Antes se decía “maricón el último”. Hoy ya no claro, porque según afirma “porky” en “ché, salváme”, la alegría de retambufa es un mérito. ¡Vale! Pero aun así, a nadie le ilusiona ser el más torpe. ¡Al bote, al bote!
Más o menos de esa manera se les quedó la carita a los negros de USA cuando los echaron a patadas de la Esclavitud. El muy malvado Lincoln, después ejecutado por esa justicia poética que a veces se produce, les dio la mayoría de edad obligatoria a niños de 5 años. <<Ya sois libres morenitos, ahora sus las apañéis como podáis ustedes vuzotros!>> Claro, hasta hoy. La inmensa casi totalidad de ellos sigue viviendo desde entonces, sin haber trabajado nunca ni tener otro horizonte, de la renta básica universal (la subvención o limosnilla del Estado).
Esa es precisamente la receta que quiere aplicarnos el “progresismo putrefacto” de socialistas, comunistas y demás teñidos al más abyecto “rojo”, los rabiosos enemigos de toda libertad. Tratan de aniquilar definitivamente las “clases medias”, ese invento genial de mi antiquísimo y tan vigente abuelo Cayo Julio Caesar, y todo cuanto representan bajo el Imperio de la Ley y la Voluntad Comercial: familia, herencia, respeto a los mayores, amor a la vida, veneración de lo sacro, costumbres y tradiciones, innovación y creatividad, Arte y Cultura, Ciencia y Pensamiento, adoración de la Belleza, mérito por el esfuerzo y libertad plena del individuo que tanto aporta a todos los esfuerzos comunitarios que se quieran argüir. De tal forma que, reducidos por la fuerza a náufragos sin identidad y sin capacidad de auto-estima, arrinconado cualquier resto de dignidad y de honor, dependamos serviles de nuestros nuevos Amos. <<Tomad la paguilla y cuidarme la bragueta.>>
Así lo están llevando y, de momento, consiguiendo estos carroñeros. Moribunda la pieza de caza, hienas, buitres y cuervos ven llegado su momento. Una Nación destruida, arruinada, en quiebra económica, moral y social, que ha perdido desde hace años, por su propia estupidez y la traición general quienes hubieron debido guardarla y protegerla (del Rey abajo inclusive, una piña criminal, sin excepción alguna), todo resto de INDEPENDENCIA. Porque no se engañen ustedes, esa dignidad esencial y fundacional, ese hálito de legitimidad que funda y sustenta cuanta identidad pueda después exhibirse y reclamarse, la SOBERANÍA, no reside en ningún Pueblo, Colectivo, Ocupante ocasional o permanente de un Territorio, Texto Legal, u otro titular putativo. Sólo es Soberano quien posee CECA. Una Patria sin CECA es una burla. Si no puede acuñar moneda, España ha desaparecido. Y nosotros somos zombis. Ya verán por tanto cómo nos va a ir en un futuro muy inmediato. Paro masivo, pobreza, deuda, miseria y, sobre todo, impotencia y pajillería. Soplones, indignados, vagos y maleantes. Renta mínima de infra-subsistencia, reducción entre el 40 y el 60% de las Pensiones, y jibarización amazónica de los salarios que lleguen a no desaparecer. Eso sí, la Unión de parásitos uropeos, las ladillas reguladoras obsesivas de lo perjudicial y de lo inútil, nos pondrá encima a parir tras dejar que nos pudramos en nuestra insolvencia y estupidez de nuevos ricos, largos cabos para ahorcarnos. Con razón.
El camino a seguir es árido, empinado y larguísimo. Casi sin suministros. Pero si no escapamos del Euro cuanto antes, todo eso no nos llevará a ninguna parte. El llanto es inevitable. El crujir de dientes va a acompañarnos una larga temporada. Hagamos que ese sufrimiento inminente sea útil. Al menos para nuestros nietos.