Análisis postelectoral en Francia: el terremoto Bardella-Le Pen, la apuesta macronita, el Nuevo Frente Popular y la reconfiguración de la derecha francesa.
A las 23:00 del domingo 9 de junio, los resultados de las urnas confirmaron lo que llevaban anunciando las encuestas durante toda la campaña de las elecciones al Parlamento europeo: la Agrupación Nacional de Marine Le Pen y Jordan Bardella (antiguo Frente Nacional) había vencido con claridad a la candidatura apoyada por Emmanuel Macron (“Europa Unida”). En efecto, más de 15 puntos de ventaja entre 1o y segundo, con una diferencia de 17 escaños entre Agrupación Nacional (30) y Europa Unida (13). Más preocupante todavía para Macron, su partido apenas ha quedado 0,76 puntos por delante del Partido Socialista francés, el cual obtiene los mismos escaños que el partido presidencial:
Trasladado sobre el terreno, la victoria de Agrupación Nacional es aún mayor: ha vencido en todos los departamentos de la Francia metropolitana a excepción de los 3 departamentos de la región parisina. Asimismo, se trata del mayor porcentaje de voto jamás obtenido por Agrupación Nacional en una elección nacional, lo cual no puede achacarse a una baja participación pues son las elecciones europeas con mayor participación desde 1994.
A mayor disgusto de Emmanuel Macron y su proyecto político, solo un presidente francés en ejercicio ha obtenido un peor resultado en unas europeas, el socialista François Hollande obtuvo en 2014 apenas un 14% del voto, lo que sin duda ayudó a que decidiera no presentarse a la reelección en 2017. Asimismo, la suma de las opciones de derecha (Agrupación Nacional, Los Republicanos y ¡Reconquista!) han obtenido la mayoría absoluta de los diputados (41) frente a la suma del bloque de izquierda y de centro (40). En definitiva, no cabe sino admitir que el resultado para Macron es enormemente negativo, lo que podría interpretarse como una censura del pueblo francés de su 2o mandato hasta la fecha.
Macron disuelve la Asamblea nacional
Ante tal panorama, la disolución anticipada de la Asamblea nacional anunciada por Macron en la misma noche electoral se convierte la opción nuclear para un presidente que, con el paso del tiempo, está cada vez más falto de apoyos. Así, y antes de proceder a analizar qué pretende Macron con esta disolución anticipada, conviene recordar ciertos aspectos:
- Emmanuel Macron está impedido constitucionalmente (art. 5 de la Constitución de 1958) de presentarse a un 3er mandato. Macron es, ahora mismo, lo que los americanos llaman un “pato cojo”, es decir, un político que está de salida.
- Las elecciones legislativas de 2022 tuvieron como resultado la pérdida de la mayoría absoluta en la Asamblea nacional por parte del partido macronita. Es decir, que desde 2022 Macron ha estado gobernando en minoría, lo que ha hecho casi imposible que pueda aprobar legislación (1). Eso le ha llevado a centrarse en la política exterior, con consecuencias imprevisibles no solo para Francia sino para Europa en su conjunto (i.e. el flirteo de enviar tropas francesas a Ucrania).
- Emmanuel Macron, por más que nuestros medios de comunicación se empeñen en ocultarlo, es uno de los presidentes más impopulares de Francia. Así, su tasa de aprobación solo sobrepasó el 50% a inicios de 2017, estando desde entonces en unos niveles inferiores al 35%. La única razón por la que pudo alzarse victorioso en 2022 es por la existencia del “cordón sanitario” contra Agrupación Nacional.
Con esto en mente, la decisión de Emmanuel Macron de disolver la Asamblea nacional aparece algo más clara. Por un lado, evita que pueda permear la idea de que Agrupación Nacional ha ganado con claridad las elecciones. Por supuesto, todo el mundo ve los resultados y sabe que Le Pen y Bardella han ganado, pero con la convocatoria esa realidad pasa a un segundo plano: ya no se trata de una eliminatoria a partido único, ahora queda el partido de vuelta por jugarse, si se permite el símil futbolístico. Dicho de otro modo, Macron impide la desmovilización de las bases de la “no derecha” y que los resultados de la “derecha” se normalicen. A los españoles nos sonará esta estrategia, pues es similar a la practicada por Pedro Sánchez con la convocatoria de elecciones el 23 de julio de 2023. Asimismo, con esta disolución anticipada Macron consigue mantener en su campo a las fuerzas de izquierdas que, en otras circunstancias, podrían haberse visto tentadas de atacarle. Ahora el enemigo es “la derecha y el fascismo”, y la izquierda cual animal amaestrado corre presta a la llamada de su amo en el Elíseo para conformar un Nuevo Frente Popular (2) para hacer frente a Agrupación Nacional. Finalmente, con esta convocatoria Macron esperaba pillar descolocada a la derecha y, a ser posible, reactivar el “cordón sanitario” contra Le Pen y los suyos, que tantos réditos electorales ha dado a la izquierda desde que la estrategia fuera creada por Miterrand en 1984 (la bautizada como “Trampa Miterrand” por, entre otros, Éric Zemmour).
