Historia de la publicación de El Capital (I)

Historia de la publicación de El Capital (I). Daniel López Rodríguez

Un golpe a la burguesía por el campeón de la clase obrera

En 1865 Marx publica Salario, precio y ganancia. Ese mismo año terminó el primer volumen de la que sería su obra magna, la que vendría a ser «la Biblia de la clase obrera» y «la anatomía de la sociedad burguesa»: El Capital.

Como le escribió Marx el 4 de octubre de 1864 a Karl Klings, obrero alemán originario de Solingen y uno de los dirigentes de la Asociación General de Trabajadores de Alemania (Allgemeiner Deutscher Arbeiterverein), Marx pensaba llevar a cabo con la publicación de El Capital «asestar en el plano teórico a la burguesía un golpe del que nunca se repondría». Y añade: «esté seguro que la clase obrera encontrará siempre en mí un fiel campeón» (Karl Marx y Friedrich Engels, Cartas sobre El capital, Traducción de Florentino Pérez, Edima, Barcelona 1968, pág. 113).

Marx no tenía ninguna duda de que El Capital era su «obra fundamental», y como le confesaba a Engels el 7 de julio de 1866, lo que había escrito hasta entonces «no son más que pequeñeces» (Marx y Engels, Cartas sobre El capital, pág. 119).

Y como le diría a Kugelmann el 23 de agosto de ese mismo año, su trabajo en la redacción de su obra fundamental era «algo mucho más importante para la clase obrera que todo lo que pudiera hacer personalmente en un congreso cualquiera» (Marx y Engels, Cartas sobre El capital, pág. 119).

En un principio, Marx consideraba al libro I de El Capital como el segundo volumen de su Contribución a la crítica de la economía política. El 13 de octubre de 1866 Marx le reveló a Kugelmann el plan definitivo de El Capital: «La obra entera se compone, en efecto, de las siguientes partes: LIBRO I. PROCESO DE PRODUCCIÓN DEL CAPITAL. LIBRO II. PROCESO DE CIRCULACIÓN DEL CAPITAL. LIBRO III. FORMAS DEL PROCESO DE CONJUNTO. LIBRO IV. CONTRIBUCIÓN A LA HISTORIA DE LA TEORÍA» (Marx y Engels, Cartas sobre El capital, pág. 120).

El objetivo de El Capital es «sacar a la luz la ley económica que rige el movimiento de la sociedad moderna» (Karl Marx, El Capital. Crítica de la economía política, Libro I: El proceso de producción del capital, Traducción de Pedro Scaron, Biblioteca de los grandes pensadores, Barcelona 2003, pág. 7).

De viaje a Hamburgo para imprimir el libro I de El Capital

A mediados de abril de 1867 Marx se trasladó a Hamburgo con el manuscrito del primer libro de El Capital para asegurarse de su impresión, la cual sería llevada a cabo por Otto Meissner (editor hamburgués de obras democráticas). Meissner ya había editado el opúsculo de Engels sobre el problema militar en Prusia. Marx vio en Meissner un hombre simpático que tras un ligero intercambio de impresiones pudo comprobar que podía tratar con él.

Así se lo comentó a Engels el 13 de abril: «Nada más llegar a Hamburgo me he ido a ver a Meissner. El empleado me dijo que no volvería hasta las 3 (de la tarde). Dejé mi tarjeta e invité al señor M [eissner] a comer conmigo. Cuando se presentó, venía otra persona y quería que yo fuese a comer con él, pues le esperaba su mujer. Decliné la invitación y quedamos en que iría a verle a las 7 de la noche… Vino a la hora convenida. Simpático muchacho, aunque tirando un poco a Sajón, como indica su nombre. Tras un breve cambio de impresiones [pourparleurs], todo quedó arreglado [all right]. El original se llevó inmediatamente a la editorial y puesto a buen recaudo. Dentro de unos cuantos días se comenzará la impresión que irá muy rápida. Fuimos a tomar una copa y me dijo que estaba realmente “entusiasmado” de haberme conocido. Ahora quiere que el libro se publique en tres tomos, y se opone a que condense el último libro (la parte histórico-literaria), como ya me proponía. Me ha dicho que en esta parte es donde él cifra sus mejores esperanzas desde el punto de vista librero, teniendo en cuenta la masa del lector “vulgar”. Le he dicho que estaba dispuesto a complacerle» (Marx y Engels, Cartas sobre El capital, pág. 121).

Y el 17 de abril así se lo comunicaba a Johann Philipp Becker, editor del periódico Der Vorbate (El mensajero) economista alemán que emigró a Ginebra tras el fracaso de la insurrección del país de Bade en 1849, y organizador de la sección suiza de la Internacional: «El miércoles pasado salí de Londres, por barco de vapor [steamer], y llegué a Hamburgo el viernes en las primeras horas de la tarde, en medio de la tempestad y de la tormenta, para entregar el manuscrito del I volumen al señor Meissner. La impresión ha comenzado a principios de esta semana, de tal forma que el primer volumen aparecerá a finales de mayo. La obra completa aparecerá en 3 tomos. Su título es: El Capital. Crítica de la economía política». Y añade: «El tomo primero comprende el primer libro: “EL PROCESO DE PRODUCCIÓN DEL CAPITAL”. Es ciertamente el más temible missile que jamás se haya lanzado hasta ahora a la cabeza de los burgueses (incluidos los propietarios terratenientes). Es, pues, importante, que en la prensa, es decir, en los periódicos de que usted dispone, llame la atención sobre su próxima aparición» (Marx y Engels, Cartas sobre El capital, pág. 122).

