Tal vez sea consecuencia de la narrativa que la sinarquía globalista ha venido desarrollando durante las últimas décadas el hecho de que el prototipo occidental trate de renegar de sí mismo y cada vez ame más el fustigarse con el flagelo de una culpa que desde bien pronto le es autoimpuesta.
Sobre narrativas y discursos alternativos
No importa la verdad objetiva, importa la verdad que el público quiera creer, y el público solo querrá creer la verdad oficial, la alineada con el poder. Esto se debe a un hecho: salirse de la narrativa supone señalarse como diferente a la comunidad, lo cuál empuja al borde de la calificación de “loco” o “conspiranoico”. Y estos adjetivos pueden llegar por hacer un ejercicio de razón tan simple como el plantear interrogantes, especialmente cuando éstos puedan hacer titubear a la versión oficial, la narrativa dominante.
Reseña de “La Paradoja de la Globalización”
El libro de Dani Rodrik adquiere gran relevancia para los tiempos que corren. Esto es así, porque el profesor norteamericano, desde su criterio racionalista (y de estricto corte materialista), entiende que la endiosada globalización no es un fin, sino un medio para el desarrollo económico de las naciones. Y, como toda herramienta, dependiendo de la especificidad del momento resulta más o menos conveniente.
George Orwell: Covid19-84
El escritor inglés nació hace 117 años, el 25 de junio de 1903, en Motihari, ciudad perteneciente a Gran Bretaña cuando ésta dominaba colonialmente la India. Tras dar varios bandazos en el país asiático, decidió volver a Inglaterra para experimentar la indigencia antes de poder volver a una vida fuera de las calles.
El peligro de la “locura”
Hay que tener en cuenta que cada Nación es soberana para decidir la definición legal de lo que cada cosa es en su seno. Es la Nación la que decide qué se entiende por matrimonio, cuando se produce el fallecimiento, herencia y sus efectos legales y demás. Así pues, es ella la que dice cuando una persona está más o menos limitada legalmente.