La actividad cinegética en España es una herramienta imprescindible para la correcta en España es una herramienta imprescindible para la correcta gestión de los ecosistemas, de conservación del medio natural y de mejora de la biodiversidad. Es un instrumento fundamental de gestión del territorio y uno de los motores económicos del mundo rural, actuando como actividad generadora de empleo que permite la fijación de la población.
Según el primer informe «Impacto Dominico y Social de la Caza en España” elaborado por Deloitte para Fundación Artemisan, el gasto directo de la actividad cinegética supera los 5470 millones de euros anuales. El gasto traccionado (efecto económico directo, indirecto e inducido) asciende a más de 6.475 millones de euros y crea 187.000 puestos de trabajo.
La actividad cinegética representa el 0,3% del PIB, que equivale al 13% del sector agrícola, ganadero y pesquero, al 4% del sector de la construcción o al 9% del sector financiero.
Defender la actividad cinegética supone:
- Contribuir a la generación de riqueza, empleo y aportación a las arcas públicas.
Con respecto al empleo, la caza mantuvo casi 187.000 puestos de trabajo anuales (el 1% de la población activa en España), de los cuales cerca de 45.500 empleos fueron empleos directos generados por titulares de cotos y organizaciones profesionales de caza.
Según el informe de Fundación Artemisan, por cada euro gastado en la actividad se generan 1,18€ de PIB. Además, la actividad cinegética contribuye a la recaudación de las haciendas públicas españolas de más de 614 MEuros, de los que el 33 % son aportados directamente en concepto de tasas e impuestos por cazadores, rehaleros y gestores de terrenos cinegéticos.
La caza forma parte del acervo cultural de la sociedad española y es practicada por cerca de 800.000 personas, de las que 334.000 cuentan con licencia federativa, consolidándose en el tercer deporte más practicado en España, tras el futbol y el baloncesto. España es, además, uno de los países con mayor número de licencias, por detrás de Francia.
España es uno de los principales destinos para cazadores de todo el mundo, especialmente europeos, tanto por su diversidad como por las distintas modalidades de caza. El 87% del territorio español está declarado como de aprovechamiento cinegético, lo que suponen 43,8 millones de hectáreas, distribuidas en 32.817 cotos. El 19% del terreno cinegético nacional se concentra en Castilla y León, que es la comunidad autónoma con mayor extensión, seguida por Castilla-La Mancha y Andalucía, con un 16% cada una.
- Promover la contribución social: educación, seguridad vial, reducción de siniestros agrícolas y arraigo social.
La contribución social de la actividad cinegética se materializa en varios ámbitos, entre los que destacan las actividades de educación y sensibilización, que desarrollan los cotos y sociedades de caza; el impacto positivo en seguridad vial, sanidad animal y reducción de siniestros agrícolas y el arraigo social que crea la propia actividad junto con el valor cultural de algunas modalidades de caza, como la cetrería.
Respecto a la seguridad vial, la caza evita la sobrepoblación de especies como los jabalíes y los corzos, que son los responsables del 54% de los accidentes en carreteras ocasionados por fauna silvestre. En cuanto a siniestros agrícolas, según datos de 2016 que recoge el informe, el 12% de los 147.432 siniestros agrícolas fueron causados por fauna silvestre, en su mayoría por especies cinegéticas.
La caza es también clave para el control poblacional de especies abundantes, como el jabalí y los cérvidos, contribuyendo a minimizar la expansión de enfermedades, con un coste económico elevado para las explotaciones ganaderas.
- Colaborar en la contribución medioambiental: inversiones en la conservación de hábitats naturales y el control de sobrepoblaciones
Según el informe de Fundación Artemisan, la actividad cinegética contribuye directamente al mantenimiento y cuidado del medio ambiente gracias a que es una actividad clave para el control de sobrepoblaciones, así como de enfermedades animales, y la conservación de hábitats naturales. De hecho, la caza es reconocida por múltiples organismos internacionales (incluida la Comisión Europea) como un instrumento de gestión de la fauna silvestre y de los ecosistemas, por el impacto positivo que tiene tanto en las especies cinegéticas como en las que no lo son.
