Artículos de este autor: Diego Chiaramoni

Sancho I y la patria pendiente. Diego Chiaramoni

Sancho I y la patria pendiente

Sancho I y la patria pendiente

Mi Patria es tierra de aves. Lo vio muy bien Guillermo Enrique Hudson, quien, con ese nombre de Lord inglés, nació aquí y gastó gran parte de sus días observando, clasificando y llenando libretas de apuntes sobre la vida, la belleza y el comportamiento de los pájaros pampeanos. Hudson murió en Worthing, un pueblo costero sobre el Canal de La Mancha, a menos de una hora de la capital inglesa.

El Dios de Ramón, nuestro Dios. Diego Chiaramoni

El Dios de Ramón, nuestro Dios

Ramón fue un hombre bueno. Los hombres buenos se caracterizan por su íntima aceptación de la vida, por el asombro ante lo pequeño, por la veneración de los duendes que moran en los rincones. Ramón, que decía que “la soda es agua con hipo” o que “un tornillo es un clavo peinado raya al medio”, aprendió en el primer desvelo de su mirada, que detrás de la desazón, siempre mora un cielo azul como última promesa.

La vocación cipaya. Diego Chiaramoni

La vocación cipaya

El Diccionario de la lengua española, define cipayo como “soldado indio de los siglos XVIII y XIX al servicio de Francia, Portugal y Gran Bretaña”. Etimológicamente, el término parece derivar del portugués sipay y éste, del persa sepāhi que significa “soldado”. Hasta aquí, la definición remite a un hecho histórico, pero a continuación, el mismo Diccionario agrega una segunda definición y aclara: despectivo “secuaz a sueldo”.

El escarmiento y las matemáticas. Diego Chiaramoni

El escarmiento y las matemáticas

Hemos titulado a nuestro último artículo: “Argentina: el parapente y el vuelo al ras”, y meditábamos allí sobre los resultados de las elecciones generales celebradas en Argentina el pasado 22 de octubre. Para tratar de dilucidar los resultados electorales de la primera vuelta, apelábamos a una imagen: “A la gente le seduce el parapente – decíamos – hasta que la llevas al filo del acantilado, inmediatamente prefiere el vuelo al ras”.

Manifiesto por las cosas mismas. Diego Chiaramoni

Manifiesto por las cosas mismas

El problema del conocimiento, que en sede filosófica llamamos “gnoseología”, es una discusión que, si bien atraviesa de alguna manera toda la historia de la filosofía, constituye el núcleo de la reflexión tardo medieval y sobro todo moderna. Las dos posturas que configuran a su vez, dos posiciones antitéticas en esta meditación sobre el conocimiento, son el realismo y el idealismo.

“La mentira bien escrita suele ser muy corajuda…” Diego Chiaramoni

“La mentira bien escrita suele ser muy corajuda…”

Dentro de la extensa fauna humana que habita nuestra bendita tierra, existe una especie sumamente peculiar que nos hace recordar aquella sutil e importante distinción de la Lógica entre contrarios y contradictorios. Las afirmaciones contrarias son proposiciones directamente opuestas, por ejemplo: “Todos los perros son mamíferos” – “Ningún perro es mamífero”. En cambio, las afirmaciones contradictorias, son aquellas que de forma contrastada se invalidan mutuamente.

Más alla de la hemiplejia. Diego Chiaramoni

Más alla de la hemiplejia

Las primeras luces del día ganaron ya el cielo de Buenos Aires y el canto monótono de las chicharras preludiando una jornada agobiante, me traen los ecos de una infancia feliz. Sentado frente al ordenador (¡cuánto admiro a aquellos columnistas que ensayaban sus “solos” de Olivetti!), escribo así, a mano alzada, sin más propósito que esbozar los trazos necesarios para aclarar la mirada sobre aquello que Ortega llamó “hemiplejía moral” refiriéndose a la bipolaridad ideológica en las concepciones políticas.

Acerca del drama de enseñar filosofía. Diego Chiaramoni

Acerca del drama de enseñar filosofía

Titulamos a nuestra breve meditación: “sobre el drama de enseñar filosofía” y enseguida nos vemos obligados a precisar los términos. Hablamos de drama, y no de tragedia porque el drama convoca al juego de la libertad con final siempre abierto. En el drama, las brumas de la tensión, el vértigo de la peripecia, la zozobra del tanteo existencial, signan el presente y condicionan el futuro, pero no lo determinan.

