El INE publicó en diciembre los datos demográficos definitivos de 2019. Los relativos a nacimientos y fecundidad, y de saldo entre nacimientos y defunciones, estos son, para el futuro del pueblo español, muy preocupantes. En esta nota se analizan algunos aspectos de gran relevancia de estos números de nacimientos, defunciones, migraciones y población total de 2019.
Nacimientos y fecundidad: pésimos datos
En 2019 hubo una nueva caída de nacimientos, como ha ocurrido casi todos los años desde 2009, la cual fue en su integridad debida al menor número de bebés de madres nacidas en España. Los nacimientos totales en 2019 fueron 31% menos que en 2008, y los de madres nacidas en España, 35%. Los nacimientos totales no llegaron a 360.000, como en el siglo XVIII (en una España cinco veces menos poblada que la de ahora), y los de madres nacidas en España fueron menos de 260.000, un nivel probablemente no visto desde el siglo XVII o XVI, y 61% inferior al de 1976, con provincias como Orense, Asturias, Vizcaya, Zamora o León con una caída acumulada del 74% al 76% desde el comienzo de la Transición).
Otra comparación interesante es que, en conjunto, los nacimientos de madres nacidas en España cayeron un 5,5%, más que hace un siglo, en 1919, con motivo de la pandemia de gripe… ¡pero la pandemia de Covid aún no había llegado!
En casi una decena de provincias, los nacimientos de madres españolas cayeron a tasas propias de la última guerra civil. ¡Pero no había guerra civil en España en 2019! Ni siquiera había recesión económica. Entre ellas destacaron Lugo (-14,6% menos bebés de madres españolas de nacimiento en 2019 que en 2018), León (-12,4%), Gerona (-11,0%), Baleares (- 10,5%), Asturias (-10,4%), Álava (-10,3%), Ávila (-9,9%), La Coruña (-9,4%), Guipúzcoa (-8,7%), Toledo (-8,6%) y Cantabria (-8,5%).
La tasa de fecundidad cayó de nuevo en 2019, situándose en 1,24 hijos por mujer en total, y 1,17 en el caso de las madres españolas de nacimiento. Que solo haya 1,17 hijos por española de origen significa que nacen 44% menos bebés de los necesarios para el relevo generacional, lo que conllevaría aproximadamente, en ausencia de flujos migratorios, una pérdida del 44% del total de adultos jóvenes en unos 30 años, del 69% en poco más de 60%, y de más del 80% al cabo de un siglo.
Otra conclusión que se deduce de los datos publicados por el INE es que, aproximadamente, con las pautas de fecundidad de 2019, casi un 40% de los españoles en edad fértil acabaría no teniendo ni siquiera un hijo. Y de seguir las cosas igual en las próximas décadas, de mayores, en torno a la mitad de los españoles no tendrían ni siquiera un nieto.
Saldo vegetativo: muchas más muertes que nacimientos
En total, las muertes de residentes en España superaron en 57.355 a los nacimientos de madres residentes en España. Y las defunciones de españolea nativos superaron en 136.880 a los nacimientos de madres nacidas en España, el peor saldo, tal vez, desde las grandes pestes, muy superior en negativo al del peor año de la guerra civil a este respecto, 1939 (año en que nacieron 420.000 niños, y mucho más que en 2019 en total, y no digamos en el caso de las madres españolas, casi todos concebidos en la España destrozada del último año de la guerra civil, en la que vivían unas 20 millones de personas menos que ahora).
Finalmente, en todas las provincias hubo más muertes de personas nacidas en España que nacimientos de madres nacidas en España. Solo en ocho los nacimientos totales superaron a las defunciones totales. Ceuta y Melilla tuvieron saldos positivos. En un buen número de provincias hubo más de dos muertes de españoles nativos por cada nacimiento de madre nacida en España, llegándose a la proporción de 4 a 1 en Orense, y más de 3 a 1 en varias.
En la España “vacía”, la falta de nacimientos fue la primera causa de despoblación a nivel provincial
Desde hace años, hay un movimiento en España con muchos medios materiales y atención mediática cuyo objetivo es contener el despoblamiento de la llamada “España vacía”. Casi la totalidad de lo que se dice y se hace en ese movimiento va encaminado a “atraer” o“fijar” población en las zonas afectadas. Inexplicablemente, apenas se menciona ni se hace nada en ese empeño sobre la mayor fuente de despoblación a nivel provincial: la baja natalidad. Los datos demográficos de 2019, a este respecto, fueron lapidarios. En TODAS las provincias con emigración neta de población nacida en España se perdió más población por falta de nacimientos respecto al nivel de reemplazo (2,1 hijos por mujer) que por emigración. En todas esas provincias, si hubiesen tenido al menos 2,1 hijos por mujer, se habría compensado la pérdida de población nacida en España que se perdió por emigración neta.
Gran aumento de población inmigrante y de su peso en la España del futuro
En 2019 hubo una gran llegada neta de población inmigrante (entradas menos salidas de España), según la estadística de Cifras de Población del INE: 457.000 personas en total, de las que 428.000 provenía de fuera de la Unión Europea. Ese incremento de población foránea se produjo pese a haber tasas de paro medias en España en 2019 del 23% para los inmigrantes extracomunitarios según la EPA, y del 14% globalmente (13% los españoles), más del doble que en el resto de la eurozona.
En otro orden de cosas, casi el 28% de los bebés de 2019 en España eran hijos de madre nacida en el extranjero, el máximo histórico, con provincias en las que este porcentaje superó el 40%.