Qatar y el radicalismo islámico

Qatar y el radicalismo islámico. José Ramirez del Río

Los acontecimientos de los últimos días en Oriente Medio han vuelto a poner en primera plana tendencias que vienen desarrollándose desde hace décadas en la región y que a nuestro modo de ver necesitan una explicación más detallada.

Qatar ha vuelto a salir a la palestra por ser el refugio de los dirigentes de Hamas, que en estos momentos se encuentran a salvo de las represalias israelíes en el Golfo Pérsico; de hecho, Ismail Haniya ha ejercido de portavoz del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas, por su acrónimo en árabe) desde que se produjeron las masacres de israelíes a manos de los terroristas de su grupo.

Qatar había sido bloqueado más de tres años (2017-2020) por Arabia Saudí y sus vecinos de Emiratos Árabes Unidos y Bahreyn, apoyados por Egipto, alegando el apoyo de Qatar al terrorismo, y difícilmente se puede escenificar un apoyo más claro que lo sucedido en los últimos días. La condición de lugar de refugio de los terroristas y también de otros opositores políticos de los diferentes regímenes árabes ha sido una constante en la trayectoria de Qatar. Los programas del canal al-Jazira del predicador Yusuf al-Qardawi, que era el alfaquí de referencia durante muchos años de los Hermanos Musulmanes habían producido problemas importantes a Qatar con otros miembros de la Liga Árabe, en especial Egipto.

La familia reinante en Qatar pertenece a la tribu de Tamim, que se encuentra extendida desde Palestina y Siria hasta Arabia Saudí y los estados del Golfo Pérsico. Es una tribu con una larga historia, que se remonta a los tiempos anteriores al islam, y de la que surgió el reformador religioso hanbali Muhammad b. Abd al-Wahhab (1703-1792), fundador del wahabismo. La adscripción de los gobernantes de Qatar a la tribu de Tamim y al wahabismo ha tenido gran relevancia en la trayectoria histórica del emirato; los propios gobernantes de Qatar han buscado reforzar ese vínculo con el fundador de este movimiento religioso-político, y le han dedicado una mezquita enorme en el país, que dio lugar a la polémica con los Al-Shayj, los descendientes de Ibn Abd al-Wahhab, una respetada familia de ulemas de Arabia Saudí que, cuando se produjo el bloqueo a Qatar, exigieron que le retiraran el nombre a dicha mezquita y señalaron la lejanía de la relación de la familia real de Qatar con Ibn Abd al-Wahhab. Ese parentesco no es un asunto baladí, el propio rey Faysal (1964-1975) procedía del matrimonio de Abd al-Aziz, fundador de Arabia Saudí, con Tarfa, una mujer perteneciente a la familia Al-Shayj.

Hay un episodio que me llegó a través de una narración oral pero que no he podido confirmar en bibliografía: cuando el fundador de Arabia Saudí, Abd al-Aziz, intentó imponer una Constitución, los ulemas wahabíes más relevantes, que ostentaban los principales cargos del país, se refugiaron en Qatar, y no volvieron a Arabia Saudí hasta haber obtenido el compromiso de que esto no se produjera: la Constitución de Arabia Saudí sólo podía ser el Corán. La razón del refugio en Qatar era obvia: la cercanía de los Al-Thani con el wahabismo les permitía confiar en que apoyaría su postura ante el rey Abd al-Aziz.

Arabia Saudí está pasando por un proceso de cambio profundo que ha incluido dejar de lado algunos aspectos más extremos del wahabismo, e incluso el todopoderoso príncipe heredero, Muhammad b. Salman, ha relativizado la adhesión del reino a esta corriente. El hecho de que Arabia Saudí vea a Qatar como un grave problema de seguridad no es nada extraño.

En España deberíamos tener cierta preocupación porque Qatar asuma la bandera del islamismo extremo, ya que tiene importantes intereses económicos en nuestro país, como algo más del 5% de El Corte Inglés -hasta junio de 2022 era de más del 10%. Si tenemos en cuenta que El Corte Inglés es la empresa con mayor inversión publicitaria de España ¿qué periódico va a querer tenerla en contra? También ha tenido importantes inversiones en Prisa, Iberdrola, Banco Santander, etc. Por esa razón es más que previsible que las noticias relativas a los dirigentes de Hamas, que celebraron la masacre desde su refugio de Qatar vayan desapareciendo de los periódicos españoles. Y eso no habla bien de nuestra democracia.

Top