Pongámonos en contexto. 1991: cae inesperadamente la URSS y el capitalismo occidental cuyo epicentro es EEUU. La lógica del capitalismo y su ciega política de obtener exclusivamente beneficios lleva a que los países occidentales optimicen gastos productivos y deslocalicen sus empresas llevándolas en buena parte a China a lo que creen un ingenuo régimen comunista colaborador con el capitalismo. Occidente empieza a desindustrializarse y su clase media a erosionarse. Se intuye el peligro para el sistema capitalista y se inician una serie de políticas económicas experimentales.
Salvar al soldado “capitalismo”
El primer ensayo (fallo en el que ya cayó la Unión Soviética) es centrar la economía de EEUU en la industria armamentística convirtiéndose en un gran productor y exportador de armas. Este poder militar debía contribuir al control de materias primas y recursos energéticos en todo el mundo. En este contexto se entiende la “doctrina Rumsfeld-Cebrowski” en el llamado por el Pentágono el «Medio Oriente ampliado». Sólo en 2005 saltó a la prensa el diseño del Pentágono para remodelar el mapa de Oriente Medio que se había mantenido más o menos estable desde la Primera Guerra Mundial. Todo ello fue diseñado antes de la caída de las torres gemelas que permitieron iniciar este “experimento” que ha acabado con un fracaso estrepitosos, tras dos décadas, con la humillante huida de las fuerzas estadounidenses de Afganistán.
Un segundo intento de salvar el destino económico de EEUU, fue el intento infructuoso de Donald Trump durante su mandato presidencial. Su política se centró en castigar las deslocalizaciones e intentar la reindustrialización clásica de Norteamérica. Sin embargo, Trump naufragó ante el torpedeo del “Estado profundo· norteamericano, donde sus propios compañeros del Partido republicano le cavaron la tumba política.
La elites mundialistas en general, y las Estadounidenses en particular, en las últimas décadas han dejado entrever su desconfianza hacia Europa y Estados Unidos como lugares “habitables” para ellas. Europa vive un sutil pero imparable reemplazo poblacional, una desindustrialización, una super-burocratización, y carece de una identidad cultural real que le impide siquiera tener una política exterior coherente. Estado Unidos contempla la muerte de su clase media y por tanto, de la estabilidad social. En este contexto no es extraño que las elites sueñen con huidas a zonas seguras. La compra de grandes terrenos en la Patagonia, y otros lugares del mundo, por parte de las elites, sería un síntoma.
Las buenas relaciones entre estados Unidos y Arabia Saudita, promovieron sueños de momento inalcanzables. Se propuso que las elites megamultimillonarias pudieran huir de Estados Unidos y ser acogidas en Neom. Neom es un macroproyecto de ciudad inteligente que el príncipe Mohamed ben Salman, comenzó a construir en el desierto de Arabia. Se pretenden invertir 500.000 millones de dólares en este proyecto que se construirá desde cero a lo largo de la costa del Mar Rojo. Pero de momento estos futuribles utópicos siguen en punto muerto.
