Reseña de “Dormir con vuestros ojos”

Reseña de “Dormir con vuestros ojos”. Emmanuel Martínez Alcocer

Título: “Dormir con vuestros ojos

Autor: Gabriel Albiac

Editorial: Madrid, ed. La Esfera de los Libros, marzo 2021, 340 págs.


El Maquiavelo de Albiac

A Maquiavelo hay que volver siempre. Porque es un clásico, y como todo clásico ha marcado de una u otra forma las derivas políticas, artísticas, literarias, científicas, sociales y/o filosóficas de esto que llamamos área de difusión helénica. Y porque, como ocurre con todo clásico, hablamos de un individuo y de una obra que ha conseguido aunar y anudar en una época determinada una serie de problemas, una serie de planteamientos y una serie de soluciones y tareas que hoy, en nuestro presente en marcha, siguen teniendo tanta importancia o más como en su momento. Porque siempre que volvemos a los clásicos no sólo volvemos al pasado, volvemos también, valga la paradoja, al presente. Son una importante, ineludible, fuente de la que beber para nosotros, con mayor o menor provecho.

Es por eso que los llamamos clásicos. Y seguramente sea por eso por lo que Gabriel Albiac, una de las mejores cabezas con las que cuenta esta maltrecha nación española, ha vuelto una y otra vez en su larga trayectoria vital y literaria. Esta, por lo demás, está marcada por una poliédrica actividad en la que podríamos destacar su labor como profesor, como tertuliano en radio y televisión, pero también como miembro del PC, que tras el fin del franquismo abandonaría, o como testigo activo del Mayo del 68, y también como periodista, reportero, como columnista en distintos periódicos, como ensayista, como poeta y como conferenciante y novelista. A todo lo cual, que no es poco, podríamos añadir su labor como traductor y editor –célebre es ya su edición, junto a Vidal Peña, de la Ética de Espinosa; también su última edición de los Pensamientos de Pascal es de una calidad más que encomiable–.

Reseña de “Dormir con vuestros ojos”. Emmanuel Martínez Alcocer

Tras la reedición con alguna corrección y ampliación de trabajos propios que ya tenían algunos años, este marzo de 2021 Gabriel Albiac ha continuado su intensa actividad literaria con su última novela: Dormir con vuestros ojos (Madrid, ed. La Esfera de los Libros, marzo 2021, 340 págs.). Una biografía novelada, a la par que una novela histórica, de uno de esos clásicos sobre los que el autor, como no podía ser de otra forma, vuelve una y otra vez: el mentado Nicolás Bernardo de Maquiavelo, un lucreciano –siempre llevaba consigo su copia manuscrita del De Rerum Natura– amante de las obras de Tito Livio y, en la juventud, seguidor de Pico de la Mirándola; un personaje cuya inteligencia destacó desde joven, tanto que hizo que fuera apodado como el astuto. Seguramente sería esta inteligencia y astucia así como la fría precisión de sus escritos e informes que, como feliz y entregado siervo de La Señoría de Florencia, redactaba en las madrugadas, lo que hizo que sus enemigos consiguieran, con el tiempo, que su apellido terminara convirtiéndose en sinónimo de lo oscuro, lo despiadado, incluso lo malévolo: lo maquiavélico. Y relacionándolo con una máxima que en realidad poco o nada tiene que ver con él: el fin justifica los medios. Lo cual ya nos da pistas acerca del calibre histórico de este filósofo, dramaturgo, poeta, político, militar y diplomático florentino.

