelve más pequeñito, más insignificante y más dócil, como si se tratase de un niño rebelde que espera avergonzado recibir la reprimenda de sus padres. Como quien convierte el agua en vino, Marruecos tiene el poder de convertir al Presidente del Gobierno español en un simple y obediente siervo de su Majestad Mohamed VI, ¿cómo es esto posible?, ¿tan grave es la información que tiene Marruecos sobre el PSOE o sobre Sanchez?, de momento, nos quedaremos con la duda.
Este llamativo e injustificado lacayismo está destruyendo a los agricultores españoles que observan cómo su gobierno ofrece todo tipo de facilidades para que los productos marroquíes accedan al mercado europeo sin ningún tipo de control, generando una competencia desleal que hunde al sector agrario español en favor del marroquí, esta política de esclavismo sanchista a Marruecos está destruyendo las relaciones con el gigante africano, Argelia, quien decidió congelar sus relaciones con España tras ver la clara inclinación del gobierno progresista hacia la dictadura de Mohamed VI, este servilismo también está afectando a los saharauis quienes observan como Pedro Sanchez pisotea la legalidad internacional para apoyar la ilegal ocupación marroqui a su territorio, este servilismo también afecta a los habitantes de Ceuta y Melilla que ven cómo su economía se hunde frente al bloqueo realizado por Marruecos sin que el gobierno español haga absolutamente nada, por lo tanto, queda más claro que nunca que este sometimiento a Marruecos está destruyendo la imagen de España como estado soberano, Sanchez ha demostrado que sus prioridades en moncloa no son la defensa de los intereses del estado español, sino el beneplácito del reino alauí.