Hoy, decir “todos y todas” es tan importante y tan profundo y nos informa tanto sobre el compromiso ético del/la parlante como el tradicional “señoras y señores” de toda la vida. Entre otras razones porque hoy, en la rigurosa actualidad que ya ha trascendido a la intención candorosa de lo inclusivo, la misma inclusividad no tiene fondo del que reclamarse: ya no se sabe qué es lo que se incluye; “todos” no incluye sólo al género masculino, y sucede lo mismo con el “todas”.
Un idioma acogedor
Lamenta una publicación más o menos adscrita al nouveau droitisme francés que entre la juventud de aquel país se hayan puesto de moda algunas expresiones tomadas del idioma árabe, como el famoso ¡wa allah! con que muchos parisinos de edad escasa y mientes justas expresan entusiasmo ante cualquier novedad o sorpresa, en sustitución del “¡hala!” de toda la vida. La cuestión no tiene mayor importancia, se diga lo que se diga y aunque moleste a algunos, porque el ingenio consiste en sustituir una invocación a Dios —Allah— por otra más depurada.
Lenguaje premeditado
El chiste es muy antiguo. Un dominico y un jesuita regresan de Roma, donde se han entrevistado con el Papa. El dominico se queja: “Le he pedido permiso para fumar mientras rezo y me ha dicho que no”. El jesuita también comenta su audiencia con el santo padre: “Pues yo le he preguntado si puedo rezar mientras fumo y me ha dicho que sí”…
Pinganillos
Los idiomas, en estricta lectura racional de la historia, son superestructuras ideológicas y por tanto, en última instancia, elementos de dominación. Desde esa perspectiva, acordar por la fuerza del uso una lengua común para convivir sin quebranto es un éxito civilizatorio de primer nivel.
Neolengua y control ideológico (Una de zombis)
En el universo ideológico neoprogre ya no hay opiniones divergentes, ideas encontradas, debate, réplica y dúplica. Como todos los totalitarismos que en la historia han sido, el imperio woke ha determinado que su visión del mundo no es una interpretación de la realidad y sus formas temporales concretas sino una verdad basal…
Lenguaje y realidad
No tiene mayor importancia que la neolengua inventada por la progresía dominante, el imperio woke, las sectas queer-lgtbi y demás gallofa intelectual sea un engendro cursi, ridículamente incorrecto, grosero en sus pretensiones —hegemonismo de la idiocia— e inútil en sus resultados. No tiene la menor importancia. El idioma español es tan sólido en la historia como en su contemporaneidad, y su robustez admite cualquier retruécano imprevisto y cualquier chapucera manipulación.