Evolución de los nacimientos en España 1858-2020. Nacen muchos menos niños ahora que en la guerra civil y la posguerra (en una España en un durísimo trance, y con unos 22 millones menos de habitantes).

Nacen menos niños ahora que a finales del siglo XVIII, cuando España tenía menos de la cuarta parte de la población actual. Y de madres españolas, tal vez la referencia sea el siglo XVII.

Así opera el suicidio / invierno demográfico con el actual número de hijos por mujer, y si no hay flujos migratorios con el exterior. No es una profecía alarmista, infundada: es una proyección matemática sencilla.

Con algunas décadas de retraso, la población total menguaría a un ritmo similar al de los adultos jóvenes (de 18 a 35 – 40 años). Y la población restante, en conjunto, estaría más y más envejecida por menos niños y jóvenes (mucho más por esto que por más esperanza de vida).

NB. Se incluye Asturias por haber tenido la menor fecundidad media de España y Europa de 2015 a 2019 (NB. Canarias la tiene aún menor desde 2018, aunque no su población nativa)

Por la caída de la natalidad en España desde 1977, en las dos últimas décadas ha habido una tremenda diminución del número de españoles jóvenes, que ha alcanzado niveles espeluznantes en muchas provincias.

Posiblemente ninguna guerra ha causado en España una pérdida tan brutal de savia joven.

La diferencia entre nacimientos y muertes en España tiene una fuerte tendencia a la baja, y a ser cada vez más negativa, por el insuficiente número de hijos por mujer desde hace casi 40 años.

Si España fuera una empresa y el saldo entre nacimientos y muertes fuera su beneficio / pérdida, se diría que va hacia la ruina. Como su capital humano se deteriora también por envejecimiento de la población, sobre todo por falta de niños y jóvenes, aún más ruina. Las tendencias en Europa y Occidente, extremo Oriente y otras partes del mundo son similares.

En el conjunto de la Unión Europea ocurre algo parecido

El envejecimiento de la población en Europa es creciente, y se debe sobre todo a la caída de las tasas de fecundidad.

La edad mediana (la que divide en dos mitades iguales a la población), en niveles inéditos en la Historia, ha crecido más en España en los últimos 40 años, sobre todo porque el descenso de la fecundidad aquí, que partía de niveles más altos, ha sido mayor.

Sin más natalidad y/o (mucha) más inmigración, España tendería a quedar despoblada, y cada vez más envejecida (proyección ilustrativa)

Principales supuestos: fecundidad constante como la de 2019 (1,23 hijos por mujer), evolución de la mortalidad como la prevista por el INE, sin flujos migratorios netos con el exterior. Las proyecciones de Eurostat, la ONU o el INE sin inmigración dan resultados similares.