El final de la legislatura en la Junta de Andalucía invita a hacer balance de las actuaciones que ha llevado cabo el gobierno saliente, y que es una necesidad de cara a evaluar lo que nos puede deparar el futuro. Vaya por delante que no se trata de un acto de propaganda -que tiene otro ámbito y lugar- ni de buscar errores, que en bastantes ocasiones se pueden excusar con la dificultad de vencer inercias de cuarenta años o con la pandemia, aunque en casos como el de la Cruz de Aguilar, evidentemente no. Se trata de evaluar las ideas rectoras de una política cultural en Andalucía que es una necesidad perentoria, en una de las grandes asignaturas pendientes que se percibe en la gestión del patrimonio.
En Andalucía el patrimonio histórico-artístico es de una magnitud inabarcable. Pocas regiones de Europa pueden presumir de conjuntos monumentales como los nuestros, y el cuidado que se le ha prestado por parte de los gobiernos socialistas ha sido bastante deficiente, y por desgracia no ha mejorado en estos últimos años. Podemos usar la lista roja de la fundación Hispania Nostra para evaluar la situación; se trata de un listado que contiene los elementos del patrimonio histórico-artístico español que se ven en peligro y que requieren actuaciones de tipo urgente. Se puede consultar en el siguiente enlace. https://listarojapatrimonio.org/
Como se puede comprobar, hay 112 elementos en peligro en esta lista en Andalucía, que desde luego es una cantidad muy elevada que nos remite a un descuido más propio del Tercer Mundo que de una región desarrollada y con interés por su patrimonio. Cuando se produce una actuación que pone a salvo el elemento patrimonial, pasa a la Lista Verde, como ha sucedido con la Ermita de la Consolación de Bujalance, y cuando se produce la pérdida total del bien, pasa a la Lista Negra como sucedió con el Palacete de los Condes de Benahavís-La Mundial. Resulta evidente la necesidad de un impulso importante a la conservación del patrimonio, con unas carencias muy notables. Si consultamos además las Relaciones de Puestos de Trabajo de algunos conjuntos monumentales, como la de Medinat al-Zahra’, resulta evidente que la falta de medios incluso en monumentos patrimonio de la Humanidad es vergonzosa, y debe ser atajada. Hay otros campos arqueológicos conocidos desde hace décadas que esperan trabajos de investigación y campañas de excavación arqueológicas como es el caso de Asta Regia. Resulta sorprendente que una región en la que el beneficio obtenido de sus monumentos ha sido tan crecido como en el caso de la Alhambra en Granada, la Mezquita-Catedral de Córdoba, el Alcázar de Sevilla o la Alcazaba de Málaga, sea necesario insistir en la importancia de invertir en patrimonio.
Además de estos hechos queremos llamar la atención sobre la absoluta desconexión entre los profesionales de la gestión patrimonial y la población de nuestra comunidad, en los casos en que hay profesionales de este campo y no se hayan dejado a orientadores educativos o abogados. En los estudios de Historia y Arqueología, todo aquello que no se remita a la Antigüedad es dejado de lado; en líneas generales las exposiciones museográficas alcanzan a la Época Medieval, aunque para muchos ese mismo período ya sería más para periodistas que para arqueólogos -puede parecer una broma, pero no lo es. Esto conduce a que los elementos más apreciados por la población andaluza, como la arquitectura barroca de muchas de sus iglesias y palacios, el patrimonio religioso cofrade…no hayan recibido la atención merecida. Tampoco se ha utilizado el patrimonio maravilloso existente de los siglos XIII a XVIII para promover una identificación de los andaluces con las páginas más brillantes de la Historia de España. La propuesta de Vox de solicitar la declaración de Patrimonio de la Humanidad para el Conjunto Monumental del Barroco de la Subbética, que ha llevado a las instituciones VOX, debería solicitarse también para otros monumentos de nuestra historia moderna. Es obvio que la falta de aprecio en nuestras instituciones públicas, en nuestros museos, por la experiencia histórica de España, en especial por la de España desde su unión en la corona de los Reyes Católicos se debe en parte a una forma de entender la Arqueología y la Museografía que pone su atención en épocas más remotas, pero la ausencia de la Historia de España desde finales del s. XV hasta hoy tiene consecuencias graves, y debemos atajarlo. Si un español que acude a un museo recibe la impresión de que su legado son los capiteles de Qurtuba pero no ve ni rastro de la experiencia histórica de los Austria, ni de América, ni de la Guerra de Independencia…difícilmente tendrá el sentido de pertenencia a nuestra nación. Es algo que ya se ha buscado en la elaboración de los curricula de la enseñanza primaria y de la media, y que en el discurso museográfico es aún más evidente.
Casi todos los proyectos realizados en esta legislatura han tenido un sello continuista muy notable, los anuncios acerca de la inversión en Arte Sacro y en restauración han tenido poco efecto, porque las cantidades destinadas han sido gestionadas con bastantes retrasos, han sido mayores que hasta la fecha pero aun así de escasa entidad y más en un contexto en el que los principales clientes de los artistas de este sector, las cofradías y hermandades, han tenido que dedicar todos sus recursos a asistencia social. El objetivo en muchas ocasiones parece más destinado a generar noticias para la propaganda que a un cambio real en las políticas de conservación. Si se busca realizar una política diferente en los asuntos patrimoniales, hay que explicitarla y dedicarle recursos; esperamos que sea pronto posible.