La advertencia de los veteranos y los negocios del complejo militar-industrial

La advertencia de los veteranos y los negocios del complejo militar-industrial. Daniel López Rodríguez

El 1 de mayo de 2022 los Profesionales Veteranos de Inteligencia por la Cordura (VIPS en sus siglas en inglés), un grupo de antiguos senadores, agentes de la CIA, de la NSA y del Pentágono, le escribían a Biden una carta con 12 puntos en donde en uno de ellos le advertían al presidente: «Moscú ve la participación militar estadounidense en Ucrania precisamente como el mismo tipo de amenaza estratégica que el presidente Kennedy vio en el intento de Jruschov de poner misiles nucleares en Cuba en violación de la Doctrina Monroe. Putin se queja de que los sitios de misiles “ABM” estadounidenses en Rumania y Polonia pueden modificarse, simplemente insertando un disco compacto alternativo, para lanzar misiles contra la fuerza ICBM de Rusia… Rusia ya no puede dudar de que EE. UU. y la OTAN tienen como objetivo debilitar a Rusia (y eliminarla, si es posible), y que Occidente también cree que puede lograrlo vertiendo armas en Ucrania e instando a los ucranianos a seguir luchando. Creemos que estos objetivos son delirantes. Si el secretario Austin cree que Ucrania puede “ganar” contra las fuerzas rusas, se equivoca. Recordará que muchos de los predecesores de Austin (McNamara, Rumsfeld, Gates, por ejemplo) siguieron asegurando a los presidentes anteriores que los regímenes corruptos podían “ganar” contra enemigos mucho menos formidables que Rusia. La noción de que Rusia está internacionalmente “aislada” también parece delirante. Se puede contar con que China hará todo lo posible para evitar que Putin “pierda” en Ucrania, ante todo porque Beijing ha sido designada como “la próxima en la fila”, por así decirlo. Seguramente, el presidente Xi Jin-Ping ha sido informado sobre la “Estrategia de Defensa Nacional 2022” del Pentágono que identifica a China como la “amenaza” número 1. La entente Rusia-China marca un cambio tectónico en la correlación de fuerzas mundial. No es posible exagerar su significado… Notamos que enviamos nuestro primer Memorando de este género al presidente George W. Bush el 5 de febrero de 2003, criticando el discurso no confirmado de Colin Powell en la ONU ese mismo día. Enviamos dos memorandos de seguimiento en marzo de 2003 advirtiendo al presidente que la inteligencia estaba siendo “cocinada” para justificar la guerra, pero fueron ignorados. Terminamos este Memorando con el mismo llamamiento que hicimos, en vano, a George W. Bush: “Haría bien en ampliar la discusión más allá del círculo de aquellos asesores claramente empeñados en una guerra para la que no vemos ninguna razón de peso y por lo que creemos que es probable que las consecuencias no deseadas sean catastrófica”» (https://www.antiwar.com/blog/2022/05/01/intel-vets-nuclear-weapons-cannot-be-un-invented/). 

Ya el 20 de diciembre de 2020, cuando Biden era presidente electo, los VIPS le escribieron: «Hay una gran cantidad de personas (en inteligencia, los medios y la industria armamentista) que están decididas a que usted comience con el pie izquierdo con el presidente Putin, por razones que le resultarán obvias» (https://consortiumnews.com/2020/12/20/vips-memo-to-biden-dont-be-suckered-on-russia/).

Como ha dicho el director de cine Oliver Stone, «a Estados Unidos lo único que le preocupa es seguir vendiendo armas tremendamente caras a regímenes con los que cooperamos porque de esta manera su economía crece sin parar» (https://www.elmundo.es/cultura/cine/2022/04/26/626868b7fc6c83243a8b457d.html). 

Luego prolongar el conflicto de Ucrania no es sólo una estrategia para desgastar a Rusia (y también a los países europeos) sino también un negocio para los señores del complejo militar-industrial, que en estaban hambrientos tras los cuatro años de Donald Trump sentado en el Despacho Oval. ¿Es esta la guerra de Putin o más bien la guerra de los señores del complejo militar-industrial? 

Esto no es conspiranoia, más bien es conspiración (ya lo confesó el presidente Ike Eisenhower en su último discurso, que sabía bien de lo que hablaba porque con su Administración el presupuesto de dicho complejo se multiplicó por 22). Y hace falta ser excesivamente ingenuo o caer en el colmo de la estulticia y vivir en la inopia para afirmar que las conspiraciones no existen y que todo es trasparente y diáfano y que por ende el oficialismo siempre es verdadero, cuando éste suele ser capcioso y mentiroso pero convincente si contamos con la candidez de las masas que se dejan engañar hasta con la mayor de las patrañas (sobre la distinción entre «conspiración» y «conspiranoia» he profundizado en mi libro Historia del globalismo, Sekotia-Almuzara, 2022).

