Elecciones andaluzas

Elecciones andaluzas. Juan José Coca

Estas elecciones andaluzas no son unas elecciones cualquiera… Andalucía se juega mucho. Las políticas continuistas del Partido Popular después de 40 años de un gobierno socialista al frente de la Junta, instalado en la corrupción y en el despilfarro político, están poniendo de manifiesto la necesidad de un cambio de rumbo que devuelva a los andaluces el ser dueños de su futuro. Muchos ríos de tinta están corriendo estas semanas en la prensa sobre cual será el hipotético resultado electoral, pero la verdad es que solo responden a los intereses de los grandes grupos de presión financiera dueños de esos mismos medios y que tienen como correa de transmisión a los partidos de siempre. 

La rebelión contra un mundo en ruinas está siendo la constante de un puñado de valientes en las ocho provincias españolas. Cabe destacar a Javier Cortés al frente de esos jóvenes inconformistas, quien capitanea la revuelta en la provincia de Sevilla.

Tengo la suerte y el honor de contar con su amistad desde las mas tierna adolescencia, cuando soñábamos con cambiar una España que amábamos porque no nos gustaba… Hoy, con muchos años de experiencia profesional en las espaldas, con una familia a la que mimar, cuidar y sostener, la pelea es la misma que en los noventa pero con una diferencia fundamental… peleamos, después de mirar a los ojos a nuestras hijas, por su futuro, por las cosas inmediatas, como cualquier combatiente de trinchera que lo hace por su camarada que tiene al lado o por salvar su vida… La pelea ya no está en los grandes ideales, aunque esos grandes ideales hayan sido la razón de ser de nuestra existencia. Hemos bajado el balón al suelo con el objeto de comenzar el partido desde atrás hacia delante, construyendo un ataque férreo y contundente en defensa de la prosperidad y de un futuro en libertad para nuestros retoños.

La lucha nuestra ya no es solo la lucha nuestra, es la lucha de miles de andaluces por evitar la despoblación de sus pueblos y aldeas, por educar en libertad a sus hijos, es la lucha de una juventud que reclama un trabajo digno y estable para poder construir una familia junto a los abuelos y no tener que emigrar fuera de nuestras fronteras… es la lucha por el acceso a una vivienda la cual poder pagar, es la pelea por bajar unos impuestos que nos ahogan en el día a día, por una cesta de la compra asequible para dar de comer a los enanos que nos esperan en casa… Nuestro pequeño microcosmo se hace extensible al combate de miles de agricultores, productores y ganaderos andaluces que ven como su explotaciones empiezan a caer en la ruina por la competencia desleal de productos extracomunitarios que no tienen las misma exigencia fitosanitarias que los españoles.

El mundo al cual nos enfrentamos ya no entiende de definiciones política clásicas, la izquierda y la derecha son conceptos vacíos de contenido que solo responde a intereses de majaderos. Hoy todo gira en torno a una guerra global de dos bloques enfrentados, la de los de abajo, los que creemos en los Estado-Nación, en la soberanía y en la identidad de los pueblos; y la de los de arriba, las oligarquías, representadas por todas aquellas multinacionales que empujan al mundo hacia la globalización, el mundialismo, el multiculturalismo y la aldea global con el único fin de aumentar la cuenta de resultados de sus empresas. Hoy vivimos la paradoja de que la tradicional izquierda española se ha echado en manos de las multinacionales abandonado la defensa de los derechos sociales de los trabajadores. 

Nos espera un futuro desalentador, el Banco Central Europeo, ha convocado una reunión de urgencia ante el aumento de la prima de riesgo española y la rentabilidad a diez años disparada. Con la prima de riesgo en los 127,5 puntos, aunque durante la jornada del martes día 14 de junio llegó a tocar los 140, niveles de mayo de 2020, en plena pandemia, y con el rendimiento de los bonos a 10 años de España en el 3%, con niveles de 2014, vamos a tener como resultado el encarecimiento de las condiciones de financiación, una puñalada más para una España ahogada en su propia sangre del sistema autonómico.
No podemos mentir, se nos vienen encima malos tiempos. Pero los afrontaremos apretándonos todos el cinturón, no consintiendo que sean los de siempre los que paguen las fechorías y los errores de otros.

El fracaso del sistema autonómico es una realidad financiera del estado español, el derroche del gasto político, el mantenimiento de las estructuras de un estado colapsado nos va a llevar a la quiebra en los próximos meses.

El día 19 de junio tenemos la oportunidad en Andalucía de poner una piedra en el cambio de rumbo de esta situación. Tenemos la oportunidad de ser valientes, de ser bravos, de luchar desde Andalucía por el futuro de España, de seguir la bandera del intrépido Javier Cortés y rezar bajo el estandarte de Esperanza Macarena.

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