La formación de los bloques electorales
Vistos los motivos de Macron, a fecha de 13 de junio de 2024, las coaliciones electorales serían las siguientes:
- El Nuevo Frente Popular: coalición de izquierdas que agrupa a NPA (partido trotskista, bolivariano y pro-Hamas), la Francia Insumisa (el partido de Mélenchon), los Radicales de izquierdas, los ecologistas, los abertzales vascos (Sortu), al Partido Comunista francés y al Partido Socialista francés. Fue la primera coalición en conformarse y, si bien todo parecía calmado, la lucha por las candidaturas en las circunscripciones amenaza con dificultar un acuerdo que se pensaba hecho apenas hace unos días. Sin embargo, lo más probable es que no se rompa esta coalición.
- La coalición a favor del presidente entre el partido “Ensemble” de Emmanuel Macron y sus aliados centristas.Es, sin embargo, en la derecha dónde han ocurrido los acontecimientos más significativos. En efecto, tras conocerse el anuncio de disolución anticipada Bardella y Marine Le Pen hicieron un llamamiento a la unidad de la derecha, llamamiento que fue avalado por Marion Maréchal (cabeza de lista de ¡Reconquista! en las elecciones europeas y sobrina de Marine Le Pen) y, sorprendentemente, por Eric Ciotti, presidente de Los Republicanos (el partido post-Gaullista de Chirac y Sarkozy).
Es, precisamente, el apoyo de Ciotti a una coalición con Agrupación Nacional lo que ha permitido dinamitar un consenso de más de 40 años. Que el partido de Chirac se ofrezca a ir en coalición con Le Pen habría sido inconcebible hace apenas una semana, pero hete aquí que esa era la gran noticia política en Francia durante el lunes y el martes pasado. Asimismo, todo parecía indicar que Maréchal y Bardella habían alcanzado un acuerdo de cara a una alianza electoral entre sus dos partidos. Sin embargo, los acontecimientos se fueron sucediendo y lo que apuntaba a la creación de una coalición electoral, más o menos dificultosa, ha supuesto una explosión en la derecha francesa cuyas consecuencias son imprevisibles hoy en día.
De la “Unión de las Derechas” a la implosión de Los Republicanos y ¡Reconquista!
Los acontecimientos no se hicieron esperar y tras anunciar Ciotti su intención de alcanzar un acuerdo con Agrupación Nacional, los cuadros del partido han iniciado una revuelta contra Ciotti amenazando con destituirle de su puesto. Ahora mismo el resultado de esta lucha es incierto3, pero todo parece apuntar a que el partido quedará dividido en 2: Ciotti y una mayoría de bases populares del partido encuadrados en la nueva alianza de derecha, por un lado, y los viejos cuadros del partido por otro, los cuales seguramente serán absorbidos por Macron o deberán jubilarse de la política activa. Sea como fuere, lo que parece claro es que Ciotti ha obtenido su alianza con Agrupación Nacional y una serie de candidatos leales a él serán presentados en unas 80-90 circunscripciones. No se descarta, sin embargo, la presencia de “independientes de Los Republicanos” sostenidos por Macron para tratar de fragmentar el voto de la derecha, pero eso ahora mismo es menos probable.
En el lado de ¡Reconquista! la situación no es mucho más tranquila, pues lo que parecía un acuerdo hecho el 11 de junio por la mañana se tornó en decepción por la tarde. Marion Maréchal comunicó que, por decisión de Agrupación Nacional, no habría pactos con el partido de Zemmour. ¿Los motivos? Precisamente la presencia de Zemmour, personaje que genera una gran antipatia en Le Pen y Bardella pues le acusan de haber saboteado las posibilidades de victoria de Le Pen en las presidenciales de 2022 y de haber atacado constantemente a Agrupación Nacional desde entonces. Por su parte, Zemmour nunca ha visto con buenos ojos a Marine Le Pen, y se ha encargado de recordarlo continuamente desde que antes incluso de saltar al escenario político en 2022. También existen consideraciones de táctica electoral, pues Agrupación Nacional no quiere “regalarle” a ¡Reconquista! diputados que le permitirían acceder a una financiación pública que les permitiría crecer en la vida política francesa. Por otro lado, y a diferencia de Los Republicanos, ¡Reconquista! carece de infraestructuras potentes a nivel local en toda Francia que puedan ayudar realmente en unas elecciones legislativas. Dicho de otro modo, Zemmour solo puede aportar un número limitado de votantes y ciertos perfiles que, en todo caso, no serían leales a Jordan Bardella, pudiendo obtener bastante a cambio. Todas estas consideraciones provocaron la ruptura de las negociaciones entre Le Pen y Maréchal. Si bien Zemmour ha anunciado que no se presentaría a las elecciones y afirma estar dispuesto a llegar a un acuerdo, los acontecimientos parecen haberle superado por completo, pues el 12 de junio por la tarde Marion Marechal junto con un grupo de notables de ¡Reconquista! (varios vicepresidentes y eurodiputados electos) anunciaron que ellos animaban a votar por la candidatura de Jordan Bardella y Agrupación Nacional, animando a Zemmour a retirar las candidaturas de su partido. Ante estos actos, que Zemmour ha calificado de “la más alta de las traiciones”, Maréchal y los otros díscolos han sido expulsados del partido, produciéndose una división que amenaza con destruir el partido del antiguo comentarista televisivo. En todo caso, parece que tras la ruptura con Zemmour, los díscolos de ¡Reconquista! formarán parte de las listas de Agrupación Nacional en algunas provincias clave.
