Sanguijuelas, vampiros y traidores

No me apetece ser políticamente correcto, es decir, hablar con eufemismos recatados y decorosos para referirme a lo que está ocurriendo en nuestra Patria. España como Reino y como Nación está siendo gravemente atacada. No hay día en el que no nos desayunemos con alguna felonía, deslealtad, o traición por parte del ejecutivo de Pedro Sánchez y de sus acólitos. Ya no son simples bravatas mitineras, ni gestos grandilocuentes frente al espejo. Son actos y actitudes traducidas en leyes de variada naturaleza y posicionamientos revanchistas, sectarios y frentepopulistas. 

Desde que, en 2018, prosperara la moción de censura que derrocó al gobierno de Mariano Rajoy, un auténtico golpe de estado encubierto ha ido prosperando a través de las diversas instituciones del estado. Se ha dinamitado la división de poderes, y la independencia del poder judicial ha saltado por los aires con las permanentes intromisiones políticas del gobierno de la Moncloa. La demolición de la monarquía es permanente, reiterada y con un claro objetivo: la proclamación de la república.  La unidad de España ha sido puesta en venta, a cambio de apoyos parlamentarios y sostenimiento de un gobierno social-comunista. La libertad de enseñanza y el laicismo, no ya agnóstico, sino anticlerical, avasalla de manera impúdica el derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos. Una nueva ley orgánica, la LOMLOE, amenaza en el horizonte educativo de nuestros compatriotas. La ética del pensamiento único se abre paso, de manera furibunda y execrable, persiguiendo y penalizando cualquier tipo de divergencia y disidencia. 

Pero este escenario infernal empeoró con la llegada al poder de los comunistas de Pablo Sánchez Turrión. Desde su entrada en el gobierno, la radicalización ideológica de la izquierda se ha acentuado. Su desafío permanente a Sánchez, haciendo y deshaciendo a capricho, sabedor de su imprescindible apoyo, ha abierto la caja de los truenos. La tormenta que se ha generado avanza imparable. Sabe que dispone de dos años, de la segunda parte de la actual legislatura, para convertir las declaraciones y amenazas en hechos consumados. Y en ello estamos, en plena revolución bolivariana del peor estilo posible. Se ha convertido en la auténtica guardia de corps del palacio de la Moncloa y, lo que es peor, en el cuerpo de guardia del palacio de la Zarzuela. El chantaje al que somete al partido socialista en el gobierno es imposible de pagar, el pago exigido por su lealtad es de dimensiones descomunales. Lo sabe y quiere que sus servicios se paguen pronto, sin demora, a la carrera. No hay tiempo que perder y las elecciones, poco propicias para sus intereses, apremian. 

Pero todavía hay mucho más. El odio y el deseo de venganza instigan un revanchismo, frentista y guerracivilista, proclamado en el borrador de una mal llamada “Ley Democrática de la Memoria Histórica”. Ni es memoria, ni es histórica, y mucho menos democrática. La provocación y la imposición ideológica están encendiendo los ánimos y caldeando una ambiente que se puede descontrolar. El articulado que contiene no puede dejarnos indiferentes, si es que amamos a nuestra Patria. La dictadura del pensamiento único pretende decirnos lo que debemos pensar, lo que debemos decir y lo que debemos enseñar a nuestros hijos y, a nuestros alumnos. Yo, a título personal, me declaro objetor e insumiso. No lo voy a hacer, ni como padre, menos aún como profesor.

La defensa de la cultura de la muerte avanza, se impone con la nueva ley de la eutanasia que, sin remisión, será aprobada en el Parlamento. No se defiende la dignidad de la vida, se impone un suicidio asistido, en lugar de profundizar en una ley de cuidados paliativos. La indefensión del no nato es evidente, el aborto, por mucho que vociferen las feminazis de la LGTBI, es un atentado contra el derecho a vivir de un ser indefenso. Hay propuestas internas que pretenden ampliar los supuestos señalados en la actual legislación. La vida humana no vale nada. 

España camina hacia el precipicio empujada por las legiones mercenarias en las que se apoya el mal llamado Gobierno del Reino de España. La claudicación ante los independentistas, nacionalistas y terroristas es vergonzosa. Podemos es su interlocutor directo, designado para tal felonía por Pedro Sánchez. El besamanos a los corsarios de la anti España es obsceno, las reverencias a los enemigos de la unidad nacional son impúdicas. Las genuflexiones están teatralizadas y pagadas a un alto precio. Las sanguijuelas vampirizan y extorsionan, doblegan y quiebran, la existencia y ser de España como unidad de destinos. Pero el pago se hace con gusto, con complacencia, porque no existe conciencia de pesar en ello, tienen intereses compartidos y deseos idénticos. Los caminos son distintos, pero el destino es el mismo. La traición está consumada y, a partir de ahora, iremos sufriendo las consecuencias de la infidelidad  y la perfidia, y van a ser palmarias, servidas con nocturnidad y alevosía.

La crisis económica, social y política en la que estamos sumidos y entregados, es el escenario propicio para aprovechar las ventajas que ofrece el desastre nacional. La lucha por la supervivencia individual, desdibuja y dilapida la conciencia colectiva como conjunto, como nación. El golpe de estado está en marcha, los atajos y los callejones de la mentira y el engaño, en nombre de la Justicia Social, fusilan a la verdad. Les aseguro que poca Literatura hay en mis palabras, no hay demagogia que pretenda tergiversar la realidad. Nos encontramos en una encrucijada histórica. ¡¡¡ESPAÑA DESPIERTA!!!

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