Gila way of lying

Gila way of lying. Axel Seib

Con el presente artículo quisiera conseguir tres cosas. La primera y principal, dejar constancia que la defensa nacional es y debe ser una prioridad, por lo que toda inversión en nuestra seguridad, es más que bienvenida. Y si consiguiéramos un gasto del 10% del PIB en ello, mejor que mejor. Y me da igual como siente entre los amigos de la paz que quieren dejarnos un estado sin medios de defensa, pero pretenden que nuestros jóvenes vayan a la guerra. No son los pacifistas salidos de un mal anuncio de cerveza los destinatarios de mis consideraciones, únicamente una pared como otra cualquiera.

Las otras dos intenciones, son menos abstractas y más concretas. Una es mostrar el absurdo de Pedro Sánchez escudándose, como siempre, en otros. En este caso en las Fuerzas Armadas.Y el otro, dejar constancia del absurdo y ridículo de defender la postura de Pedro Sánchez por parte de aquellos a los que antes he llamado pared. Los palmeros que van de antibelicistas pero pretenden que otros les protejan cuando van mal dadas.

Para no llevarnos a engaño, voy a transcribir la afirmación de Pedro Sánchez sobre que él no es responsable de rechazar el 5% de inversión en defensa y subir el gasto únicamente al 2’1%:

«Simplemente un matiz, cuando usted dice que yo he sido quien ha dicho que es el 2,1%, no soy yo. Son las Fuerzas Armadas, es el Ministerio de Defensa quien dice que esas capacidades, que han sido acordadas entre nosotros y el resto de aliados, se pueden responder con un 2,1% del PIB. Por tanto, no he sido yo».

Sus palabras, siempre tendentes a no decir verdad alguna pero si a tergiversar los sentidos, transcritas, son fáciles de desmontar. Mentar en primer lugar a las Fuerzas Armadas no es más que utilizarlas de escudo queriendo hacer creer que algún miembro del ejército apoya el racaneo. El sentido real aparece cuando se cita al Ministerio de Defensa, pero de tapadillo. Claro que el Ministerio de Defensa apoya dicha cifra. Es el Ministerio de Defensa del gobierno de Pedro Sánchez. Sería extraño que Margarita Robles hiciera algo más que mandarle cartas de amor y piropos. ¿De quién depende el Ministerio de Defensa? Pues eso. Es muy fácil de imaginar que se les exigió un nivel porcentual muy bajo pero que, bajo algún criterio pobre, pudiera justificarse como alcanzar el nivel óptimo de desempeño. Vaya, comprar mercancía averiada porque es más barata pero intentar colar que lo importante es tener mercancía alguna.

Pero me hace especial gracia el juego de lenguaje para intentar colar que es el ejército quien se da por hipervitaminado con un “gigantesco” 2’1%. Le faltó decir que se entrevistó con la tropa y le dijeron algo así:

«¿F-35? ¿Para qué? Mejor invertimos en varas largas por si nos bombardean. Y el chino nos hace precio en tirachinas por si nos atacan con drones.»

Estamos a un nivel de ridículo y grotesco que la situación recuerda a la guerra de Gila. Realmente, en lugar de tanques podríamos poner a un enano en un 600 y que se ponga a insultar, que no mata pero ofende. Y en lugar de ametralladoras, podríamos poner a un tartamudo con una escopeta.

Pero chistes aparte, es evidente que el 2’1% es una cifra menor y no revela más que la clara voluntad de no querer invertir en defensa. Y yo soy de los que sostiene que España no debería preocuparse por amenazas como Rusia, pero aún así creo que deberíamos aumentar exponencialmente nuestro gasto en industria militar y en personal. Y no porque lo diga la OTAN. Sinceramente, eso me da igual. Tan igual como los palmeros del gobierno sacando pecho de «no gastaremos un 5% del PIB en comprarle armas a los EEUU». Éstos últimos son especialmente graciosos porque se creen que el gasto militar se va a comprar a los EEUU y ya está. No sé si son estúpidos o arrogantes. O ambas cosas. Porque España tiene una bonita industria militar que con una inversión adecuada y bien manejada, puede ofrecernos empleo, innovación y, lo mejor, seguridad. Aunque no parece que ésto último les importe mucho a palmeros y gobierno.

Supongo que es mejor no gastar dinero en empresas industriales punteras, en desarrollo de drones, en soberanía industrial y en seguridad. Mejor nos gastamos los dineros en actos contra el franquismo, en proyectos LGTBI+ y feministas en Honduras, en comprar preservativos y lubricantes con sabores frutales y otras prioridades. Estoy seguro que cuando Marruecos nos ataque, todos esos colectivos irán en formación a defender la Nación que les ha pagado la diversión. Ya veo al Tercio Mari Carmen lanzando condones con sabor a fresa a los soldados marroquíes y dejando el suelo lleno de lubricante para que se resbalen. Aunque quizás con esa táctica atraigamos al rey de Marruecos. Nada es descartable.

