Si bien es cierto que la humanización de los orcos supone una neutralización de las diferencias entre los pueblos del universo tolkeniano y que todas las razas pasan por el tamiz indiferenciador de la mermelada sentimentaloide (especialmente en el bando de los “buenos” bobalicones), no deja de ser cierto que hay destellos de verdad en esta serie. La difícil relación del príncipe Durin con su padre, el carácter histérico y totalitario de Galadriel como arquetipo de mujer empoderada que tratando de adoptar roles masculinos de comportamiento se enajena, la lucha interna de lealtades en Elendil (padre de Isildur), etc.
El nuevo frente popular (antipopular)
¿En qué se parecen un fundador de Podemos (Juan Carlos Monedero), un articulista liberalio del ABC (Pedro G. Cuartango) y un sionista indepe catalán (Xavier Torrens)? En su irracional inquina ante el más grande pensador político del siglo XX: Carl Schmitt.