Diez aforismos sobre la ideología

Diez aforismos sobre la ideología. Jesús Cotta Lobato

1.- El arte recrea la realidad para revolver nuestra adormecida capacidad de asombro. La religión la vincula con lo que nos excede. La ciencia disecciona cuanto de ella se vea. La filosofía se interesa por toda ella, se vea o no. La ideología la quita de ahí y se pone en su lugar para salir sola en la foto.

2.- El hombre que buscan ideologías, tiranías, utopías e ingenierías sociales nunca somos tú y yo, sino otro más bonito que ellas tienen en mente.

3.- La misantropía aprovecha todas las cañerías para colar sus ratas de colores: comunismo, fascismo, racismo, machismo, feminismo, indigenismo, animalismo y, en fin, todas esas ideologías donde unos buenos tienen derecho a odiar a unos malos.

4.- Cuando por fin ha triunfado la revolución, uno pregunta: Ah, pero ¿eso era todo? Y hay que inventarse un nuevo enemigo para seguir haciéndola.

5.- Lo que me define moral y políticamente no es si voto con la izquierda o la derecha, sino la autoridad que concedo como guía de mi vida y del mundo a todo lo que me ha sido dado sin haberlo yo elegido: cuerpo, familia, tradiciones, patria, lengua, religión, civilización, naturaleza. Lo demás es anecdótico, por más que nos enfrente.

6.- Pesimismo antropológico: Viva Herodes, Mi perro es mejor, Homo homini lupus y, en fin, cualquier cosa que justifique por qué no movemos un dedo por el prójimo. Buenismo: Al violento le faltó amor, Todas las opiniones valen, Todo es de todos…, cosas que solo se piensan cantando Imagine con el mechero encendido.

7.- Idealismo del todo o nada: No arreglaré esa gotera, sino toda la casa; no voy a visitar a un preso: hay que eliminar las cárceles; no hay que becar a un pobre: hay que erradicar la pobreza… Sí, muy bien, pero, mientras tanto, arregla la gotera, visita al preso y beca al pobre.

8.- «Es una gran pintora, pero…»: aquí póngase «eso», lo que más nos repatee: reaccionaria, lesbiana, católica, huraña, fumadora, del partido incorrecto… ¡Lo que nos habría gustado que fuera mediocre y, a la vez, «eso»! ¡La cantidad de prejuicios que nos habría confirmado!

9.- Se llevaba a palos con sus hermanos y a gritos con su padre, pero creía de corazón que, fuera de la familia, en una comuna universal de tareas comunes, no tendría que pelear ni gritar por nada con nadie.

10.- Un buen amigo del bando contrario me escondería en un altillo de su casa; uno coherente me mandaría al paredón por disidente.

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