II concurso de relatos: Mi Ángel

II concurso de relatos: Mi Ángel

Publicamos el vigésimo segundo trabajo perteneciente al II concurso de relatos “Una carta a un hijo” organizado por la escritora y farmacéutica, Esperanza Ruiz Adsuar, en colaboración con Posmodernia y las Bodegas Matsu perteneciente a la Denominación de Origen Toro. Dicho concurso durará hasta el próximo 31 de octubre de 2020. Bases para la participación en el concurso

Título: Mi Ángel

Pseudónimo: José


Querido Álvaro durante muchos años he tenido guardado celosamente dentro de mi ser lo que hoy me gustaría compartir contigo, mi sentir de este tiempo pasado a tu lado, tu mi gran amor.

Desde el primer momento que supe que tu pequeño corazón latía dentro de mí, te quise, te desee tanto… te había soñado tantas veces, que era algo inexplicable y maravilloso, un milagro. Y llego el gran día que tu carita preciosa, increíble, habías salido de mi ser, tan perfecto, tan maravillo, tan amado… hace 17 años ya, el tiempo vuela mi niño, llegaste para revolucionar mi vida, para cambiar mi mundo, como un soplo de aire fresco, nunca podré olvidar esos despertares tan preciosos, ese bebe con esa sonrisa interminable, ese niño tan feliz que vino para llenar mi vida de amor y felicidad.

Eras mi luz brillabas tanto que era difícil no amarte, eras un regalo de Dios.

Y pasado un tiempo, un día comenzaste a sentirte mal, la vida nos tenía preparado algo con lo que ni tú ni yo contábamos, con solo 10 años te diagnosticaron una grave enfermedad, pero no imposible de vencer.

Te cambio toda tu vida de un día a otro, jamás te vi mas enfadado con el mundo doy fe de ello, aunque tengo que decirte que yo también lo estaba, solo mis noches eran testigo de ello, cuando las luces de tu habitación se apagaban y solo se escuchaba el pitido de aquella maldita maquina que mantenía despierta mi esperanza y mis ganas seguir luchando, porque durante el día mi sonrisa brillaba para ti mi amor.

Cuantas veces hubiese deseado cambiarme por ti, cuantas pruebas, cuánto dolor en ese pequeño cuerpo, cuantas agujas clavadas en mi alma, me dabas lecciones de vida a diario, en mi rabia e impotencia encontré el camino de unirme a ti en tu lucha, me  tragaba las lágrimas, fui fuerte por ti y para ti, te hiciste mayor sin otra opción, ya ves mi niño tu infancia voló en una habitación de hospital llena de sueños rotos, con amigos y amigas que arrastraban su lucha por la tercera planta de oncología, a veces no sabía qué historia crear para ti para explicarte donde viajaban aquellos y aquellas que ya no volvías a ver, que duro fue mi pequeño guerrero, a veces pienso que todo está escrito y que toda persona tiene una misión en esta vida, por eso tuviste que vivir toda esta batalla. Tú seguías luchando como un guerrero invencible, aunque a veces te permitías decir “no puedo más” entonces yo te agarraba tus preciosas manitas y te miraba a los ojos sin pestañear un instante y te decía: 

-Hijo mío no hay mal que cien años dure ni cuerpo que lo resista, tu vencerás esta batalla. 

 Yo siempre fui tu espejo donde cada día te mirabas para recuperar tu aliento.

Un mañana de septiembre te hirieron de lleno y te dormiste, se que dormiste porque estabas muy cansado de tanto luchar y necesitabas ese merecido descanso, – ¡ay mi niño! Que sufrimiento en mi pecho más grande sentí, nunca me había sentido tan vacía y tan desdichada, pero cariño esta historia aun no tocaba su fin, rezaba porque volvieses a mi lado.

Un día baje a la capilla y me arrodillé ante nuestra madre del cielo y pedí, le rogué con todas mis fuerzas: 

– Madre mía tú eres madre como yo, no te lleves a mi hijo no me hagas pasar por esto, aquí en la tierra también hacen falta ángeles.

Duerme mi niño, duerme tesoro, te decía… pero no olvides el camino de vuelta porque tu madre y tu familia te esperan, pasaron segundos, minutos, horas, días… así hasta dos meses cuando ocurrió el milagro, cuando ya no había esperanza, cuando los médicos solo me daban malas noticias, tú te llenaste de luz, de fuerza y de vida y Dios que tenía otro plan para ti te hizo volver a mí… Siempre creí que el día más feliz de mi vida fue tu nacimiento, error, el día más feliz de mi vida fue el día que volviste a mi lado el 4 de noviembre de 2014, jamás lo olvidaré se grabo a fuego en mi corazón para siempre.

Cuando regresaste de ese viaje a no sé dónde y llegamos por fin a casa, no puedo negarte que para mí fue difícil no poder entender a esa persona nueva y maravillosa que volvió a mi lado, los primero meses y años fueron duros, rehabilitaciones, psicólogos, psicopedagogos entre muchísimos otros… fue como volver a empezar de cero todo era nuevo para los dos, yo recordaba a mi hijo antes de quedar en coma y juntos fuimos creando una nueva historia, volvimos a conocernos, perdona mi torpeza hijo mío, pero no supe ver más allá de los recuerdos…

También fue difícil para ti lo sé… en el cole, en casa… me imagino que fue como enfrentarte cada día a un mundo nuevo.

Fuiste y eres una persona admirable que siempre hacia lo que se proponía, mi guerrero jamás he conocido a nadie con tanta fuerza.

Y yo sin sentido pero creo que también entendible comencé a preocuparme por tu futuro y no por tu presente, por lo que serías capaz de llegar a ser y aprender, de nuevo me equivocaba, Alvaro tu futuro será igual al de otros niños…

¿Eres diferente? Pues si amor, no hay niños iguales…

¿Qué te cuesta aprender? Pues si mi cielo… pero ya demostraste que no hay nada imposible.

Bueno y qué, pero lo más importante lo traes aprendido, AMAR, AMAR SIN CONDICIONES, AMAR CADA ATISMO DE VIDA, creo que cuando se hace un viaje de vuelta como el tuyo tan grande el valor por lo pequeño se hace gigante… y cada día de mi vida agradezco a DIOS por dejarme a mi bendito hijo, entendí que él ha puesto un ángel en mi vida y que realidad eres tu quien cuida de mi…

Te amo mi Ángel

Top