Finalmente, quedarían los partidos minoritarios (¡Francia en pie! de Nicolas Dupont- Aignan o la Alianza Rural de Jean Lasalle, por ejemplo) cuyos destinos son inciertos pero que, o se unirán a la candidatura de Agrupación Nacional u optarán por la no participación, limitándose a dar consignas de voto.
Sea como fuere, y a la espera de que el día 16 de junio se publiquen las candidaturas y coaliciones definitivas, todo parece indicar serán los electores los que tendrán que decidir su voto si apoyan las tesis de los partidarios de la Unión de las derechas o no. Y, ya que mencionamos a los electores, es necesario hacer ciertas consideraciones acerca del sistema electoral francés en la Asamblea legislativa.
Las elecciones legislativas francesas o el arte de pasar a segunda vuelta
De manera similar a las elecciones presidenciales, el sistema electoral de la Asamblea nacional es un sistema mayoritario a doble vuelta por distrito uninominal (un solo diputado por distrito). Así, si un candidato obtiene la mayoría absoluta de los votos emitidos que supongan, a su vez, más del 25% del censo, ese candidato será elegido en 1a vuelta. En caso contrario, pasarán a segunda vuelta los dos primeros candidatos más todos aquellos que hayan obtenido un total de voto superior o igual al 12,5% del censo, siendo elegido el candidato que quede en 1a posición.
A efectos prácticos, esto implica que lo más importante en la 1a vuelta es bien ganar inmediatamente, bien conseguir pasar a la 2a vuelta. Esto supone que muchas elecciones se resuelven de facto en la 1a vuelta a causa del voto táctico de los electores vistas las opciones disponibles (por ejemplo, un distrito con un candidato de Macron y otro de la NUPÉS en la 2a vuelta Gene muchas papeletas para resolverse a favor de Macron, pues parece extraño ver que los electores de derecha vayan a votar por un radical de izquierdas). También cabe la posibilidad de que existan las llamadas “triangulares”, esto es, 3 candidatos en 2a vuelta (aquí la situación suele resolverse con la reGrada tácGca de uno de los 3 candidatos en favor de otro de una familia política similar, para evitar una victoria relativa del tercer candidato). Precisamente a causa del cordón sanitario, históricamente Agrupación Nacional no obtenía resultados por negativa de los partidos “centristas” y de izquierdas a votar por ellos en 2a vuelta.
Así, en 2022:
• Agrupación Nacional pasó a 2a vuelta en 202 distritos, obteniendo solo 90 diputados.
• Ensemble (Macron) pasó a 2a vuelta en 414 distritos, obteniendo 248 diputados. • La NUPÉS (Mélenchon) pasó a 2a vuelta en 365 distritos, obteniendo 131
diputados.
Ahora, el aumento del porcentaje de voto de Agrupación Nacional, la ruptura del cordón sanitario y una mayor coordinación de la derecha política posibilita que el partido de Marine Le Pen pueda alcanzar bastantes segundas vueltas el 30 de junio, siendo el objetivo alcanzar un mínimo de 289 diputados con posibilidades reales de vencer en 2a vuelta, ya sean de Agrupación Nacional o de partidos aliados.
