Marx publica El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte

Marx publica El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Daniel López Rodríguez

En 1850 Marx publicaba en la Neue Rheinische Zeitung. Poliötisch-Okonomische Revue «Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850». Según Engels, esta obra «fue el primer ensayo de Marx para explicar un fragmento de historia contemporánea mediante su concepción materialista, partiendo de la situación económica dada» (Karl Marx y Friedrich Engels, Sobre la religión, Edición preparada por Hugo Assmann y Reyes Mate, Ágora, Salamanca 1974, pág. 197). Este trabajo no volvería a ser reeditado hasta 1895 con prólogo de Engels.

Como hemos visto, el 2 de diciembre de 1851 Luis Napoleón Bonaparte dio un golpe de Estado pasando a ser presidente de la República Francesa a primer cónsul, erigiéndose al poco tiempo como el emperador Napoleón III. Empezó la era del Segundo Imperio Francés.

El golpe supuso un mazazo para los radicales exiliados en Londres al desvanecerse todas las esperanzas que tenían de una insurrección revolucionaria en suelo francés. Para Marx el golpe no supuso tanto porque ahora pensaba que la revolución surgiría a raíz de una gran crisis económica capitalista. Aunque Francia seguía siendo para él el escenario donde podría desencadenarse la revolución. Hasta bien entrada la década de 1860 Marx seguía pensando en París como el centro neurálgico de la revolución, tal y como ocurrió en 1789, 1830 y 1848. Pero a finales de la década ya empezaba a dudar. Dudas que se disiparon en 1871 tras el derrumbe de la Comuna de París y la unificación de Alemania; ya que, según Marx, el epicentro mundial de la revolución se trasladaba de París a Berlín.

En 1852 publicó su célebre El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte que escribió para la revista mensual neoyorquina Die Revolution en el número 2. Esta revista fue fundada en Nueva York por su amigo Joseph Weydemeyer, camarada que emigró recientemente hacia Estados Unidos (posibilidad que estuvo barajando el mismo Marx en agosto de 1850).

Gracias a una generosa contribución de un sastre emigrado de Frankfurt a Estados Unidos, cuyo nombre desconocemos, pudo Weydemeyer imprimir una tirada de mil ejemplares de El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Una tercera parte de estos mil ejemplares se distribuyeron a amigos del partido en Inglaterra y fundamentalmente en Renania, pero ninguno de los ejemplares acabó en las librerías, puesto que ni los libreros más radicales tuvieron el valor de colocar en sus estanterías este libro «inoportuno».

Tampoco hubo editor que quisiese la traducción al inglés de Pieper y retocada por Engels, pues a las dificultades que encontraba Marx para buscar editor se sumó el proceso contra los comunistas de Colonia, que se llevaría a cabo justo después del golpe de Estado de Luis Bonaparte. No obstante, en 1859 la obra se publicó en Hamburgo con un prólogo del propio Marx.

Años más tarde Marx comentaría la interpretación de los hechos de otras interpretaciones del golpe bonapartista: «El Napoleon le Pétit, de Víctor Hugo, se limita a lanzar unas cuantas invectivas crudas e ingeniosas contra el editor responsable del golpe de Estado. El hecho en sí es, para él, como un rayo que bajase del limpio cielo. No ve en él más que un acto despótico, obra del arbitrio individual de una persona. No advierte que, con esto, lo que hace es engrandecer a esa persona en vez de empequeñecerla, reconociéndole un poder personal de iniciativa que no tendría paralelo en la historia del mundo. Por su parte, el Coup d´État de Proudhon pretende explicar el golpe de Estado como producto de una evolución histórica que lo precede. Pero, sin saber cómo, resulta que la construcción histórica del golpe de Estado se convierte entre sus manos en una apología histórica del héroe de la jornada. Cae en el vicio de todo esos historiadores que se titulan objetivos. Yo demuestro, por el contrario, que la lucha de clase creó, en Francia, condiciones y circunstancias que permitieron a un personaje mediocre y grotesco representar el papel de héroe» (citado por Franz Mehring, Carlos Marx, Traducción de Wenceslao Roces, Ediciones Grijalbo, Barcelona 1967, págs. 223-224).

En El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte leemos una de las primeras definiciones de lo que después se llamaría materialismo histórico: «Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su voluntad, bajo condiciones elegidas por ellos mismo, sino bajo condiciones directamente existentes, dadas y heredadas» (Karl Marx, El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Traducción de Elisa Chuliá, Alianza Editorial, Madrid 2003, pág. 33).

En 1865 Marx reeditó el libro y prácticamente lo dejó intacto, tachando por petición del impresor el término «idiota» que Marx aplica más de una vez a Luis Bonaparte. Durante este tiempo el Imperio de Napoleón III perseveró en el ser y Francia recuperó parte de su prestigio en la dialéctica de Estados y desarrolló sus recursos económicos de modo más o menos solvente, pero no pudo soportar el encontronazo cortical contra la solidaridad alemana (solidaridad contra Francia, que antes lo sería contra Dinamarca y Austria) y se resolvió en la distaxia del Segundo Impero Francés de modo fulminante.

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