En la actualidad, se destinan conjuntamente 233 M€ en repoblaciones y otras inversiones de conservación medioambiental y 54 M€ al mantenimiento de accesos, pantanos, podas mejora del monte, cortafuegos y cortaderos, entre otros. Estos casi 300 M€ que los diferentes sectores invierten en la Conservación del Medio Natural tienen una influencia muy positiva en la conservación de los hábitats.
El ejemplo más relevante de la labor ejercida por los actores cinegéticos en la preservación de la fauna silvestre es la recuperación del lince ibérico, gracias al mantenimiento en los cotos privados de las poblaciones de conejo de monte y perdiz que le sirven de alimento. De hecho, todos los planes de recuperación del lince ibérico destacan la necesidad de implicar a las sociedades de cazadores, que participan activamente en la elaboración y seguimiento de dichos planes.
Por ello instamos al Gobierno a lo siguiente:
- Reconocer institucionalmente el impacto positivo de la actividad cinegética como aprovechamiento natural sostenible herramienta imprescindible de gestión de los ecosistemas españoles, de conservación del medio natural y de mejora de la biodiversidad.
- Defender el valor estratégico de la actividad cinegética sostenible como instrumento fundamental de gestión del territorio español y, especialmente, como sector dinamizador multisectorial para el desarrollo socioeconómico de las zonas rurales, como actividad generadora de empleo que fija la población.
- Contribuir a la mejora de la imagen de la caza y a la promoción de sus beneficios socioeconómicos y medioambientales como actividad deportiva saludable. Actividad deportiva socializadora con beneficios para la salud a nivel físico y psíquico que se practica de manera colectiva por personas de muy diferentes edades y nivel económico y social. Practicada al aire libre y en contacto con la naturaleza. Promover el consumo de los productos de la caza como fuente de alimentación segura, sostenible y saludable.
- Exigir respeto a la actividad cinegética y, por ende a los cazadores, que tienen derecho a ser tratados con dignidad, decoro y honorabilidad, no a ser perseguidos ni a ser tratados como infractores potenciales de la Ley. Es importante adoptar medidas para que erradicar los insultos y las amenazas contra el sector cinegético en medios de comunicación y redes sociales.
- Tomar medidas contra quienes, sin desempeñar actividad legitima, por cualquier causa, impidieran, limitaran o perjudican en cualquier forma el desarrollo de una actividad cinegética autorizada en cualquiera de sus modalidades.
- Promover una licencia única de caza de carácter nacional, así como unas órdenes de veda coherentes a nivel nacional que sean supra autonómicas, de forma que el control por áreas del territorio no se vea afectado por las líneas que dividen las Comunidades Autónomas, líneas que las especies no entienden.
- Asegurar la participación de representantes cualificados del sector cinegético en aquellos órganos de gobierno y gestión relacionados con el medio ambiente, las especies cinegéticas y silvestres, y en todos aquellos referentes a la conservación o recuperación de los hábitats. Proponemos la incorporación de representantes cualificados del sector cinegético en el Consejo Asesor de Medio Ambiente (CAMA).
- Fomentar la economía y el empleo en zonas rurales desfavorecidas, dado la importancia de la caza en estas regiones impulsando la formación para mejorar la competitividad del sector, otorgando mayor estabilidad y fomentando la creación de nuevos empleos en el entorno rural.
- Destinar recursos económicos y humanos para promover proyectos de actividad cinegética sostenible en sus diversos aspectos, en especial, la mejora del hábitat y especies.
- Fomentar el conocimiento de la realidad de la actividad cinegética como modelo de gestión de los ecosistemas mediante la inclusión de esta actividad en los planes educativo/formativos de los centros escolares. Es importante crear escuelas de caza que ayuden en la mejora de la gestión cinegética.
- Asegurar la participación del sector cinegético en las conversaciones para el diseño y/o modificación de directivas comunitarias entre la que destaca la Política Agrícola Común (PAC), dirigida a la creación de medidas agroambientales específicas para la conservación y recuperación de los hábitats. Defender una política compatible con agricultores y cazadores, donde pueda coexistir una agricultura sostenible con la gestión de los hábitats de las diferentes especies de fauna silvestre. El sector cinegético debe estar presente en la elaboración del Plan Estratégico Nacional.
- Apoyar la actividad cinegética como el método más eficaz en la lucha contra las enfermedades de la fauna salvaje y doméstica, como es el caso de la peste porcina africana, la tuberculosis, la glosopeda, etc.