Y para que vean que no es conspiranoia sacada de foros de locos contra los Illuminatis, fíjense lo que dejó dicho en su entrevista otro veterano de guerra, el coronel Richard Black: «Ahora, estamos enviando cantidades fantásticas de armas, y eso ha provocado que las acciones de Raytheon, que produce misiles, y de Northrop Grumman, que construye aviones y misiles, todas estas industrias de defensa se hayan hinchado tremendamente con el dinero de los impuesto» ((https://larouchepub.com/spanish/other_articles/2022/4918-entrevista_a_cor_richard_black.html?fbclid=IwAR1d_YljFAbhvBCj2btg4IbAIpQ-vxOxBIPgo844gMWIKulxhbY_vI3pbGE).

Y más adelante añade: «Ha habido un tremendo deterioro en la calidad de los oficiales de alta graduación, que se remonta a, bueno, ciertamente la década de 1990. Tuvimos oficiales de alto grado  muy, muy buenos, durante el tiempo que estuve en servicio activo -me retiré en el 94-, simplemente gente de calidad superior. Pero lo que sucedió posteriormente, es que asumió el Presidente Clinton en el cargo; más tarde, tuvimos a Obama. Ahora tenemos a Biden. Ellos hacen un chequeo político muy estricto a sus oficiales militares, de tal modo que ahora tenemos solo a los “¡sí señor!”. No se trata de personas cuya principal devoción es a Estados Unidos y a su pueblo. Su principal devoción es su carrera y su capacidad de relacionarse con otros oficiales militares al retirarse. Hay una red muy fuerte que puede colocar a los generales de las fuerzas armadas en grupos de expertos (think tanks), donde promueven la guerra, en organizaciones como Raytheon y Northrop Grumman, y todas estas operaciones de defensa, donde pueden entrar en las juntas y cosas por el estilo». 

El veteranísimo Henry Kissinger, ya con 99 años, advertía el 23 de mayo en la reunión del Foro de Davos (por vídeo conferencia) que la guerra de Ucrania puede reestructurar permanentemente el orden global: «Las partes deberían ser llevadas a conversaciones de paz dentro de los próximos dos meses. Ucrania debería haber sido un puente entre Europa y Rusia, pero ahora, a medida que las relaciones se reforman, podemos entrar en un espacio en el que se vuelve a trazar la línea divisoria y Rusia queda completamente aislada. Ahora nos enfrentamos a una situación en la que Rusia podría alejarse por completo de Europa y buscar una alianza permanente en otro lugar. Esto puede conducir a distancias diplomáticas similares a las de la Guerra Fría, lo que nos hará retroceder décadas. Debemos esforzarnos por lograr una paz a largo plazo» (https://www.weforum.org/agenda/2022/05/kissinger-these-are-the-main-geopolitical-challenges-facing-the-world-right-now/).

E insistía en su geoestragegia de formar un G-2 con Rusia frente a China, antes de que dicho G-2 lo formen Rusia y China (como ya están haciendo): «Visto desde un punto de vista a largo plazo, Rusia ha sido, durante 400 años, una parte esencial de Europa, y la política europea durante ese período de tiempo se ha visto afectada, fundamentalmente, por su evaluación europea del papel de Rusia. A veces de forma observadora, pero en varias ocasiones como garante, o instrumento, mediante el cual se podría restablecer el equilibrio europeo. La política actual debe tener en cuenta que es importante desarrollar la restauración de este papel, de modo que Rusia no se vea impulsada a una alianza permanente con China».

Por el contrario, otro veteranísimo también nonagenario (algo más joven), el magiar-useño George Soros, que dentro de la élite es enemigo de Kissinger, diría en Davos: «Putin parece haber reconocido que cometió un terrible error cuando invadió Ucrania y ahora está preparando el terreno para negociar un alto el fuego. Pero el alto el fuego es inalcanzable porque no se puede confiar en él. Putin tendría que iniciar negociaciones de paz que nunca hará porque equivaldría a renunciar. La situación es confusa. A un experto militar que se había opuesto a la invasión se le permitió aparecer en la televisión rusa para informar al público lo grave que es la situación. Más tarde juró lealtad a Putin. Curiosamente, Xi Jinping continúa apoyando a Putin, pero ya no sin límites» (https://www.georgesoros.com/2022/05/24/remarks-delivered-at-the-2022-world-economic-forum-in-davos/). 

Y así concluía su discurso: «La mejor y quizás la única forma de preservar nuestra civilización es derrotar a Putin lo antes posible. Esa es la conclusión».

Palabras de un maniqueo que en el mismo discurso sacó a relucir su dualismo más ramplón, como si contrapusiese la ciudad de Dios a la ciudad terrena (Babilonia): «La invasión de Ucrania no surgió de la nada. El mundo se ha visto cada vez más involucrado en una lucha entre dos sistemas de gobierno que son diametralmente opuestos entre sí: la sociedad abierta y la sociedad cerrada. Permítanme definir la diferencia tan simple como pueda. En una sociedad abierta, el papel del estado es proteger la libertad del individuo; en una sociedad cerrada, el papel del individuo es servir a los gobernantes del estado». 

Todo un ejemplo de miseria ideológica que contrasta con el realismo político de Kissinger, mucho más puesto en cuestiones diplomáticas que el magnate de la Open Sociaty, cuya papilla ideológica que suministra tiene cada cosa que son a cada cual más delirante.    

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