La gran cobertura informativa sobre la invasión de Ucrania en comparación con el total de toda las informaciones publicadas sobre el resto de conflictos bélicos existentes actualmente, que es casi nula en los grandes medios, muestra que el fin de esta no consiste únicamente en transmitir el desarrollo y los horrores de una guerra sino de aprovechar la situación para intentar revertir la disidencia cada vez mayor contra la agenda globalista y las instituciones que la sustentan como la OTAN y la UE. Pura propaganda.
La necesaria colaboración entre los medios de comunicación y las oligarquías políticas y económicas.
«Toda acción de propaganda tiene que ser necesariamente popular y adaptar su nivel intelectual a la capacidad receptiva del más limitado de aquellos a los cuales está destinada. De ahí que su grado netamente intelectual deberá regularse tanto más hacia abajo, cuanto más grande sea el conjunto de la masa humana que ha de abarcarse. Mas cuando se trata de atraer hacia el radio de influencia de la propaganda a toda una nación, como exigen las circunstancias en el caso del sostenimiento de una guerra, nunca se podrá ser lo suficientemente prudente en lo que concierte a cuidar que las formas intelectuales de la propaganda sean, en lo posible, simples.[1]» plasmó Adolf Hitler en su Mein Kampfdurante su primer año de estancia en el presidio de Landsberg para cumplir la condena por el intento de golpe de Estado en 1923. En el capítulo «propaganda de guerra» de dicha obra el líder nacionalsocialista analiza los errores de la propaganda alemana durante la I Guerra Mundial, la cual «fue igual a cero»[2], a la vez que propone futuras técnicas propagandísticas. Este artículo no va destinado a analizar la forma de trabajar la propaganda de las milicias paramilitares nacional-socialistas que operan libremente en Ucrania desde 2014 como el batallón Azov [3], sino analizar como la prensa occidental, la nuestra, sigue las instrucciones tal y como el Führer lo habría estipulado.
En marzo de 2020 el Parlamento Europeo recogía que «seis años después del inicio del conflicto armado en el este de Ucrania y de la anexión ilegal de la península de Crimea por Rusia, los acuerdos de paz de Minsk para poner fin a los combates han dado escasos resultados. A pesar de algunos avances a finales de 2019, como el intercambio de prisioneros y las nuevas conversaciones de paz, prosiguen los combates en el este de Ucrania» [4] y «dado que las víctimas mortales han alcanzado la cifra de 13.000, que hasta 30.000 personas han resultado heridas, 1,4 millones están desplazadas y 3,4 millones necesitan ayuda humanitaria, en enero de 2020 las Naciones Unidas solicitaron 158 millones de dólares para asistencia humanitaria y para proteger a las personas vulnerables en el este de Ucrania»[5]. También ONGS y medios de comunicación españoles hicieron referencia a este conflicto pero sin profundizar[6], como si fuera una de las tantas guerras que existen actualmente y que a nadie importa.
Desde el Euromaidán en 2014, hasta la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, han aparecido de forma masiva en los medios de comunicación noticias relacionadas con la crisis de la Covid, las tensiones entre la UE y los países del grupo de Visegrado, varias crisis de refugiados e inmigrantes, el Brexit, la legislatura de Trump o las demostraciones militares de Corea del Norte, a lo que hay que sumarle toda la incesante actualidad nacional. Es normal que cualquier consumidor de noticias, ante tanta saturación, olvide lo que pasó hace una semana o el orden cronológico de los acontecimientos. También se olvidaba fácilmente a principios del siglo XX pese a que solo existía la radio y había que comprar cada mañana al periódico en el quiosco, como recoge Hitler en su obra: «La capacidad de asimilación de la gran masa es sumamente limitada y no menos pequeña su facultad de comprensión, en cambio es enorme su falta de memoria. Teniendo en cuenta estos antecedentes, toda propaganda eficaz debe concretarse sólo a muy pocos puntos y saberlos explotar como apotegmas hasta que el último hijo del pueblo pueda formarse una idea de aquello que se persigue. En el momento en que la propaganda sacrifique ese principio o quiera hacerse múltiple, quedará debilitada su eficacia por la sencilla razón de que la masa no es capaz de retener ni asimilar todo lo que se le ofrece. Y con esto sufre detrimento el éxito, para acabar a la larga por ser completamente nulo.»[7]
La prensa occidental, a saber, demócrata, liberal y capitalista, está repitiendo hasta la extenuación el riesgo de desaparición de la democracia y la libertad en Ucrania, como si se tratara de un ejemplo a seguir para sus vecinos rusos, polacos, húngaros o eslovacos[8], además de una más que posible expasión de Rusia hacia occidente. Pero desde la coordenadas de las democracias occidentales de mercado pletórico, en las que se pretende implementar la delirante Agenda 2030, ¿se puede considerar a Ucrania una democracia «homologable» previamente a la invasión rusa?