Aclaradas estas cuestiones la duda es saber en qué situación nos encontramos ahora mismo. Es diwcil de decir, pues no hay demasiadas encuestas publicadas y pronosticar posibles diputados con el sistema de doble vuelta es bastante complejo, más en este escenario de cambios fundamentales en el sistema de partidos francés. Dicho lo cual, la media de encuestas por ahora publicadas (9-12 junio, Harris- Interactive, Opinion Way, IFOP y Elabe) ofrecen estos porcentajes de voto:
Según estas mismas encuestas, estos resultados de voto podrían traducirse en una mayoría relativa de Agrupación Nacional de entre 220-270 escaños que, junto con los escaños de Los Republicanos (30-55) podrían darle a la derecha el control de la Asamblea nacional. En todo caso, hasta que no llegue el 16 de junio y se confirmen las candidaturas y las coaliciones por distrito, las predicciones de escaños hay que tomarlas con cierta prudencia.
A tenor de las encuestas, y vistos los resultados de las elecciones europeas, parece poco probable confiar en que Macron y sus aliados vayan a obtener la mayoría en la cámara. Y la mayoría de las izquierdas, si bien es posible, no parece probable en este momento.
Posibles escenarios tras las elecciones
Sea como fuere, el actual panorama electoral ofrece 2 escenarios probables:
1. Una victoria de la coalición de derechas y la obtención de mayoría absoluta que permita gobernar. Esto supondría iniciar una cuarta cohabitación, la primera desde 2002, pues el mandato de Macron no finaliza hasta 2027 y no podría disolver la Asamblea hasta 2025. De todas formas, si la derecha venciera, parece poco probable que Macron fuera a disolver la Asamblea de nuevo, pues el daño a su imagen sería considerable. Así, Macron podría aceptar una cohabitación con un primer ministro de la derecha (previsiblemente Jordan Bardella) y refugiarse en lo que Miterrand llamó “dominio reservado”, es decir, las funciones de que la Constitución de 1958 reserva al presidente en materia de Defensa y Relaciones exteriores. Este escenario implicaría una suerte de conflicto entre Presidente y Primer Ministro, pues Macron trataría de desgastar a Bardella para reducir sus expectativas electorales en 2027 y viceversa. También cabría la posibilidad de que Macron considerase esta elección de la derecha como la confirmación de que no cuenta con el apoyo del pueblo francés y presentara su dimisión tras los Juegos olímpicos de París, con lo que se adelantarían las elecciones presidenciales, pero parece poco probable.
2. Posibilidad de una victoria relativa de la derecha, pero insuficiente para gobernar. En ese caso probablemente Macron trataría de nombrar a un gobierno en minoría, pero ante la previsible reducción de su grupo parlamentario debería apoyarse en las izquierdas, lo que abocaría al país al frentismo y a una polarización creciente hasta 2027. En todo caso, este resultado podría dar tiempo al campo derechista a organizarse mejor de cara a 2027 y a crear una verdadera Unión de derechas, toda vez que la que ahora concurrirá a las elecciones es más producto de las circunstancias que una decisión mesurada de los partidos. Y, qué duda cabe, que Agrupación Nacional se consolidaría definitivamente como el partido de derecha en Francia en este escenario.
Sea como fuere, estas legislativas apuntan a ser un nuevo plebiscito hacía Macron y una suerte de ensayo general para las presidenciales de 2027, sobre todo en lo que respecta a la solidez de las coaliciones de partidos a izquierda, centro y derecha.
Sin embargo, la mayor consecuencia de estas elecciones parece que será la ruptura del cordón sanitario contra Agrupación Nacional y su consolidación como líder de su espectro político. Ciertamente, las cuitas internas de los partidos de derecha han empañado la imagen de un buen resultado de las europeas, pero no es menos cierto que no podían resolverse en 4 días más de 40 años de rencillas, desavenencias, ataques y demonizaciones entre las familias políticas de la derecha francesa. Sea cual sea el resultado, todo parece indicar que el tabú se ha roto y en el futuro las alianzas entre partidos serán distintas, lo que abrirá oportunidades jamás vistas no solo en Francia, sino también allende las fronteras galas, toda vez que la influencia que Francia ejerce sobre todo el continente europeo sigue siendo considerable.
(1) El ejemplo más claro de esta debilidad pudo ser la votación de la reforma de las pensiones, a fin de aumentar la edad de jubilación de 62 a 65 años. Ante la imposibilidad de aprobarla en la asamblea, Macron empleó el art. 43.9 de la Constitución de 1958, el cual permite eludir una votación de la asamblea para aprobar legislación con efectos presupuestarios. Ante esto la Asamblea presentó una moción de Censura contra Elisabeth Borne en octubre de 2022 que no tuvo éxito por la negativa de Los Republicanos a votar junto con las izquierdas y el Frente Nacional.
(2) Tal es el nombre de la colación de izquierdas para las elecciones legislativas. Convendremos que la originalidad no abunda chez Jean-Luc Mélenchon y compañía.
(3) En el momento en el que se escribe este artículo Ciotti ha tenido que bloquear el acceso a la sede del partido y ha iniciado una demanda contra los dirigentes rebeldes por “usurpación de funciones” en un juzgado de París.