El gran reseteo
El plan de huida de las elites mundiales de sus lugares habituales de control mundial, anuncian un reseteo mundial. Mucho se ha especulado sobre los anuncios anticipados de una pandemia mundial antes de la aparición del llamado Covid-19. En 2015, el cofundador de Microsoft, Bill Gates, en una conferencia en la ciudad de Vancouver, (Canadá), vaticinaba el próximo gran riesgo de una catástrofe global: una pandemia causada por un virus altamente infeccioso que se propagaría rápidamente por todo el mundo. Da igual, en estos momentos, las teorías de la conspiración, el caso en que la pandemia llegaría cuatro años después. Ya a raíz de la epidemia de SRAS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo) registrada en 2003, la Unión Europea se dotó en 2005 de un Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades. Durante 2008, ese centro organizó un simposio para estudiar cómo cerrar las escuelas ante una epidemia. En aquella época aún no se hablaba de decretar un confinamiento generalizado de toda la población. Un personaje a destacar, en la teoría de las pandemias, es Neil Ferguson. Este profesor del Imperial College de Londres, en 2002 vaticinó que la enfermedad de las vacas locas acabaría con la vida de 150.000 personas (sólo murieron 177); avisó que la gripe aviar liquidaría 100.000 británicos (no llegaron a 500). Ya en plena pandemia de Coronavirus en 2020, pronóstico a Macron medio millón de muertos en Francia. El caso es que la presente situación mundial, los mecanismos de generación de miedos colectivos entre las masas y los medios de comunicación de masas, han llevado a confinamientos masivos de las poblaciones sanas, a formas de teletrabajo que plantean nuevas formas de deslocalización productiva y a un endeudamiento sin precedentes de los Estados capitalistas. Como una fantasma, reaparece la vieja tesis marxista de que el capitalismo está abocado a constantes “reseteos” que sólo pueden superarse con guerras. Ciertamente, Occidente no está para muchas guerras pero el capitalismo necesita urgentemente ser reseteado. Es bajo este prisma como debe entenderse el libro publicado por varios colaboradores del Foro Davos y presentado por su presidente, el alemán Klaus Schwab. El título no deja de ser significativo: Covid-19: The Great Reset. En este texto ni siquiera encontramos una propuesta de soluciones a los problemas mundiales. Simplemente se trata de evidenciar de que el mundo necesita un apagón para volver a ponerse en marcha bajo un nuevo paradigma.
Covid-19: The Great Reset de Klaus Schwab
El 3 de junio de 2020, Klaus Schwab anunció el lanzamiento de Covid-19: The Great Reset. En su alocución el presidente del Foro Económico Mundial (Foro Davos) presentó el Covid-19 como “una ventana de oportunidad rara pero estrecha, para repensar, reinventar y resetear nuestro mundo”. Uno de los colaboradores en este libro es precisamente el anteriormente citado Neil Ferguson (experto en crear pánicos globales sobre posibles pandemias). Él y Klaus Schwab preparan a sus lectores para la implantación de una sociedad orwelliana. Se anuncian todo tipo de hecatombes, hasta la muerte del 40% de la población mundial con la pandemia de Covid-19.
Las predicciones
Los factótums de El Gran reseteo, dejan a las claras el futuro que imaginan. La pregunta es si será posible. La afirmación es que lo intentarán como sea. Leamos algunos párrafos literales de la obra de Klaus Schwab, que además es miembro del Club Bilderberg y otras entidades mundialistas. Su relato del “futuro”, claramente coincide con el esqueleto de la llamada Agenda 2030. Leamos algunos fragmentos:
-“La gobernanza global está en el centro de todos los demás problemas”.
-“La hipótesis fundamental es que la pandemia podría seguir afectándonos hasta 2022. […] No se puede prever un retorno completo a la ‘normalidad’ hasta que no haya una vacuna disponible. “
-“Muchos de nosotros nos preguntamos cuándo las cosas volverán a la normalidad. La respuesta es breve: nunca.[…] Habrá una era “antes del coronavirus” (a. C) y “después del coronavirus” (d. C). “
-“Al enfrentarlo, algunos ejecutivos de la industria y algunos altos ejecutivos pueden sentirse tentados a equiparar el reinicio con una vuelta a la normalidad. […]. No pasará porque no puede pasar”.
-“Es probable que las medidas de distanciamiento social y físico persistan después de que la pandemia misma disminuya, lo que justifica la decisión de muchas empresas de diferentes industrias de intensificar la automatización“.
-“Hasta el 86% de los trabajos en restaurantes, el 75% de los trabajos de venta minorista y el 59% de los trabajos de entretenimiento podrían automatizarse para 2035″.
-“No se salvará ninguna industria o negocio“.
