Los Grundrisse

Los Grundrisse. Daniel López Rodríguez

Marx venía desde hace quince años, prácticamente desde que empezó a escribir, planteándose escribir una gran obra de economía política. En abril de 1851 le comunicaba a Engels: «Pronto daré remate a todas estas latas económicas. Luego, me dedicaré en mi casa a la Economía y en la Biblioteca del British Museum a otra ciencia. Esto empieza a cansarme. En el fondo, esta ciencia no ha hecho progreso alguno desde Adam Smith y David Ricardo, a pesar de las minuciosas investigaciones, supradelicadas muchas veces, que en ella se ha hecho» (citado por Franz Mehring, Carlos Marx, Traducción de Wenceslao Roces, Ediciones Grijalbo, Barcelona 1967, pág. 267).

Al día siguiente Engels le contestaba congratulándose de que su gran amigo se pusiese manos a la obra, pero advertía: «De sobra sé que, mientras exista un libro algo importante que no hayas leído, no te pondrás a redactar» (citado por Mehring, Carlos Marx, pág. 268).

Y de algún modo fue como dijo Engels. Y así, al ampliar sus lecturas, entre 1857 y 1858, en unos seis meses, Marx escribió siete cuadernos que abarcaban 50 pliegos, unos manuscritos que recibieron más tarde el título de Grundrisse, los cuales serían publicados en dos volúmenes en Moscú por el Instituto Marx-Engels-Lenin en 1939 y 1941. El título completo, Grundrisse der Kritik der politischen Ökonomie (Ruhentwurf) 1857-1858, no es obra de Marx sino de los editores soviéticos aunque basándose en las correspondencias de Marx al referirse a estos borradores.

Así se lo comunica a Engels el 8 de diciembre de 1857: «Trabajo como un loco las noches enteras en coordinar mis estudios económicos, para poner en claro al menos los elementos fundamentales antes del diluvio [se refiere a la revolución que Marx creía que iba a estallar tras la crisis económica de 1857]» (citado por Arico, J., Murmis, M. y Scaron, P., «Presentación» a los Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858, Siglo XXI, Madrid 1972, pág. XIII, corchetes míos).

La edición soviética de los Grundrisse no tuvo mucho éxito a causa de la guerra, pero en 1953 se publicó en Berlín con algo de más éxito, aunque dicha edición arrastrase muchos errores a causa de la dificultad de entender los manuscritos originales. Sobre la edición alemana de 1953 llevó a cabo Roger Dangerville la edición francesa de 1968.

Los Grundrisse supusieron la primera gran síntesis desde que Marx reanudase sus estudios de economía política a partir de noviembre de 1850, tras el jaleo revolucionario. Estos borradores fueron considerados por Marx como «un conjunto de monografías escritas con grandes intervalos en distintos períodos para el esclarecimiento de mis propias ideas y no para su publicación» (citado por Arico, Murmis, y Scaron, P., «Presentación» a los Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (borrador) 1857-1858, pág. XIII).

Por ello, los Grundrisse vendrían a ser una especie de laboratorio económico de Marx. «Los Grundrisse no nos revelan sólo los borradores de El Capital, o incluso importantes complementos sociológicos o económicos al mismo, sino que nos manifiestan el marco ontológico en el cual El Capital ha sido concebido. Un marco que, en gran medida, ha sido eliminado de El Capital, como si se nos hubiese querido dar la obra maestra “de cuerpo presente”, sin ningún marco. El marco ontológico-dialéctico, que era buscado por todos quienes no se resignaban a ver en El Capital un mero tratado de economía -un modelo de extraordinario vigor de la sociedad capitalista- y que era “encontrado” por muchos (incluido Togliati, De Hegel au Marxisme, en “Recherches Internationales”, núm. 19 [París, 1960]) en los Manuscritos del 44, nos lo suministran los Grundrisse» (Gustavo Bueno, «Sobre el significado de los “Grundrisse” en la interpretación del marxismo», Sistema, https://fgbueno.es/med/dig/gb73s2.pdf, Madrid Mayo 1973, pág. 21).

Dicho marco se determina en relación al sistema hegeliano, y muy en concreto a la Idea de Espíritu Objetivo; y de este modo pudo Marx llevar a cabo la vuelta del revés al sistema hegeliano. En los Grundrisse Marx expone de modo empírico ideas ontológicas presupuestas que existen entretejidas con el material empírico y no dada a priori ni sobre el material empírico como si preexistiese al mismo.

Top