Si analizamos la clasificación de calidad democrática de la revista The Economist del año 2021, Ucrania figura igualada con México en el puesto 86, muy por detrás de la Hungría de Viktor Orbán (56), la Polonia de Andrzej Duda (51) o la Brasil de Jair Bolsonaro (47)[9]. Pero una clasificación que lidera Noruega, donde existe una organización estatal como el Barnevernet que roba arbitrariamente los hijos a sus padres, sobre todo a los extranjeros, poca fiabilidad se puede esperar, así que no me extrañaría si en la misma clasificación referida al año 2022 Ucrania figurase entre los 20 primeros puestos y Zelensky como principal aspirante al premio Nobel de la Paz.
En referencia a uno de los principales dogmas de las democracias occidentales, los derechos del movimiento LGTBI, algunos medios y tertuliano vaticinan la represión que sufrirán los homosexuales por la llegada de los rusos, como si en Ucrania se viviera una fiesta del orgullo gay permanente. El informe «Homofobia de Estado» de The International Lesbian, Gay, Bisexual, Trans and Intersex Association (ILGA) señala que «en 2012 se introdujeron en Ucrania los proyectos de ley 1155 y 0945 en un intento de «proteger» a les niñes de la «propaganda» sobre las relaciones entre personas del mismo sexo. Sin embargo, ambos proyectos no llegaron a la etapa del debate parlamentario. En 2019 el Consejo de la ciudad de Rivne, en Ucrania occidental, prohibió la celebración de manifestaciones públicas LGBT. Se introdujo la decisión «de prohibir la propaganda de diversos tipos de comportamiento sexual desviado en la ciudad de Rivne, incluyendo en forma de las denominadas ‘marchas de la igualdad’, ‘desfiles del orgullo’, ‘festivales de la cultura queer’, etc., que se celebran en lugares de ocio masivo para familias con niños». En 2020, la Corte Administrativa del Distrito de Rivne declaró la prohibición ilegal e inválida. En 2020, dos diputades introdujeron en el Parlamento el Proyecto de Ley No. 3917 que castiga «la propaganda del homosexualismo y el trangenerismo». Asimismo, en 2020 el Tribunal Administrativo Regional de Kiev declaró discriminatoria una resolución del Consejo Regional de Chernivtsi que, al igual que múltiples decisiones emitidas en todo el país, llamaba al gobierno a «proteger la institución de la familia» mediante la prohibición de las manifestaciones LGBT y la adopción de legislación sobre la «propaganda» LGBT. «[10]. En es mismo informe se recoge que la única diferencia en la protección al colectivo LGTBI se establece en la protección laboral [11], ya que desde 2015 «el artículo 21 del Código del Trabajo (1971), modificado por la Ley No. 785-VIII (2015), incluye la orientación sexual como uno de los motivos prohibidos de discriminación en el empleo»[12]. Además «a muchas de las mujeres trans que intentan huir de Ucrania y que no tienen sus documentos actualizados les frena la prohibición para los hombres que están en edad para el servicio militar. El Gobierno no les permite salir del país»[13]. Sobre esto aún no se han pronunciado las del «techo de cristal» y «el nosotras parimos, nosotras decidimos» para exigir con los pechos al aire una «cuota de igualdad» en el frente de batalla. Pero cualquiera que conozca el mundo eslavo sabe que en general estas ideas LGTBI no van a tener el mismo recorrido en los antiguos territorios del Pacto de Varsovia y Yugoslavia que en otros países del continente, salvo por motivos monetarios, es decir, que se le nieguen o se le retiren fondos e inversiones si sus parlamentos soberanos no aceptan las correspondiente directrices de entidades supranacionales[14].
La publicidad de la solidaridad.
«Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.»[15]. Esto es algo que los miembros de la sociedad secular en la que vivimos desconocen, como se puede contemplar en las redes sociales repletas de perfiles con imágenes del material enviado a los refugiados o los relatos de viajes heroicos de quien ha recorrido Europa para recoger en su vehículo a una familia. Al fin y al cabo buscan la recompensa del Padre secular, el icono con el pulgar hacia arriba del me gusta de la red social correspondiente. Pero si nauseabundo resultan estos actos de egocentrismo y vanidad de individuos tras una pantalla, no menos lo son los realizados por las empresas privadas que combinando sus logos con la bandera ucraniana han tenido un filón para publicitar su solidaridad corporativa, como por ejemplo en la red laboral linkedin.
