Efectos potenciales del proceso de “suicidio demográfico”

EFECTOS NEGATIVOS.

Humanos-antropológicos: despoblación, gran envejecimiento social, y, de seguir así indefinidamente, desaparición como sociedad y como civilización/ cultura.

Económicos.

•Más gasto en pensiones, sanidad y dependencia.

•Menos consumo e inversión, por menos población y más envejecida.

•Presión fiscal y/o déficit público creciente, y/o peores prestaciones a los mayores.

•Fuerza laboral menguante y envejecida.

•Menos innovación y emprendimiento en sociedades envejecidas.

•Merma de productividad, ceteris paribus, por pérdida de economías de escala en la demanda, menos innovación y una fuerza laboral más envejecida.

•Reducción de la renta per cápita efectiva, por perderse economías de escala domésticas.

•Devaluación de propiedades de valor dependiente de la demografía, como las casas.

Afectivo-familiares.

•Mayor soledad, al haber cada vez menos hijos, nietos, hermanos, tíos, etc.

•Riesgo creciente de triste final de vida por escasez de familiares, y presión creciente hacia la “eutanasia” no deseada, por el coste y esfuerzo de cuidar a los más mayores.

Políticos. Degeneración de la democracia en gerontocracia–pero no en el sentido clásico griego de gobierno de los ancianos sabios-, por el peso creciente del voto de los jubilados.

Geopolíticos.Tendencia a la irrelevancia mundial por pérdida de peso demográfico. Riesgo de perder capacidad de defensa ante vecinos potencialmente hostiles.

EFECTOS POSITIVOS.

Económicos.

•Ahorro en gasto educativo y en crianza de niños y jóvenes.

•Ahorro en subsidios por desempleo, y en gasto en seguridad / justicia..

•Casas más baratas para comprar, o alquilar quien las necesite.

Sociales.

•Desaparición del desempleo (salvo llegadas masivas de inmigrantes), al jubilarse más gente de la que ingresa en edades jóvenes en el mercado laboral.

•Menos criminalidad, por haber menos jóvenes.

•Menos riesgos de conflictos políticos violentos, por haber menos jóvenes.


No hay monedas sin dos caras, ciertamente, pero estos efectos positivos no compensarían ni de lejos los negativos, entre otras cosas, porque mantener a los más mayores es más caro que criar niños y jóvenes, en los cuales, además, el dinero empleado sería “inversión”, no “gasto consuntivo”.

En general, los efectos positivos colaterales del proceso de suicidio demográfico son parecidos a lo que la muerte conlleva de poner fin a todo tipo de problemas y sufrimientos. ¡En los cementerios tampoco hay paro, ni pobreza, ni delincuencia, ni guerras, ni déficit público, ni corrupción, ni machismo, ni lo contrario! (por esa misma razón, no poca gente acaba con su vida suicidándose, para librarse de sufrimientos)

Como ejemplo de los efectos negativos afectivo-familiares podemos afirmar que Los hogares españoles están cada vez menos poblados (3,9 personas de media en 1970, por 2,5 en 2018). El aumento del número de personas que viven sin compañía o muy poca en las últimas décadas ha sido enorme.

El incremento de la soledad es un fenómeno generalizado en los países desarrollados y en vías de desarrollo. En Reino Unido se ha creado una Secretaría de Estado para la Soledad. Es un problema mayor enla niñez (por falta de hermanos) y la vejez (por soledad total).

También es tremendo su coste económico, por perderse economías de escala domésticas, lo que reduce la renta per cápita efectiva.

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