Artículos de este autor: Jorge Álvarez Palomino

Pedro Sánchez y los cañones del Zar de Rusia. Jorge Álvarez Palomino

Pedro Sánchez y los cañones del Zar de Rusia

Pedro Sánchez y los cañones del Zar de Rusia

Después de salir de su retiro de introspección, Pedro Sánchez ha decidido quedarse. Y no lo hace por apego al poder, que eso en él es cosa inconcebible. Lo hace porque se lo ha pedido su mujer y porque le conmovió el clamor de la “movilización masiva”, de ese pueblo “socialista y atento”, a decir de El País, que acudió a llorar en Ferraz en autobuses fletados con dinero de los impuestos. Fuentes del PSOE afirman que lograron congregar hasta 40.000 personas, lo que si es fiable supone la mitad de lo que la Delegación de Gobierno atribuyó a la movilización contra la ley de amnistía el 12 de noviembre del año pasado.

Gloria y miseria de la turba. Jorge Álvarez Palomino

Gloria y miseria de la turba

Las democracias avanzadas son enormemente susceptibles a las turbas. Precisamente por su carácter popular —que no necesariamente mayoritario—, la turba puede ganarse con facilidad una apariencia de legitimidad ante la opinión pública de sociedades en las que hemos consagrado durante décadas la voluntad popular como norma suprema. El respeto a las libertades y el rechazo a las medidas autoritarias hace que las democracias de hoy estén, además, indefensas ante disturbios internos, temerosas de imponer el orden por el coste político que puede tener.

Censura democrática

Los esfuerzos de Pedro Sánchez por incrementar la censura no son más que una medida puntual para intentar tapar la negligencia que tan cara en vidas está costándonos. La situación de crisis, el nerviosismo y la general estolidez de su equipo han hecho que las medidas levanten mucho más polvo del que habría querido. Pero realmente no está haciendo nada nuevo que no venga haciendo la izquierda global desde hace décadas.

Preparando el camino a la Revolución. Los orígenes del terrorismo revolucionario en la Rusia zarista

En el eterno debate por acotar el concepto de revolución, está claro que la idea de novedad es elemento indispensable. El espíritu revolucionario se caracteriza por la ruptura súbita con el pasado y la ambición de sustituirlo por algo distinto y, teóricamente, mejor. Así lo defendió, por ejemplo, Hanna Arendt al considerar la revolución como “la idea de que el curso de la historia comienza súbitamente de nuevo, que una historia totalmente nueva, ignota y no contada hasta entonces, está a punto de desplegarse”

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