La clase media pagará 3.000 € más al año en impuestos

La brutal subida de impuestos que planea Podemos y los sindicatos UGT y CC.OO, persigue recaudar la barbaridad de 80.000 millones de euros más al año. Como no podía ser de otra manera es acorde con el ideario comunista, enemigo de la propiedad privada, y persigue confiscar todos los años y poner bajo su administración más de la mitad del PIB de España. 

Con la disculpa de que en España la recaudación es menor en un 6,3 % en relación al PIB que en el resto de la eurozona, la ultraizquierda ha puesto encima de la mesa una salvaje subida impositiva de todos y cada uno de los tributos, añadiendo algunos nuevos. Se trata de la nueva realidad con un país, más social, más igualitario, más productivo y más verde, Plan de Reconstrucción lo llaman. 

Impuestos sobre el trabajo 

Destopar las cotizaciones sociales. El pago de cotizaciones sociales tiene un límite al alza (base máxima de 48.000 euros al año). La propuesta, en este caso, consiste en eliminar dicho umbral. A la vez pretenden una restructuración de tramos, no concretada, para conseguir un aumento de la contribución fiscal. De momento prevén un tipo  marginal del 47%, que llegaría hasta el 55% para las rentas más altas. 

Los impuestos sobre el trabajo influyen tanto en las decisiones de las personas sobre si es preciso trabajar y en qué medida (oferta de mano de obra) como en las decisiones de los empleadores de contratar trabajadores, ya que dichos impuestos y cotizaciones aumentan el coste de la mano de obra (demanda de mano de obra). 

Impuestos sobre el ahorro. 

Como bien es sabido, España es un país de propietarios de vivienda. Un 84% de la población española es propietaria de al menos una vivienda, el 25 % dispone de una segunda vivienda y un 16 % más de dos. La subida del IBI que quieren los comunistas gravará hasta un 1,1 % más la factura por ser propietario de un inmueble, por tanto, a la mayoría de la población. Igualmente planean establecer un impuesto sobre los depósitos bancarios, no sobre los intereses, sino sobre el capital, del 1 %.  Es decir, Podemos y sindicatos le sacara esa tajada de los ahorros a cualquier español tenga metido su dinero en una cuenta bancaria. Se creará un nuevo Impuesto sobre las transacciones financieras para gravar al 0,3% tanto la compra de acciones como de deuda y derivados financieros (ya en tramitación la semana pasada respecto a la empresas del IBEX)  Es decir, cualquier movimiento que implique la inversión de los ahorros en productos financieros.  Además, se eliminarán las deducciones de los planes de pensiones, castigando el ahorro para la jubilación. También quieren subir entre un 4 y 9 % la tributación de rentas por capital, aunque sólo para las rentabilidades más altas, por encima de los 60.000 euros, o eso dicen de momento. 

Castigar el ahorro supone castigar la inversión, por tanto, la disponibilidad de capital para nuevos proyectos empresariales, ampliar los existentes o mantener su actividad.

Impuesto de sucesiones y donaciones. 

Se pretende armonizar en todas las Comunidades Autónomas al tipo impositivo más alto. 

Impuestos sobre los autónomos y sociedades. 

El gobierno social-comunista restringirá la utilización del sistema de la Estimación Objetiva por Módulos en IRPF y régimen simplificado de IVA, instaurando como norma general la estimación directa. Establecerá un tipo del 35% en el Impuesto de Sociedades para las bases imponibles superiores al millón de euros y una tributación mínima del 15% del resultado contable (del 18% para entidades financieras y de hidrocarburos), limitando, además, las exenciones de dividendos y plusvalías. 

Los impuestos sobre sociedades influyen tanto en la ubicación de las empresas como en la inversión directa nacional y extranjera, por tanto, tal medida desincentivará la creación de empresas en España y ahogará más a los autónomos. 

Impuestos sobre el combustible e impuestos verdes. 

Se creará un impuesto sobre Actividades Extractivas Mineras, un impuesto sobre las emisiones de CO2. Se subirán los impuestos sobre hidrocarburos igualando el precio de la gasolina y el diésel. Ya se ha puesto en marchas un impuesto sobre los Envases No Reutilizables. Se creará un impuesto especial sobre vehículos para que tributen en función de la contaminación.

