Pero entonces llegan las elecciones de 2016 y con ellas un candidato que ya era rico antes de meterse en política, que se costeará su propia campaña para no deberle favores a nadie y que en consecuencia rendirá cuentas solo a sus votantes, a los que les habla de asuntos que ninguno de los dos partidos había querido abordar ¡Inaudito!
Lo woke, el sionismo y el nuevo espectro ideológico en EE.UU.
El tablero ideológico se ha reordenado abruptamente y, ahora, las líneas divisorias son otras. El partido Demócrata está enfrentado entre sus élites de obediencia sionista y sus bases pro-palestinas y antibelicistas, mientras que entre las grandes figuras de la facción republicana ya no hay un discurso ni unos valores comunes: Ben Shapiro y Tucker Carlson, Gad Saad y Nick Fuentes, no sirven a una misma agenda.