La inmigración que viene II: todas las rutas de la inmigración ilegal activas

las rutas de la inmigración ilegal activas. Rubén Pulido

Cuestiones mencionadas en mi análisis anterior, creo que ya sois plenamente conscientes de ese escenario idílico para el crimen organizado que se lucra introduciendo cada año a decenas de miles de inmigrantes ilegales en territorio español a través de unas rutas marítimas en plena expansión.

Corría una década anterior en la que la inmigración ilegal que llegaba a territorio español utilizaba vías muy marcadas. Existían unos inmigrantes que llegaban a España ilegalmente a través del área de El Estrecho, Ceuta o Melilla y por otro lado, los informes policiales databan también movimientos migratorios que optaban por las rutas atlánticas que conectaban ocasionalmente el SAHEL y costas saharianas con el archipiélago canario.

Rara avis era por aquel entonces el inmigrante que era desplazado o tocaba costas de provincias como Granada (algunos pocos rifeños huidos por cuestiones políticas), Almería y mucho menos zona de Levante y Baleares. Cuestión esta última que nos ha dejado a lo largo de los últimos años un aumento exponencial de la inmigración en territorio balear fruto de la inacción política ante una ruta de la inmigración ilegal proveniente de territorio argelino que dio sus primeros avisos de consolidación allá por el año 2019.

En la actualidad, todas las rutas de la inmigración ilegal con destino a España están activas. Y con ello quiero decir que no existe territorio del Magreb, Sáhara o SAHEL que no haya sido explorado con la finalidad de establecer puertos de salida hacia territorio español para el envío de inmigrantes ilegales o lo que vaya surgiendo. Me refiero con esto último a los casos en los que es cada vez mas frecuente el traslado de estupefacientes aprovechando las rutas de la inmigración ilegal.

De los poco más de 400 inmigrantes ilegales llegados a Canarias allá por el 2017 a los más de 15.000 que data el Alto Comisionado de las Naciones Unidas a fecha 18 de diciembre. Sin obviar los más de 50.000 que han llegado entre los años 2019 y 2021. Pero tranquilos, que esto de la inmigración ilegal “no son inquietudes reales”.

De las más de 550 embarcaciones llegadas solo a la provincia de Almería durante el año pasado superando en presión logística a todo el archipiélago canario, donde durante el 2021 habían llegado más de 20.000 inmigrantes ilegales. Un autentico coladero para corrientes yihadistas que lograron introducir en el año 2020 a uno de los soldados del DAESH más buscados a nivel europeo, el egipcio Abdel Bari.

De los también poco más de 400 inmigrantes ilegales que llegaban a Islas Baleares en el año 2019 ante la atónita mirada del balear que jamás había afrontado tal fenómeno en unas islas a los más de 2.500 que habrán llegado antes de concluir este 2022. Sin dejar atrás unos años 2020 y 2021 en los que la cifra de llegadas a costas del archipiélago se ha situado por encima de los 4.000.

Y qué decir de Ceuta y Melilla, amenazadas no solo por una presión migratoria constante de origen subsahariano, sino que ahora también viven con el temor de la activación de cualquier tipo de amenaza hibrida orquestada por el régimen alauí como arma de presión política a fin de tomar territorialidad o seguir disfrutando de un plan de pensiones para la supeditación del control de flujos migratorios con destino a costas españolas. Sublime chantaje.

Esta es la tesitura actual, un arma, la de la inmigración ilegal que fija su objetivo sobre España. Una España con un Gobierno servil a este conglomerado del que se nutren los estados emisores de inmigración ilegal y aquellos señores de la guerra que encuentran fortuna en el tráfico de personas. Una peligrosa combinación difícil de contener sin pasar por la determinación política y la contundencia de prácticas activas para el control de la inmigración ilegal, donde el papel protagonista de ese control de flujos migratorios decaiga sobre el estado destino y no sobre el estado emisor.

Estos años solo me han demostrado que solo unas condiciones meteorológicas adversas son capaces de frenar las pretensiones de las mafias de la inmigración ilegal. Lejos de contener el problema, el actual Gobierno es el principal motor del actual efecto atracción. Prácticas inadecuadas e indolencia política son el combustible actual para aquellos traficantes que operan en el Margeb y para regímenes que ya han elevado el control de flujos migratorios a arma preferencial de negociación diplomática con los estados europeos.

El próximo año nos traerá más inmigración ilegal, de la misma forma, masiva y descontrolada. La ruta balear posiblemente sea explorada por aquellas mafias tunecinas que pierden cuota en las vías con destino a territorio italiano. Canarias sufrirá una nueva activación de las rutas del SAHEL y una fuerte presión migratoria con origen en costas saharianas y marroquíes. Ceuta y Melilla vivirán nuevos asaltos violentos ante la inacción de las autoridades marroquíes. Y quizás terminemos el año con un volumen de inmigración en caída –que no menor–, pero no sin antes pasar por caja magrebí para tranquilidad del electorado.

Y no lo duden, habrá regularización masiva.

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