Un futuro incierto para la juventud española

Un futuro incierto para la juventud española. María Cristina Manchado

No hay futuro para ti, que te has partido la cabeza durante cuatro años de carrera, más dos máster y un erasmus financiado en gran parte por el trabajo de tus padres. Te dijeron que tener “titulitis” sería lo idóneo, claro: meras políticas de seducción.

Como una efectiva publicidad, venden tu juventud como infinita, sin límite de caducidad; para que te relajes durante el camino, no te cuestiones demasiado y tenerte constantemente ocioso… ya sabes por qué les interesa.

No hay futuro para ti, mientras tienes que abandonar tu pueblo o ciudad rompiendo el arraigo de tus raíces para que a su vez seas sustituido por esas familias de inmigrantes que llegan con perfiles de personas vulnerables y merecen todas las ayudas que ofrece el Estado.

Tú, joven con más de treinta años, piensas que quizás cuando cumplas los treinta y largos puedas formar una familia, llegar a tener un trabajo casi estable e incluso abandonar esa dichosa habitación en piso ultra compartido en el que malvives en la capital, o incluso ni eso, ya que no has conseguido emanciparte y sigues conviviendo con tus progenitores: observando los datos actuales, solo 16 de cada 100 jóvenes consiguen ser unos “privilegiados” y más o menos alcanzar una medio estabilidad… en fin sería un sueño conseguir vivir de alquiler si acaso en un apartamento de poco más de 60 metros cuadros. Porque de esperanza vive el hombre.

Pero nadie te explica que a esa edad rozas la infertilidad si eres mujer o que puedes estar más cerca del fracaso que del éxito laboral, ese que te hicieron soñar en esa sociedad que te decía que sin formación no conseguirías nada.

Pero hay esperanza… recientemente hemos visto un movimiento (más que juvenil) en las manifestaciones que aún hay en Ferraz, donde muchos jóvenes se han manifestado tras la situación política a la que nos enfrentamos, expuestos a un sistema ennegrecido que solo representa a unos pocos privilegiados y nos hace cada vez más desiguales; muchos de estos valientes jóvenes patriotas han sido agredidos, vetados e incluso denunciados por parte de las fuerzas de seguridad.

De entre todos ellos podemos destacar la figura de José Andrés Calderón, un ejemplo de joven que representa a la perfección el origen de España con su rezo del rosario, lo que fuimos y lo que somos, aunque nos quieran destruir desde hace ya algunos siglos.

Una representación más de la opresión a la que estamos expuestos, en donde pensar diferente al resto de una sociedad completamente manipulada te hace ser un desertor del sistema impuesto.

Sólo tenemos que pensar en aquellos políticos profesionales durante sus discursos y campañas electorales, cuando en tono eufórico reivindican a capa y espada eso de que estamos ante una juventud que ha sido “la mejor preparada de la historia”.

Quizás pueda ser de las mejores preparadas, o eso nos dicen, pero también de las generaciones más adoctrinadas y manipuladas de la historia.

De hecho, diversos estudios publicados hablan sobre un atrofiamiento intelectual, y que las generaciones más jóvenes son menos inteligentes que hace un siglo, o cómo el ser humano está siendo víctima de estar masivamente expuesto a una tecnología sin límites y que, como consecuencia, un gran sector de la población asuma un rol de sumisión, siendo más preocupante aún que sean las nuevas generaciones los más afectados por ello.

Joven, no te autoengañes, son tiempos difíciles y vivimos peor que nuestros abuelos, aunque en un sistema totalmente capitalista y en un mercado voraz, donde te invade el materialismo vacío. Ten presente tus ideales y la firmeza, pero sobre todo ten presente que hay más personas como tú, y que el poder reside en ti, en la juventud española, en las futuras generaciones frente al imperialismo asfixiante e invasor de las élites globalistas, pues hay muchos jóvenes que no tienen una venda en los ojos y otra parte de la sociedad irá poco a poco despertando.

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