El 1 de octubre tenía que ser el gran Día del Caudillo, del Caudillo Torra. Lo tenía todo en su mano: el peloteo de TV3% y de todos los medios generosamente subvencionados, el relato victimista y lacrimoso del independentismo, las imágenes miles de veces repetidas de las cargas policiales (si, hubieron cargas: la policía a veces debe cargar, mal que les pese a los buenistas), el testimonio de la señora a la que los malvados policías le rompieron los dedos (aunque se equivocaron de mano al vendarlos) y a la que, además le tocaron las tetas (todo buen fascista tiene que ser machista)…
A Chis Torra no se le ocurre otra cosa que alentar a los CDRs: les llama “amigos” y les dice que “tienen que apretar”. Y los CDRs le hacen caso, claro.
El mal rollito ya había empezado el domingo pasado, cuando los amigos de Torra agredieron a los manifestantes de JUSAPOL. Los Mossos tuvieron que intervenir y sacar las porras, ante la agresividad de los “pacíficos” independentistas, que les lanzaron pintura, botellas y todo lo que tenían a mano. Pero siempre quedaba el recurso de negar la realidad(los indepes son expertos en ello): un hubieron cargas dijo el Conseller de Interior; o decir que el “pacífico” indepe que rompió la nariz a un manifestante era un “facha” infiltrado.
Pero lo del 1 de octubre fue otra cosa. Los CDRs apretaron. Al principio fue todo “normal”: cortaron carreteras con neumáticos incendiados, cortaron las vías del AVE, asaltaron la delegación de la Generalitat en Gerona y ultrajaron la bandera española. Todo ello con total impunidad y sin que los mossos movieran un dedo. El intento de asalto a la comisaria de la Policía Nacional también forma parte de la “normalidad”, aunque aquí los mossos intervinieron, supongo a que por miedo a que lo hiciera la Policía Nacional y quedar ya como inútiles totales.
Pero lo “interesante” empezó después: al término de una manifestación “pacífica”, convocada por la ANC y por Omnium, cientos de personas intentar asaltar el Parlament, insultan a los diputados, se enfrentan a los mossos y piden a gritos las dimisión de Torra y del Conseller de Interior. Por razones distintas los sindicatos de mossos piden lo mismo.
Que manifestantes independentistas intenten asaltar un Parlament donde los independentistas tienen mayoría y que pidan la dimisión de un President que siempre les ha aplaudido y jaleado cuesta mucho de entender. Pero esta “lógica” surrealista y kafkiana es la que se ha instalado en Cataluña desde hace años, y que, bajo la presidencia de Chis Torra está llegando a sus cotas más altas.
Las imágenes de “Barcelona, ciudad sin ley” han recorrido toda Europa y han pulverizado todo el relato separatista de “la revolucio dels somriures”, del “pacifismo” y de “todo un pueblo” unido frente a un Estado autoritario y “fascista”.
Torra ha trenzado la cuerda que va a ahorcarlo.
¿Es Chis Torra tan tonto como parece?
NO, lo es más.