Pero resultó que Meissner no podía imprimir el libro en Hamburgo porque no había impresores capacitados y competentes para hacerlo, y por ello Meissner entregó el manuscrito a la imprenta de Otto Wigaud (que en realidad era del hijo de éste) en Leipzig.

Pero -como le comenta Marx a Engels el 7 de mayo- «el maldito Wigaud no comenzó la impresión hasta el 29 de abril, por lo que el primer pliego para revisar no lo he recibido hasta ayer, día de mi cumpleaños. ¡Al cabo de tantos peligros! [Post tot pericula!]. Las erratas eran insignificantes. No puedo seguir aquí hasta que se termine la impresión: primero porque el libro va a resultar mucho más grueso de lo calculado; después, como no me devuelven el original, necesito tener a mano el manuscrito que he dejado en casa para confrontar algunas citas, sobre todo cuando se trata de cifras y de griego; además, no puedo ser una carga durante mucho tiempo a mi huésped el doctor K [ugelmann]; finalmente, Meissner me reclama el segundo tomo, a más tardar, para el otoño. En consecuencia, tendré que volver al trabajo lo antes posible, sobre todo teniendo en cuenta que desde que preparé el original he ido acumulando mucho material nuevo para los capítulos sobre el crédito y la propiedad territorial, y durante el invierno tengo que dejar listo el tomo tercero, de forma que para la primavera pueda quitarme de encima esta obra. Como es natural, se escribe de muy distinta manera cuando van llegando a manos de uno los pliegos ya impresos de la parte del trabajo ya terminada de forma gradual [au fur et à mesure] y cuando el editor presiona…» (Marx y Engels, Cartas sobre El capital, págs. 125-126).

Por fin, a las dos de la madrugada del 16 de agosto de aquel 1867 le escribía a Engels: «He aquí TERMINADO ESTE VOLUMEN. Si esto ha sido posible, ¡SÓLO A TI te lo debo! Sin tu dedicación por mí, me hubiera sido imposible realizar los enormes trabajos que exigen los tres volúmenes. Un abrazo y muchísimas gracias [i embrace you full of thanks!]» (Marx y Engels, Cartas sobre El capital, pág. 135).

Finalmente el 14 de septiembre de 1867 se publicó en Hamburgo el primer libro en una edición de mil ejemplares. El editor de la obra no fue otro que Otto Meissner.

El libro I de El Capital se lo dedicó Marx al por entonces recientemente fallecido Wilhelm Wolff, hijo de campesinos silesios, comunista silencioso y fiel seguidor de Marx desde la revolución de 1848 hasta su muerte el 9 de mayo de 1864 a la edad de 54 años. Wolff era conocido por el apodo de «Kasemattenwolff» (lobo de las casa matas), y también era apodado «Lupus». Wolff fue capaz de escapar de una fortaleza de Silesia, donde estuvo preso por delitos de prensa. Desde las páginas de la Nueva Gaceta Renana, Wolff denunciaba a la nobleza feudal de su provincia natal de someter y explotar al pobre campesinado. Wolff nombró en su testamento a Marx, a Jenny y a las hijas los principales herederos, lo que supuso la suma de mil libras esterlinas; lo cual significó para Marx un gran alivio y un año entero sin preocupaciones económicas.

Así reza la dedicatoria: «A mi inolvidable amigo, el intrépido, fiel, noble paladín del proletariado WILHELM WOLFF. Nació en Tarnau, el 21 de junio de 1809. Murió en Manchester, en el exilio, el 9 de mayo de 1864» (Marx, El Capital, pág. 3).

En 1876 Engels homenajeó a Wolff en Die Neue Welt con diez artículos sucesivos sobre su vida y su obra.

El primer tomo de El Capital, como señala Engels en el prólogo a la edición inglesa fechado el 5 de noviembre de 1886, «constituye, en considerable medida, un todo en sí mismo y se lo ha considerado durante veinte años como obra autónoma» (Friedrich Engels, «Prólogo a la edición inglesa» de El Capital, Traducción de Pedro Scaron, Biblioteca de los grandes pensadores, Barcelona 2003, pág. 25).

Y añade Engels: «Suele llamarse a Das Kapital, en el continente, “la Biblia de la clase obrera”. Nadie que conozca bien el gran movimiento de la clase obrera negará que las conclusiones a que llega esa obra se convierten, de día en día y cada vez más, en los principios fundamentales de ese movimiento, no sólo en Alemania y Suiza, sino también en Francia, en Holanda y Bélgica, en Estados Unidos e incluso en Italia y España, ni que en todas partes la clase obrera reconoce más en dichas conclusiones la expresión más adecuada de su situación y sus aspiraciones. Y también en Inglaterra, en este momento preciso, las teorías de Marx ejercen un influjo poderoso sobre el movimiento socialista, el cual no se propaga menos entre las filas de la gente “culta” que en las de la clase obrera» (Engels, «Prólogo a la edición inglesa» de El Capital, págs. 25-26).

En el prefacio a la primera edición se puso como lema las siguientes palabras de La divina comedia de Dante: «¡Sigue tu camino y deja que la gente murmure!».

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