Impuesto tecnológico. 

Se creará un nuevo impuesto dedicado a gravar el 3% de los ingresos generados por determinados servicios digitales prestados por compañías tecnológicas con ingresos superiores a los 750 millones de euros a nivel mundial y más de 3 millones en España. Impuesto que encarecerá los servicios para el consumidor. 

No se sabe nada del IVA, pero son insistentes los rumores en que al menos se aplicará una subida al 23 % del IVA general, al igual que se hace en Portugal. 

La propaganda ultraizquierdista se acoge a la presión fiscal, el porcentaje de recaudación de impuestos en relación al PIB, para afirmar que en España no estamos por encima de la media del resto de países de la UE y aún habría margen para acercarnos a Francia, el país con mayor de presión fiscal de la UE y el mundo. 

Pero eso no quiere decir que en nuestro país paguemos menos impuestos. Aquellos que los pagan, lo hacen con un esfuerzo fiscal muy superior a nuestros homólogos europeos, puesto que el porcentaje de españoles entre los que se recauda, vía impuestos directos, ese porcentaje del PIB es inferior al de los homólogos en Francia, Italia, Alemania o Gran Bretaña.

Cierto que España recauda menos. Entre el 24,1 % de Irlanda y el 48,2 % de Francia, en España se recauda en impuestos un 34,5% del PIB anual. En EE.UU es del 30 %. Pero este dato no refleja el esfuerzo fiscal, porque quienes pagan impuestos directos en España solo son el 38 % de sus habitantes, mientras en Francia, el país con mayores impuestos del mundo, son el 41,5 % de la población. Normal si se computa la población activa entre ambos países, España cuenta con un índice de parados del 14,8 % y Francia del 8,7 % (antes del COVID19, por supuesto). Es decir, debe quedar claro que en España son menos quienes pagan impuestos directos que en Francia, por tanto, la carga fiscal de los contribuyentes españoles es similar al país con mayor presión fiscal del mundo. 

Además, para conocer el auténtico esfuerzo fiscal hay que tener en cuenta la renta per capita de cada país. Para ello hay que acudir al índice Frank, que divide los impuestos recaudados sobre el PIB, entre el PIB per cápita, que refleja los ingresos medios de cada ciudadano. A continuación, se multiplica por 1.000 el resultado, obteniendo así un valor final que permite comparar qué países exigen un mayor o menor nivel de esfuerzo fiscal a los contribuyentes. Así el índice Frank es de 0,39 puntos en Irlanda, como hemos visto, el país con menor presión fiscal de la UE y del 1,57 en Francia, el país con mayor presión fiscal, no de la UE, sino del mundo. España tiene una puntuación del 1,51, de nuevo similar a la de Francia. 

Por tanto, cuando desde sindicatos, Podemos, PSOE y sus mamporreros mediáticos cuentan que en España pagamos pocos impuestos en comparación con el resto de Europa, simple y llanamente están engañando a la población. Pero si comparamos los servicios sociales que perciben los franceses con lo que recibimos los españoles a cambio de nuestros impuestos, empezando por la edad de jubilación, que en Francia es de 62 años frente a los 67 de España y siguiendo por el subsidio de desempleo que llega a un máximo de 36 meses en Francia, frente a los 24 en España, es evidente que nos toman por idiotas. Y lo peor es que, vista la facilidad con que cuelan sus falsedades, no andan muy desencaminados sobre el trato borreguil que dispensan a la sociedad española. 

Y lo peor de todo es que con la subida de impuestos que prepara el gobierno social-comunista no está claro que suba la recaudación, ya que, más que de la subida de impuestos, depende del ritmo de crecimiento de la economía y del fraude. Lo que sí es seguro, es que de nuevo serán los mismos que ya venían pagando los que pagaran aún más, esos 18 millones de españoles de donde llega el grueso de la recaudación, no del millón de contribuyentes ricos. Será una media aproximada de 3.000 € lo que cada familia de clase media tendrá que abonar de más al año debido a la subida de los impuestos directos e indirectos. 

Top