Cómo hundir la economía de México en 15 días

Cómo hundir la economía de México en 15 días. Raúl Morales del Piñal de Castilla

Claudia Sheinbaum Pardo, acaba de acceder a la presidencia de México hace tan solo unos días de la mano de su mentor, Andrés Manuel López Obrador. Con fundadas sospechas de que la falta de los votos necesarios para alcanzar la mayoría parlamentaria no ha sido un inconveniente para su nombramiento, ni para declarar fiesta nacional el día de su toma de posesión como presidenta. Al más puro estilo de los reyes absolutistas o de los sacerdotes mexicas ante la mesa de sacrificios que dominaban sus pirámides.

En estos pocos días que lleva en el poder, ya ha delineado una serie de propuestas económicas con el objetivo de continuar el proyecto de la llamada «Cuarta Transformación», que no hablaremos de lo que plantea, porque como en todos los populismos los llamamientos son tan demagógicos como imposibles de alcanzar con sus políticas. El caso es que Sheinbaum nos trae la política continuista de Obrador, siendo una de sus primeras medidas nacionalizar Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Hace poco más de 48 horas, se aprobó la reforma constitucional que expropia ambas empresas, y que según declara “no será el mercado su función, si no el servicio público”. Eso, en cristiano, lo que quiere decir es que vamos a terminar de arruinar las dos empresas, con las consiguientes consecuencias para el empleo, la riqueza nacional y la recaudación de los impuestos dimanantes de la actividad económica. Eso sí, para no conculcar las costumbres consuetudinarias del país, algo se quedará por el camino, ¡Que hay que ayudar a la familia compadre!

Solo por aportar un dato, espero que esclarecedor, En las primeras décadas del siglo XX, México fue el mayor exportador de petróleo del mundo. Pero la producción de crudo del país se desplomó de 3,2 millones de barriles diarios a principios de este siglo, a menos de 1 millón en 2022 según los últimos datos publicados, representando algo menos del 3% del PIB nacional. Aunque México sigue exportando petróleo, debe importar de todo, desde gas natural y gasóleo hasta combustible para aviones.

Pero de momento ya tenemos en el bolsillo el petróleo y la electricidad, con aguantar tres meses en el poder hacemos ricos a nuestros descendientes para los próximos 495 años, que celebremos el milenio de la conquista de México y le prendamos fuego a alguna estatua de Hernán Cortes, que tiene la culpa de todo. Lamentablemente no serán tres meses y no serán esas las únicas fechorías de este gobierno.

Uno de los pilares de la propuesta económica de Sheinbaum, es fortalecer el “Estado del Bienestar” mediante la expansión y mejora de los programas sociales que ya están en marcha bajo el gobierno de AMLO. Volvemos a la demagogia, vamos a arruinar aún más la economía, pero mientras y sin saber de dónde, vamos a gastar más en programas sociales. Ampliación de los programas como “Jóvenes Construyendo el Futuro”, “Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores” o “Sembrando Vida”, son entre otros, los programas con los que Sheinbaum a concurrido a las elecciones y promete acometer.

Como no puede ser menos, un buen comunista de libro rojo y letras doradas tiene que prometer una buena reforma fiscal progresiva, que por supuesto incremente la recaudación sin afectar a los sectores más vulnerables. Esta reforma se centraría en aumentar la tributación a los sectores más ricos y a las grandes empresas, al mismo tiempo que se simplificarían los impuestos para los pequeños y medianos empresarios. Si volvemos al diccionario Zurdo-Cristiano, lo que quiere decir es que meterá la mano en el bolsillo de los únicos que declaran sus ingresos. Los asalariados y las pymes. A los que, por supuesto condenará a la pobreza impositiva, para sufragar las regalías a los ciudadanos que nunca han cotizado un peso, pero tienen derecho de voto.

Una parte crucial de su propuesta fiscal es mejorar la recaudación a través de una mayor eficiencia en la lucha contra la evasión fiscal y la corrupción. Lo de la corrupción mejor dejarlo para otro día. Eso, o le preguntamos a Sheinbaum como ha conseguido obtener una mayoría absoluta en el congreso con bastantes menos de la mitad de los diputados. Pero para eso están las leyes, para subvertirlas al antojo de una faraona de pirámide escalonada. Lo que sí tiene mucha tela que cortar es el fraude fiscal, ya que la economía sumergida de México, por ejemplo, sitúa en más del 50% los trabajadores que no están legalizados. Según fuentes de Concanaco-Servytur “el empleo informal supera al formal, ya que el 54.8% de los 59 millones de trabajadores se encuentra en esta situación”. Lo que nos da una idea de la situación laboral mexicana y la repercusión que tendría en su economía legalizar este escenario sin un programa adecuado e ingentes fondos de los que no dispone el gobierno. Ya que más bien, pretende recaudarlos con esta propuesta fiscal. Acometer esta reforma “a las bravas”, muy al estilo de su padrino político, supondría por una parte que las empresas serían incapaces de afrontar los costes laborales de la legalización, pero por otra, que más del 54% de los trabajadores serían mucho más pobres, al tener que tributar por sus rendimientos salariales.

Otra de las propuestas estrella de la nueva presidenta es el impulso a la transición energética hacia fuentes renovables. Como científica de clara orientación hacia la sostenibilidad, y progresista woke de altas miras, Sheinbaum ha señalado que su gobierno buscaría un equilibrio con un fuerte impulso a las energías renovables. Aunque no menciona, que el gobierno de AMLO ha apostado por un modelo energético basado en los combustibles fósiles.

Por ir resumiendo, Claudia Sheinbaum propone una serie de medidas económicas que entre infinidad de demagogia Woke, buscan un crecimiento inclusivo, la redistribución de la riqueza y la paz en el mundo, como diría Sandra Bollock. Pero todo esto no es más que verborrea sin sentido. Las medidas que propone son simplemente inaplicables o directamente falsas. Pues si pretendiera intentar implementar alguna de ellas, cosa que tampoco tiene apariencia de verosimilitud pues ni siquiera hay un solo plan esbozado, aparte de los obsoletos mantras grandilocuentes. Ya nos habrían presentado a bombo y platillo sus planes quinquenales para el Gostplán. Como ya ha hecho con el único plan que tenía realmente Sheinbaum y que ha ejecutado en cuanto decretó fiesta nacional su instauración como líder absolutista. Hacerse con Pemex y CFE.

Y con esto señores, ya hemos ejecutado el plan quinquenal y a los funcionarios del Gostplán los podemos mandar a Isla Mujeres a tomar Margaritas.

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