A las puertas del estallido migratorio

A las puertas del estallido migratorio. Rubén Pulido

No hay dudas de que España sigue teniendo un grave problema con la inmigración ilegal proveniente del continente africano. El repunte de entradas por la vía de la ilegalidad registrado en junio, coincidiendo en gran medida con el adelanto electoral, da suficientes pistas acerca de cómo el grifo migratorio se cierra o se abre en función de la presión política que quieran ejercer desde suelo alauí.

Los poseedores de esa capacidad hacen valer sus cartas, aún cuando los emisores de la inmigración son terceros estados. Es decir, hemos visto en las últimas semanas cómo embarcaciones que habían partido desde Senegal han sido interceptadas a medio camino de llegar al archipiélago canario por autoridades marroquíes. ¿Por qué algo así no ha sucedido antes?

La cuestión es que sí ha sucedido antes, pero ahora Marruecos se preocupa de que este tipo de operaciones sean más visibles que nunca. Sería algo así como: podemos hacerlo y para que podamos seguir haciéndolo las interlocuciones entre Madrid y Rabat han de ser fluidas. Fluidas y de súbditas maneras.

Tampoco me quiero extender en cómo funciona Marruecos en torno a todo esto de la inmigración ilegal. En este portal, a través del cual vuelvo a expresar mi opinión, encontrarán varias reseñas escritas por un servidor al respecto. Hoy quiero hablaros de lo cerca que estamos de un próximo estallido migratorio.

Un éxodo desde Senegal

La mayor parte de la inmigración que llega a España, algo más de un 80 por ciento según las últimas estadísticas de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional, parten desde territorio marroquí. Podrán ser de Mauritania, Mali, Senegal, el Chad o Sudán, pero parten mayoritariamente desde Marruecos o áreas controladas por el régimen alauí (zona de Cabo Bojador, El Aaiún o Dakhla).

Tras años en los que ha existido cierta estabilidad en países como Senegal, todo está cambiando. Las sombras de un tercer mandato de Macky Sall, al margen de toda legalidad provocaron un estallido social que acabó con la detención de opositores y asesores allegados a los mismos, provocando unas revueltas sociales que aún perduran en las calles senegalesas. Finalmente Sall dio marcha atrás y dejó claro que no se presentaría de nuevo para ser reelegido matizando que hará lo posible para garantizar un proceso democrático.

Pero todo esto no ha sido suficiente y las represalias tomadas contra los principales opositores, que aún se encuentran inmersos en procesos judiciales, han incendiado las calles, en las que ya se cuentan más de una veintena de fallecidos como consecuencia de las numerosas reyertas vividas en las últimas semanas.

Todo esto está provocando que muchos jóvenes de Senegal estén optando por volar de forma inminente hacia Casablanca (Marruecos) o ponerse en manos de las redes criminales del lugar que facilitarán más tarde el tránsito de cayucos desde la zona portuaria hacia las Islas Canarias. Según fuentes en origen, muchos de estos cayucos utilizados para la pesca de forma habitual, están siendo reparados y reforzados con vistas a un posible éxodo hacia el archipiélago español.

La huida del conflicto sudanés

Por otro lado tenemos Sudán, inmerso en un grave conflicto civil y una escalada de violencia que no parece dar visos de terminar pronto. Y los que estamos en estos temas de la inmigración sabemos bien donde acaban todos los jóvenes sudaneses que huyen de su país ante un escenario de conflicto. O acaban en Libia, o terminan en Argelia para con posterioridad ingresar en Marruecos con intenciones de superar los pasos fronterizos de Ceuta o Melilla. Los más osados, acabaran en Mauritania, punto de partida también hacia las Islas Canarias.

Solo tenemos que recordar el capítulo reciente de Melilla, donde una mayoría de jóvenes sudaneses se habían refugiado durante meses en las inmediaciones del Monte Gurugú (Nador) para con posterioridad acceder a la Ciudad Autónoma de forma organizada y violenta con la presunta complicidad de las autoridades marroquíes.

El grifo migratorio del SAHEL

En todo este cúmulo de circunstancias no podemos obviar el centro del SAHEL, Mali, donde la pugna por el control de territorios continúa y donde los mercenarios de Wagner van tomando fuerza. Y ya sabemos todos cómo se las gastan estos chicos cuando se hallan en poder del grifo migratorio. Miren hacia Libia, retrocedan en el tiempo y examinen lo que pasó tras el conflicto sirio.

Aunque tampoco debemos ir tan lejos, a día de hoy, Jalifa Hafter, el señor de la guerra al este de Libia, sigue teniendo una buena relación con sus aliados rusos y éste permanece hábil en el tacticismo migratorio. Gran parte de la inmigración que llega al sur de Italia lleva el sello táctico de Hafter, quien pronto podría recibir fondos económicos para un control de la situación y con ello frenar la presión migratoria sobre Italia.

La bolsa de inmigración argelina

Por último, no debemos olvidar el papel de Argelia, que hasta ahora no ha hecho un juego sucio con el control de flujos migratorios. Un país que comparte fronteras comunes con hasta siete países africanos, que soporta bolsas de inmigración ilegal que en absoluto tienen que ver con el volumen que pasa por territorio marroquí y que gracias al control decidido contra la inmigración ilegal, España no lamenta males mayores.

Pero en el caso de Argelia no podemos obviar que existe un alto volumen de jóvenes nacionales que se sirven de las redes criminales que operan en la zona norte del país, en su litoral y que no encuentran una gran oposición a la hora de partir hacia territorio español o hacia Italia (desde el área más al Este, Annaba). Y que si España no soluciona este tedioso asunto, nos generará en un futuro próximo aluviones de embarcaciones desde territorio argelino como los vividos entre los años 2019 y 2020, donde casi 1.000 embarcaciones llegaron únicamente a la provincia de Almería procedentes de Argelia.

En resumen, estamos a las puertas de un estallido migratorio. Un estallido migratorio que puede traer de nuevo nefastas consecuencias para unas Islas Canarias, que absorben desde hace años prácticamente la mitad de la inmigración ilegal que llega a territorio español. Pero no quedará solo ahí, Ceuta y Melilla serán nuevamente presas de la amenaza migratoria sobre sus pasos fronterizos y las costas de Andalucía, zona de Levante y Baleares sufrirán también un notable incremento de llegada de embarcaciones procedentes desde el norte de Marruecos y Argelia.


Foto. Cayuco senegalés asistido por Salvamento en aguas de Canarias. Fuente: Salvamento Marítimo

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