En la novela podemos asistir a lo largo de los capítulos a sus últimas y agónicas horas en su mansión al borde del Arno, en su querida Florencia, en ese momento asolada por la peste. Por eso Maquiavelo se encuentra solo, aunque tendrá algunas breves visitas femeninas, ya que ha decidido enviar a su familia a un lugar más seguro. Pero a pesar de ser éste el protagonista no es el único personaje destacable de la novela porque, además de la exacta fantasía sobre la que descansa la narración, podemos destacar que toda ella se construye también a partir de una exhaustiva y rigurosa documentación histórica, como suele ser habitual en los trabajos del autor. Aunque también destacaremos que, a pesar de que esta erudición se puede notar en la novela, esta no cae en lo que hay quien entendería, seguramente con razón, como un error: el didactismo, la excesiva exhibición de erudición. De entre los distintos tipos de funciones que cabe distinguir en una obra desde la estética materialista –infraliteratura o literatura basura, literatura pedagógica o didáctica, literatura ideológica y literatura sustantiva–, a nuestro juicio, siempre sujeto a error, dado que no encontramos ninguna finalidad «externa» en ella, Dormir con vuestros ojos puede entenderse como una novela sustantiva –el propio autor ha indicado en alguna entrevista que esta es la novela que más rápido ha escrito, entre otras cosas debido a que lleva 50 años estudiando a Maquiavelo y «tenía la necesidad de escribirlo», por eso en ese momento «la escritura funciona casi con un nivel de automatismo», es decir, la propia materia de la obra le ha llevado al resultado de la misma–. Una novela de carácter sustantivo sin perjuicio de poder encontrar en ella elementos adjetivos y, efectivamente, sin perjuicio de que la erudición que encierra la novela de Albiac pueda llevar didácticamente al lector a un mayor conocimiento de la figura de Maquiavelo, u otras, o de la situación histórica. Pero sin reducirla nunca a esto. Es algo más. Y aunque seguramente no sea una novela que podamos incluir entre las mejores de las escritas en español, a pesar de la calidad de su estilo, no creemos tampoco que sea una novela ideológica ni una novela pedagógica, y mucho menos novela basura o infraliteratura.

Como decíamos, Maquiavelo no es la única figura de relevancia que podemos ver en sus páginas. La rica vida de nuestro clásico, que éste va repasando en su última noche y su último amanecer, estuvo cruzada por otros notables, interesantísimos e importantes personajes históricos de relevancia para ese momento: finales del siglo XV e inicios del XVI. Un momento marcado por la ruptura total de Italia, que Maquiavelo siempre trató de corregir; marcado en definitiva por la lucha entre las repúblicas, condados y principados que la componían, por el papado del español Alejando VI (y su hijo César, el cual nuestro diplomático vio como el brazo armado que podría unificar Italia) y por la lucha por la hegemonía en Europa entre Francia y España, que tuvo uno de sus escenarios principales precisamente en la dividida Italia.

Es por eso que vemos pasar por sus páginas a personajes de la talla de Caterina Sforza, imponente y aguerrida señora de Imola y Forlì, alquimista y amiga de Leonardo da Vinci; Philippe Verdelot, importante compositor de origen francés que pondría música a algunos de los poemas y canciones de su amigo Maquiavelo; los valencianos Alejando Borja, uno de los papas más importantes de la historia, y su hijo César Borja; Francesco Guicciardini, amigo y superior de Maquiavelo y también importantísimo político, militar, diplomático y humanista de la época; y a reyes de Francia como Carlos VIII o Luis XII o al emperador Carlos I de España y V de Alemania. Sin faltar el relato de episodios tan importantes para Maquiavelo y para la época como sus misiones diplomáticas –es destacable la que realiza en visita a Caterina Sforza–, las incursiones bélicas de César Borja o el Saco de Roma, siendo este último el gran fracaso de nuestro diplomático, precediendo unos meses a su muerte. También asistimos, en el ámbito literario, al estreno en casa de uno de sus mayores amigos y benefactores, tras su caída en desgracia, de La Mandrágora, muy apreciada por su autor. Una obra en la que introduce unas canciones que, como se nos dice en la novela, habría escrito para que cantara esa chiquilla bellísima, una prostituta con voz prodigiosa, inteligente pero con poca suerte y a la que tanto amó al final de su vida: Bárbera.

Todo ello sin dejar de estar, tanto en los diálogos como en los agónicos soliloquios del protagonista, marcada por el inconfundible estilo de Gabriel Albiac. Y sin dejar de ofrecernos algunas reflexiones –juzgar si lo hace con mayor o menor acierto ya es asunto de los lectores, como «pide» la novela– sobre el sentido de la vida, la literatura, el amor, la política y la historia. Una novela, en definitiva, muy recomendable que tanto por su temática como por su escritura atrapa de principio a fin.

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