Y es la propaganda de guerra la causante de tal movilización que jamás se hubiera producido sino se hubiera inundado las pantallas de imágenes y vídeos de las zonas de combate apelando al sentimentalismo. El pagano Hitler en referencia al sentimentalismo observó que «la gran mayoría del pueblo es, por naturaleza y criterio, de índole tan femenina, que su modo de pensar y obrar se subordina más a la sensibilidad anímica que a la reflexión. Esa sensibilidad no es complicada, por el contrario es muy simple y rotunda. Para ella no existen muchas diferenciaciones, sino un extremo positivo y otro negativo: amor u odio, justicia o injusticia, verdad o mentira, pero jamás estados intermedios.»[16]
Los reyes de la propaganda
Si hay algo que ha quedado ya definitivamente claro, es la no imparcialidad de las redes sociales. Alguna red social que otra (permítame que no ensucie mi artículo incluyendo su nombre), la cual no hace mucho tiempo atrás censuraba usuarios por cualquier nimiedad o incitar a la violencia [17], permite en estos momentos que se llame al asesinato de rusos, como si todos los rusos tuvieran las mismas ideas, lo que básicamente consiste en ignorar que es la nación más «multicultural» del planeta. Esto choca con la posición tomada en Europa ante los atentados yihadistas. ¿Recuerdan las campañas existentes para «evitar la confusión» entre musulmanes y fundamentalistas islámicos con el fin de no provocar una profunda islamofobia? Si esta contradicción es otra muestra de la propaganda de guerra, también lo es afirmar que Putin es un dictador que somete a su pueblo mientras que se intenta castigar a los rusos que viven fuera de Rusia, en definitiva, al castigado «pueblo» ruso por la dictadura de Putin se le aplica también castigos en las democracias occidentales en vez de liberarlos del dictador y ofrecerle su apoyo y adhesión a la causa demócrata. Aunque más bien parece que estén aún buscando una especie de Lebensraum. [18]
Cuando la guerra de Ucrania termine y todo vuelva a la normalidad de los últimos 70 años, es decir, EEUU apoyando golpes de Estados e iniciando guerras donde haya cualquier gobierno contrarios a sus interés, ¿volverán los medios de información que ahora claman por los horrores de la guerra a pedir sanciones ejemplares para EEUU, la persecución a los ciudadanos estadounidenses, la cancelación de suscripciones a todas las plataformas digitales de series y películas de Hollywood, la expulsión de todas los fondos de inversión y multinacionales que solo crean trabajos basura, el cierre de sus bases militares fuera del terreno estadounidense o desistir de la implantación de la Agenda 2030?
Podría darse el caso que la propaganda, al insuflar miedo e incertidumbre sobre el futuro por los posibles conflictos geopolíticos, surtiera el efecto contrario y los europeos se acabasen abrazando a políticos proteccionistas contrarios a la Agenda 2030, favorables a la energía nuclear y al control fronterizo de bienes y personas al experimentar por segunda vez, en menos de dos años, como los precios de productos básicos, e incluso su existencia, se disparan por acontecimientos que comenzaron a miles de kilómetros de sus fronteras. Larry Fink, presidente y consejero delegado de la mayor gestora de inversiones del mundo como es BlackRock, reconoce en una carta a sus accionistas «que la invasión rusa de Ucrania ha puesto fin a la globalización que hemos vivido durante las tres últimas décadas»[19].
Seguramente la prensa anglosajona sabrá como revertir dicha situación, la propaganda siempre ha sido su mejor arma y los españoles aún la sufrimos en forma de leyenda negra y es algo que Hitler comprobó durante la I Guerra Mundial: «Inglaterra se había percatado de algo más al considerar que el éxito del arma espiritual de la propaganda, dependía de la magnitud de su empleo y que ese éxito compensaba plenamente todo esfuerzo económico. La propaganda era considerada allí como un arma de primer orden, en tanto que entre nosotros no significaba otra cosa que el último mendrugo para políticos sin situación o bien la posibilidad de un puestecillo de retaguardia para héroes modestos»[20].