Pero hablando de derroche y prioridades, como ante cada caso para justificar el expolio fiscal o gastar en bobadas, salen ingentes hordas de «periodistas» y fulanos de diario a gritar «¡Sanidad y Educación!». Porque parece que al invertir más en defensa, moriremos todos de un catarro y se llenará España de analfabetos. ¿El problema? Que no es verdad. En primero lugar, porque llegan tarde. El país ya está lleno de iletrados que hablan con eslogans y mantras.

Y en segundo lugar, porque hay muchísimas partidas en que se podría recortar para aportar músculo a nuestra defensa nacional. La partida mayoritaria es pensiones. Podríamos evaluar si debemos mantener todas las pensiones no-contributivas. Y que no se me echen al cuello. No me refiero a viudas, huérfanos, accidentados, minusválidos ni esos «graciosos» casos en que españoles con muchas décadas trabajadas, acaban con una pensión no-contributiva por el celo del estado en no aflojar la mosca. Podríamos plantearnos que todo el monto de pensiones no-contributivas dadas a ciudadanos españoles sin ninguna incapacidad más que saber rechazar ofertas de trabajo, se vayan al Ministerio de Defensa. O las pensiones dadas a ciudadanos de origen extranjero con antecedentes penales. Retirada de la pensión y expulsión inmediata, lógicamente. Yo entiendo que hay quien prefiere a un criminal con pensión a un soldado bien armado, pero yo no trabajo para Marruecos.

Y por eso digo que me da igual que lo diga la OTAN. España tiene un enemigo declarado en contacto y amenazando constantemente nuestras fronteras. Un enemigo que tiene a muchos de los suyos en nuestras calles. Y, es más, un enemigo que queda mejor con nuestros aliados atlánticos que nuestro gobierno. Quizás, no sea solamente buena idea invertir en nuestra industria militar. También sería buena idea no quedar mal con nuestros aliados, que bastante cuestionables son ya. Porque mientras rechazamos invertir en nuestra seguridad y quedamos mal con nuestros socios, nuestro enemigo se arma hasta los dientes, nos amenaza y negocia con los EEUU e Israel. Lo siento por los medios palmeros del gobierno. En esta situación Pedro Sánchez no demuestra ningún tipo de «postura propia» y «autonomía» en la OTAN. Sencillamente nos deja desprotegidos y a muchos  aplaudiendo como tontos. Más que una posición propia, parece que nuestra posición la dicta Marruecos. Quizás por eso haya que invertir más en defensa. Para impedir que un estado enemigo espíe y chantajee a nuestro gobierno.

También hay que añadir que tras la crisis del 2008, nuestras Fuerzas Armadas quedaron muy tocadas y muchos proyectos perdieron financiación. Y hay retrasos importantes que podrían haberse solucionado con partidas más generosas en lugar de jugar la carta de «el que lo haga más barato aunque no cumpla». Aunque también tenemos el factor de contratistas muy beneficiados por el gobierno en contra de criterios técnicos. Quizás tengamos empresas como Urovesa, pero da igual, mejor «resucitamos» la actividad en Linares por obvios criterios políticos. Pero en esas cosas no parecemos querer recortar.

También, aunque sea desconocido para el gran público, necesitamos cambiar los Harrier y conseguir cazas de despegue corto y aterrizaje vertical. La única opción es el F-35. Pero el gobierno lleva años dando largas. Y si queremos poder proyectar nuestra fuerza aérea, los necesitamos. Y si, en eso habría que comprarle a los EEUU y tener una supuesta dependencia que, de hecho, ya tenemos en otras muchas áreas. Mientrastanto, otros gobiernos europeos encargan F-35 sin ningún tipo de complejo. Aunque otra opción, menos que poco probable, es que Navantia nos haga un portaaviones con sistema de catapulta. Cosa aún más lenta, costosa y con más problemas técnicos. Y bastante le está costando a Navantia entregarnos los submarinos nuevos. Así que imaginemos lo que tardaríamos en conseguir un portaaviones con dichas capacidades. Y los Harrier llegarán al final de su vida en 2028 mientras el gobierno sigue sin decidir y ya llega tarde. Y vamos de cabeza a perder capacidades. Por mucho que Pedro Sánchez diga que con el 2’1% basta. Pero no basta y, peor, llega tarde. Pero ese parece el lema del gobierno. Tarde, mal y a rastras. Y lo que es peor, dándoselas de estadista mientras nos niega el principio del estado, la seguridad.

Siento terminar el artículo con éstas palabras, pero debo desengañar a tantos que corren por España sin control. Y es que el estado está para garantizarnos la seguridad. No solamente en nuestras calles, cosa que ya hace de forma peor que precaria. También de amenazas como estados hostiles. Ese es su fundamento y debe ser su prioridad y no pagar lubricantes caribeños. Más construir drones y menos pagar condones.

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