-“La ‘tiranía del crecimiento del PIB’ terminará“.-“Los impuestos aumentarán. Como en el pasado, la lógica social y la lógica política detrás de los aumentos se basarán en la narrativa de “países en guerra” (pero esta vez contra un enemigo invisible)“.
Klaus Schwab
-“El control público de las empresas privadas aumentará“.
-“El activismo juvenil está aumentando en todo el mundo, siendo revolucionado por las redes sociales. Toma muchas formas diferentes, que van desde la participación política no institucionalizada hasta las manifestaciones y protestas, y aborda temas tan diversos como el cambio climático, las reformas económicas, la igualdad de género y los derechos LGBTQ. La generación más joven está firmemente a la vanguardia del cambio social. No hay duda de que ella será el catalizador del cambio y una fuente de impulso crítico para el Gran Reinicio. “
-“Con el confinamiento, nuestro apego a nuestros seres queridos se ha fortalecido, con un sentido renovado de aprecio por todos los que amamos: familiares y amigos. Pero el lado oscuro de esto es el desencadenamiento de un aumento en los sentimientos patrióticos y nacionalistas, con preocupantes consideraciones religiosas y étnicas. En última instancia, esta mezcla tóxica sacó a relucir lo peor de nosotros como grupo social”.
-“Visto en estos términos, el coronavirus reforzó, no restableció los problemas de salud mental. […] En la era posterior a la pandemia, ahora se puede dar a estos problemas la prioridad que merecen. Este será un reinicio vital“.
-“La combinación de inteligencia artificial (IA), Internet de las cosas (IoT) y sensores de tecnología portátil producirá nuevas perspectivas sobre el bienestar personal. Monitorearán quiénes somos y cómo nos sentimos, y gradualmente difuminarán las líneas entre los sistemas de salud pública y los sistemas de salud personalizados, una distinción que eventualmente se derrumbará“.
-“El imperativo actual de impulsar, pase lo que pase, la ‘economía sin contacto’ y el subsecuente deseo de los reguladores de acelerarla significa que ya no hay un punto muerto. “
-“A medida que persista el distanciamiento social y físico, depender más de las plataformas digitales para comunicarse, trabajar, buscar consejo u ordenar algo irá ganando terreno”,
-“Contener la pandemia de coronavirus requerirá una red de vigilancia global“.
-“El rastreo de contactos tiene una capacidad incomparable y un lugar casi esencial en el arsenal de COVID-19, mientras que al mismo tiempo está posicionado para convertirse en un catalizador para la vigilancia masiva“.
“En los meses y años venideros, la compensación entre los beneficios para la salud pública y la pérdida de la privacidad se sopesará cuidadosamente, convirtiéndose en el tema de muchas conversaciones y debates acalorados. La mayoría de las personas, temiendo el peligro de COVID-19, se preguntarán: ¿No es una tontería no aprovechar el poder de la tecnología para ayudarnos cuando estamos en una epidemia y estamos enfrentados a algún tipo de situación de vida o muerte? Entonces estarán dispuestos a ceder gran parte de su privacidad y estarán de acuerdo en que, en tales circunstancias, el poder público puede anular legítimamente los derechos individuales. “
-“Cuanto mayor sea el crecimiento de la población, cuanto más perturbemos el medio ambiente, mayor será el riesgo de nuevas pandemias“.
-“La fragilidad del Estado sigue siendo uno de los desafíos globales más críticos, particularmente prevalente en África. […] La interrupción del comercio y las cadenas de suministro causada por la pandemia causará una devastación inmediata“.
-“Uno de los efectos más obvios para las partes más ricas del mundo, de la miseria económica, el descontento y el hambre en los Estados más frágiles y pobres será una nueva ola de migración masiva en su dirección, como las que tuvieron lugar en Europa en 2016”.
Lo que queda claro en este libro, a parte de la descripción de una terrorífica hoja de ruta, es que las masas ya no decidirán nada y estarán dispuestas a aceptar lo que sea para sobrevivir. ¡Bienvenidos a un nuevo reseteo mundial!