Gonzalo Fernandez de la Mora, un intelectual contra el régimen del 78

Gonzalo Fernandez de la Mora, un intelectual contra el régimen del 78. José Alsina Calvés

Título: “La razón conservadora. Gonzalo Fernández de la Mora, una biografía político-intelectual

Autor: Pedro Carlos González Cuevas

Pedro Carlos González Cuevas, uno de los mejores historiadores de las ideas y las instituciones políticas y, sin duda, uno de los pocos intelectuales críticos que tenemos en España, publicó, en 2015, La razón conservadora. Gonzalo Fernández de la Mora, una biografía político-intelectual. El libro constituye un muy interesante estudio sobre un personaje egregio, olvidado y cancelado por el pensamiento (¿) oficial.

Fernández de la Mora forma parte de un reducido grupo de intelectuales y/o políticos que habían participado, de una forma u otra, en el régimen del general Franco (Silva Muñoz, Blas Piñar, Girón de Velasco) y que, durante la Transición, se negaron al travestismo político y al oportunismo, y no quisieron formar parte de la “derechita aceptable y civilizada”. Así pudimos ver al autoritario Fraga reivindicarse como “liberal anglófilo y centrista”, a los falangistas radicales Pedro Laín o Dionisio Ridruejo reivindicarse como socialdemócratas, o al monárquico integrista Calvo Serer pasar de defender la Monarquía Tradicional a la monarquía liberal y constitucional sin pestañear.

Lo malo de esta gente no es qué cambiara de ideas (todo el mundo tiene derecho a la evolución ideológica), sino que nos quisieron hacer creer que siempre habían pensado así.

En su momento, la posición de este pequeño grupo, pudo parecer nostálgica, incluso honrada y respetable, pero anacrónica y fuera de la historia. Hoy en día, ante la putrefacción del régimen del 78, ante el serio peligro de la balcanización de España, ante la pérdida absoluta de soberanía frente a la OTAN y la UE, la posición crítica de este grupo adquiere una actualidad inesperada.

No es que cometieran errores de apreciación. Siguieron insistiendo en el peligro comunista, sin darse cuenta que toda la tramoya de la Transición, especialmente la “resurrección” del PSOE de mano de la CIA y de la socialdemocracia alemana, tenía como objetivo aislar y marginar al PCE, no tanto por razones ideológicas sino geopolíticas. Estábamos aún en la Guerra Fría, y el PCE no dejaba de ser un submarino de la URSS.

Sin embargo, vieron con toda claridad las dos grandes lacras que infectaban al nuevo régimen que se estaba gestando: la partitocracia y el poder que se daba a los nacionalismos periféricos a través del Estado de las Autonomías.

Fernandez de la Mora fue, desde el punto de vista intelectual, el crítico más agudo. Aunque fracaso políticamente en su intento de reconducir Alianza Popular y, posteriormente de crear una alternativa política a través de la UNE primero, y de DDE después, sus previsiones pesimistas sobre el régimen que se estaba gestando se han visto tristemente confirmadas por la realidad actual.

Educado en los parámetros de Acción Española, en la estela de Ramiro de Maeztu y del integrismo católico-monárquico, su pensamiento evolucionó, pero sin traicionar los elementos esenciales. Acabo reconociendo que haber apoyado la restauración monárquica había sido un error, y defendió una república presidencialista, donde un Jefe de Estado elegido de forma directa, pero con poderes ejecutivos, pudiera tomar decisiones por encima de los partidos.

Una de sus grandes aportaciones fue la fundación de la revista Razón Española. Vio claro que, en la situación actual, se imponía una lucha metapolítica a largo plazo, una batalla por las ideas, sin la cual cualquier alternativa política está condenada al fracaso.

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