Publicamos el quincuagésimo quinto trabajo perteneciente al II concurso de relatos “Una carta a un hijo” organizado por la escritora y farmacéutica, Esperanza Ruiz Adsuar, en colaboración con Posmodernia y las Bodegas Matsu perteneciente a la Denominación de Origen Toro. La participación en dicho concurso terminó el pasado 31 de octubre de 2020. Bases para la participación en el concurso
Título: Toma hija, aquí te lo cuento
Pseudónimo: Gonzalo
Querida Belén:
Te escribo estas líneas porque vi en Twitter la convocatoria de un concurso de relatos con el tema propuesto. Por eso quiero empezar agradeciendo a los convocantes su feliz idea y tratar de responder al envite. Lo hago con pudor y cierto temor, por ser para ti especialmente pero no sólo. También, porque lo escrito permanece y con tu año y medio de vida quedan D.m. muchos días para que tú la leas. Espero que el espíritu de la carta (y el de tu padre) envejezcan bien y que pueda leer tu respuesta.
Para tu tranquilidad y la mía, ha revisado lo escrito tu madre, porque cómo ya sabrás también, el que seamos una sola carne no es vacuna para que yo de vez en cuando desparrame y ella esté siempre al quite para recogerme.
No sé si como en el título del poema de @EGMaiquez será “Dentro de muchos años, hija”[1] cuando leerás esta carta, pero sí que quiero empezar tomando prestado los últimos versos de ese poema para decirte que lo más asombroso y real que tu madre y yo hemos vivido últimamente es “que nos diste naciendo la alegría perfecta.”[2]
Belén María de la Cruz. No tenía planeado que contarte, pero es que tu nombre tiene historia por lo que me parece que es una buena forma de centrar estas líneas y de saber cuándo darte esta carta. Y así cuando me preguntes: – “Papá, Mamá: ¿Por qué me llamasteis así? O ¿Por qué celebramos mi santo el 5 de abril? – “Toma hija, aquí te lo cuento.”
Belén y la Cruz lo llevas en memoria de una amiga nuestra, carmelita descalza que entregó su vida a Dios en el Convento de Carmelitas descalzas de San Calixto, en la Sierra de Hornachuelos, Córdoba. Esta respuesta es sólo un prólogo, porque de una vida aunque uno pueda conocerla mucho es siempre más grande lo que no vemos. Nosotros esperamos contarte muchas cosas de Belén y de la grandeza y sencillez de su vida. Sus padres han escrito un libro[3] en el que recogen testimonios cercanos y el suyo propio, asomándose al misterio de la vida de su hija en el que al final de la introducción esperan que el relato de la vida de Belén ayude a responder a la pregunta ¿para qué sirve una monja de clausura? Por cierto, el libro se terminó de imprimir el 19 de marzo, te sonará la fecha.
De la Cruz. La suya, la nuestra, la tuya, la de toda la humanidad que Jesús ha hecho suya. Cuando íbamos a ver a la Hermana Belén de la Cruz y le preguntamos porqué había elegido la cruz como distinción en religión, ella callaba y nos decía que misteriosamente se sentía muy atraída por la cruz porque ahí estaba Jesús. Nuestra amiga Belén nos ha ayudado a esperar de Dios el don de los hijos. Con ella hemos aprendido a que no hay cruz en la que no esté Jesús y mirando a Jesús la cruz es también luz.
Y “María” por tu madre del cielo. También por tradición y devoción familiar a la Virgen. Belén en una de sus cartas me recomendaba esta jaculatoria que puedes hacer tuya: “Gracias por ser mi madre.”
Pues eso Belén, Belén María de la Cruz es tu nombre de bautismo, el que te hemos dado para ir al cielo, el que Dios te ha dado. Tu nombre es en recuerdo de la Madre Belén de la Cruz, en recuerdo de su amistad y del don tan grande que Dios nos ha dado contigo. Estamos convencidos que ha sido gracias a su intercesión. Que sea tu luz y guía en el camino al cielo ya que cómo concluye el obispo de Córdoba en el prólogo del libro[4]: “Recordar a Madre Belén de la Cruz nos ensancha el corazón y nos estimula a todos a vivir cada uno nuestra vocación y la misión por Dios encomendada con la mirada puesta en Dios, en el cielo, y con la urgencia de hacer el bien a los demás, y hacerlo cuanto antes, porque la vida se pasa pronto. Para eso vale una monja de clausura, una carmelita descalza.”
Te quiero mucho. En 2020 muy pocos escriben cartas, dentro de una década no quiero ni pensarlo…como te decía, espero con ilusión tu respuesta y, quien sabe, quizá sea el comienzo de una nueva tradición familiar.
[1] ENRIQUE GARCIA-MAIQUEZ LOPEZ, MAL QUE BIEN, Formato Digital, EDICIONES RIALP, 2019, 316.
[2] Ibid.
[3] ESTANISLAO PERY Y MARÍA OSBORNE, BELÉN CARMELITA DESCALZA, NUESTRA HIJA, EDICIONES XERIÓN, 2020.
[4] Ibid