Historia de la publicación de El Capital (VI)

Historia de la publicación de El Capital (VI). Daniel López Rodríguez

Los libros dos y tres

Marx esperaba publicar el segundo y el tercer libro de El Capital inmediatamente después de la publicación del primero, pero pasaron los años y el autor, tras comprometerse con nuevos estudios y sufrir largar enfermedades, además de su trabajo en la Asociación Internacional de Trabajadores, murió y ambos tomos se publicaron de modo póstumo, aunque estuvo trabajando en ellos de modo intermitente entre 1861 y 1878. Así pues, los volúmenes dos y el tres fueron publicados por Engels en 1885 y 1894 respectivamente.

En 1882 Engels era consciente de la existencia de unos cuadernos poco organizados y una gran cantidad de escritos que formaban una ingente masa caótica en los que Marx continuaba El Capital. Los borradores que halló Engels para elaborar estos libros eran hasta cierto punto notoriamente incompletos y por ello tuvo que reconstruir los materiales que le legó su amigo. Trabajando en los materiales menos caóticos, Engels logró componer el libro dos para 1885.

Si en el primer libro Marx interpretó la producción del capital afirmando que el secreto de la ganancia estaba en la fuerza de trabajo que creaba la plusvalía a costa de la explotación de los trabajadores, en el libro segundo analiza los pasos del capital entre la fábrica y el mercado, entre la producción y el consumo de la sociedad. En el tercer libro trata de estudiar el reparto de la ganancia.

Dicho de otro modo: mientras que el primer libro Marx desarrolla la ley del valor, del salario y la plusvalía poniendo al desnudo los entresijos del proceso de producción capitalista, los libros segundo y tercero tratan de interpretar los pisos del edificio social. También podríamos decir «que el tomo primero nos presenta el corazón del organismo social, de donde parte la savia vivificadora, que luego, en el segundo y tercer volumen, vemos funcionar, regando el aparato circulatorio y nutritivo hasta las últimas células de la epidermis» (Franz Mehring, Carlos Marx, Traducción de Wenceslao Roces, Ediciones Grijalbo, Barcelona 1967, pág. 388).

Si el primer libro nos sumerge en el taller donde el sudor de los trabajadores se transforma en mercancías, las cuales, gracias a la labor de aquéllos, están preñadas de plusvalor, con el segundo y tercer libro ascendemos a la superficie del escenario oficial de la sociedad capitalista: el mercado, la bolsa, los bancos, las operaciones de crédito, así como las pésimas condiciones de los obreros de los salarios de miseria, que sólo hacen vida de sus casas a la fábrica y de la fábrica a sus casas mientras mortifican sus cuerpos y pudren sus almas.

Los libros dos y tres tratan, pues, de las crisis del capitalismo que suceden como consecuencias necesarias de la dinámica del capital.

El libro tres se editó en Alemania en 1894. El prólogo de Engels a la primera edición lleva la fecha del 4 de octubre de ese año. En 1896 Nikolai Danielson publicaría su traducción en Rusia.

No deja de ser una ironía que el manuscrito del libro tres se interrumpiese justo cuando su autor iba a profundizar sobre el concepto de clases sociales.

 

¿El libro cuatro?

Fue Karl Kautsky (ese socialdemócrata alemán que Lenin llamaría en 1918 «renegado» del marxismo revolucionario) el que publicó entre 1905 y 1910 lo que vendría a ser el libro cuatro de El Capital, lo que se indicaba en el subtítulo de obra, cuyo título era Theorien über Mehrwert (Teorías de la plusvalía).

Los materiales de Teorías de la plusvalía procedían de los cuadernos de 1861-1863, material que en principio iba a ser un excursus del libro uno pero que se prolongó de los cuadernos VI al XV, el XVIII y algunos fragmentos de los cuadernos XX-XXIII.

Kautsky elaboró estos cuadernos unificándolos como una obra acabada. Aunque Kautsky no presentó las Teorías de la plusvalía como la continuación de los tres libros de El Capital, es decir, no las presentó explícitamente como el libro cuarto.

Sin embargo, sí es cierto que Marx le escribió a Engels el 31 de julio de 1865 diciéndole que tras los tres primeros libros «vendría un 4.º libro, dedicado a la historia y a las fuentes, lo que para mí será relativamente la parte más fácil, ya que todas las cuestiones quedan resueltas en los tres primeros libros; este último será más bien una repetición en forma histórica. Pero no puedo decidirme a enviar nada antes de tener el conjunto ante mis ojos. Aun cuando pueda tener algunos defectos [whatever short-comings they may have], esa es la ventaja de mis escritos, que constituyen un todo artístico y no puede llegar a esos resultados sino gracias a mi sistema de no darlas nunca a la imprenta mientras no las tenga COMPLETAS delante de mí» (Karl Marx y Friedrich Engels, Cartas sobre El capital, Traducción de Florentino Pérez, Edima, Barcelona 1968, pág. 115).

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