II concurso de relatos: Carta a María

Publicamos el vigésimo tercer trabajo perteneciente al II concurso de relatos “Una carta a un hijo” organizado por la escritora y farmacéutica, Esperanza Ruiz Adsuar, en colaboración con Posmodernia y las Bodegas Matsu perteneciente a la Denominación de Origen Toro. Dicho concurso durará hasta el próximo 31 de octubre de 2020. Bases para la participación en el concurso

Título: Carta a María

Pseudónimo: Solitario paseante


Adrados, 2 de febrero de 1969.

Querida hija:

A la llegada de esta, espero que estés bien. Nosotros bien, gracias a Dios. Tu madre te echa mucho de menos, llora a escondidas cada noche cuando cree que yo ya duermo. Te imagina sola en una ciudad tan grande y entonces el corazón se le encoge sin poder evitarlo. Perdona a tu viejo padre, no es mi intención ponerte triste. Los dos te echamos mucho de menos porque siempre has sido la luz de nuestras vidas. Pero sabemos que tú estás bien en Madrid, estudiando para abogada, quién sabe si para ser juez algún día. Si alguien puede cumplir su deseo, eres tú, María. Ese ha sido tu sueño desde que, ya de niña, jugabas a golpear la mesa de la cocina con un mazo imaginario, mientras el aroma del puchero inundaba toda la casa y tu madre te prestaba su rebeca negra para que la usaras como toga.

En el pueblo las cosas van como siempre: el tiempo pasa despacio y los días se suceden al ritmo que marcan las labores del campo. Hemos comprado una cerda nueva, que esperamos que nos dé una buena piara de cochinillos este próximo otoño. Las tierras junto al camino de la Ermita de San Blas siguen dando buenos frutos y tu idea de colocar un motor para el pozo ha sido un acierto. Ahora no madrugo tanto, porque tu primo Tinín me ayuda algunos días con el riego y eso me permite descansar.

El padre Juan ha conseguido unos fondos desde la Junta para arreglar el campanario, y todos esperamos que el sonido de las campanas vuelva a sonar por las calles del pueblo, que ahora parecen un poco apagadas sin su tañido. ¡Ah! Tu amiga Marisol se casa con Leandro. Menos mal que por fin se han decidido. Muchos pensaban ya que Leandro se quedaba para mozo viejo, sin sentar la cabeza con una chica tan maja como Marisol. Les irá bien, y en el pueblo serán felices.

¿Y tú qué tal estás? ¿Eres feliz, hija mía? Sabemos que estudias mucho y que apenas tienes tiempo para nada más. Recuerda lo que te dije: tienes que dedicar mucho esfuerzo a tu carrera universitaria, sin duda, pero también tienes que vivir. ¡Vivir con mayúsculas! Vivir tu vida. Aprovecha Madrid, disfruta de tus amigos, saca tiempo para pasear, para leer, para ver mundo. También debes tener cuidado: ¡una chica tan pequeña en una ciudad tan grande!

Esperamos con emoción tu respuesta. Deseamos que pronto acabe el curso y puedas volver en verano a pasar unas semanas en esta tu casa. Tu cama siempre está preparada por si llegas un día sin avisar. Recibe muchos besos de tus padres, que te quieren.

Paulino y María

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