En España y el caso de Anne-Laure Bonnel
En el caso de España, donde los grandes medios de comunicación interpretan de forma dispar los resultados de unas elecciones, los datos del paro o los casos de corrupción, en cambio, no divergen en su propaganda de guerra contra Rusia y el apoyo a las sanciones. Esperemos que esta línea común se mantenga ante cualquier crisis con Marruecos. En el año 2016 Pedro Sánchez pidió «la dimisión del ministro de Industria en funciones (José Manuel Soria), después de que se haya sabido que su nombre figura en los llamados ‘Papeles de Panamá’ como administrador de una empresa durante dos meses en 1992» [21]. Es de esperar que dejara su ética de lado una vez que llegó a Presidente del Gobierno para ejercer la diplomacia al entrevistarse con Zelensky en diciembre de 2021 [22], dos meses después de que el presidente ucraniano apareciera en los «papeles de Pandora»[23]. También en el año 2016 una reportera de guerra francesa llamada Anne-Laure Bonnel publicó un documental que ella misma había producido sobre la vida de la población del Donbás a partir del Euromaidán[24], cuando la propaganda de guerra occidental no era rentable. Tras la invasión rusa «denunció que el diario (Le Figaro) borró de sus plataformas su artículo sobre la vida de la población del Donbass»[25] en una red social: » Le Figaro’ acaba de retirar mi artículo ya publicado y lo invisibiliza de ahora en adelante. ¿Por qué? Pregunten por ello. Indígnense”[26].
Censurar es parte de la propaganda de guerra y por eso es lícito que los medios occidentales defensores de la libertad de expresión no se rebelen por la censura a la propaganda del bando contrario que encarnan los medios Sputniknews y Rusia Today.
[1] Mi lucha, Capítulo propaganda de guerra. Adolf Hitler, 1924]
[2] Mi lucha, Capítulo propaganda de guerra. Adolf Hitler, 1924
[3] Las razones y detalles de la guerra de Ucrania | El Manifiesto Párrafo el conflicto olvidado
[4] Ucrania: Los Acuerdos de Minsk cinco años después (Europa.eu)
[5] Ucrania: Los Acuerdos de Minsk cinco años después (Europa.eu)
[6]La penúltima revolución de Lenin | El Manifiesto
[7] Mi lucha, Capítulo propaganda de guerra. Adolf Hitler, 1924]
[8] a)“Putin teme que las ideas de democracia y libertad en Ucrania se extiendan a Rusia” (larazon.es) b) Invasión a Ucrania: La democracia que defendemos | Opinión | EL PAÍS (elpais.com) c) Ucrania es la víctima y el objetivo, la democracia – Óscar Ortiz Antelo – Libertad Digital d)La defensa de la democracia mundial está en Ucrania | La Nación (nacion.com) e)Ucrania es la víctima, la democracia el objetivo | elcato.org
[9] Democracy Index 2021 (eiu.com) pg.14
[10] SPA-COVArtboard 1 (ilga.org) Pg.172
[11] SPA-COVArtboard 1 (ilga.org) Pg.344
[12]SPA-COVArtboard 1 (ilga.org) Pg.244
[13] El pasaporte con el género equivocado: la odisea de las mujeres trans para escapar de Ucrania | Euronews
[14] Bruselas abre expedientes sancionadores a Hungría y Polonia por sus leyes homófobas (eldiario.es)
[15] Mateo 6:3-4
[16] Mi lucha, Capítulo propaganda de guerra. Adolf Hitler, 1924]
[17] Estos son los motivos por los que Facebook te puede expulsar y bloquear tu publicación (abc.es)
[18] Mi lucha, Capítulo orientación política hacia el este. Adolf Hitler, 1924]
[19] Larry Fink (BlackRock), sobre Rusia: “El acceso a los mercados de capitales es un privilegio, no un derecho” (elespanol.com)
[20]Mi lucha, Capítulo propaganda de guerra. Adolf Hitler, 1924]
[21] Pedro Sánchez pide la dimisión de Soria tras aparecer su nombre en los ‘Papeles de Panamá’ (europapress.es)
[22] Sánchez traslada al presidente de Ucrania el compromiso de España con su integridad ante la amenaza rusa (europapress.es)
[23] a) Ucrania y los papeles de Pandora (nuevoperiodico.com) b) La familia del presidente tenía la intención de recibir dividendos desde el extranjero después de que Zelensky llegara al poder. (slidstvo.info) (traducir al español)
[24] DONBASS (Subtítulos en Español) Documental de Anne Laure Bonnel. 2016 – YouTube
[25] “Le Figaró” censura a una corresponsal de guerra – FeSP – Federación de Sindicatos de Periodistas (fesperiodistas.org)
[26] “Le Figaró” censura a una corresponsal de guerra – FeSP – Federación de Sindicatos de Periodistas (fesperiodistas.org)