El 8m ha vuelto por fin a escena tras dos largos años de encerrona vírica. Eso sí, parece que no lo ha hecho con tanta fuerza como le hubiera gustado debido a las múltiples escisiones que en el seno feminista han tenido lugar; sobre todo, en entorno a cuestiones tales como la del género en tanto que constructo “social” (mentalista, diría yo) y la abolición de la prostitución.