Meditación sobre el Justicialismo agonizante. Diego Chiaramoni

Meditación sobre el Justicialismo agonizante

Aflojo mis manos ante este papel en blanco para hacer verbo mi pensamiento sobre un tema polémico. Y digo “polémico” sin buscar otro adjetivo, pues mi breve meditación tocará uno de los nervios de la política: la relación obediencia-autoridad. El trasfondo de mi cavilación será la coyuntura político-existencial del pueblo argentino, aunque por temática y profundidad, justifica su extensión a otras naciones hermanas.

Intuiciones sobre la muerte y el olvido. Diego Chiaramoni

Intuiciones sobre la muerte y el olvido

Cuando el filósofo decide salir de camino con ojos honrados y exigencia auténtica, no puede menos que toparse en los recodos de su itinerario, con los diversos claroscuros de la existencia, con esas realidades que abren abismos en su interior y que impelen a investigar. In-vestigar significa hallar vestigios, y es que así marcha la naturaleza humana.

La “inservible” filosofía

El viejo Epícteto decía que el origen de la filosofía es el percatarse de la propia debilidad e impotencia. Quizás, por esta razón, tanto para la sofística soberbia como para la neopolítica hueca – se semejan bastante-, la filosofía, en su esencia y en sus frutos, resulta refractaria. Sobrevuela en estos días la noticia acerca de la anuencia del gobierno español para erradicar la filosofía de los ámbitos académicos.

La metamorfosis de la pobreza. Diego Chiaramoni

La metamorfosis de la pobreza

Aquel que experimenta la vocación filosófica, puede correr el riesgo de la soledad infecunda, del soliloquio resentido, de la incomprensión buscada. Para ello, es necesario, a quien se le revela la tarea de pensar, que salga de sí, que salte el perímetro de su propio ombligo. Este salir de sí, no implica disipación ni superficialidad, sino contemplación en el silencio para retornar a la propia morada.

Elogio del caracol. Diego Chiaramoni

Elogio del caracol

Hace algunos años, el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, meditaba sobre la vivencia de la temporalidad en el mundo contemporáneo en un ensayo breve titulado El aroma del tiempo (2009). Han, con estampa de aplomado actor oriental y dueño de un estilo punzante en sus frases casi telegráficas, se interroga por las causas profundas de la aceleración del tiempo…

Sobre el liberalismo speed y la izquierda edulcorada. Diego Chiaramoni

Sobre el liberalismo speed y la izquierda edulcorada

La actual escena política (y metapolítica, como gusta decir entre nosotros el gaucho Alberto Buela), parece debatirse entre dos posiciones: el liberalismo speed, cuyos nuevos rostros toman el nombre de “libertarios” y la izquierda edulcorada, refrito de algunas antiguas ideas y los nuevos cantos de sirena del progresismo moral. Analicemos brevemente ambas posturas:

Metafísica del abrazo prohibido. Diego Chiaramoni

Metafísica del abrazo prohibido

La instauración de la categoría de “asintomático”, entre otros términos de la neolengua científica, ha fundado la otredad como amenaza. El otro, ante todo, es un agente cuya sola presencia cercana constituye un atentado contra mi propia vida. Éste elemento no es extraño en un mundo que experimenta pavor ante la muerte y que por ello, intenta en vano maquillarla.

La lengua secuestrada. Diego Chiaramoni

La lengua secuestrada

Cuando observamos entre atónitos, incrédulos y molestos, su verba melosa plagada de ellos,ellas y elles, inmediatamente se nos viene a la mente una pregunta: ¿Se imaginan El Quijote, Hamlet, Los Karamazov o el Hombre Rebelde de Camus en lenguaje “inclusivo? ¿Se imaginan un cuento de Borges o una narración de Juan Rulfo escrita así? Imposible.

El eclipse de lo sagrado. Diego Chiaramoni

El eclipse de lo sagrado

Mucho se ha discutido acerca de la posición conceptual de Nietzsche en el panorama de las ideas contemporáneas. Se ha dicho de él que su vocación era la de un nihilista. Nosotros nos inclinamos a pensar que, bien abordado, el filósofo alemán se erige en verdad como el profeta del nihilismo, aquel que va a legar a los dos siglos venideros al menos, la ardua tarea de la superación del nihilismo.

Con la sangre, con el tuétano, con el vientre, con la vida. Diego Chiaramoni

Con la sangre, con el tuétano, con el vientre, con la vida

“Hay personas, en efecto, que parecen no pensar más que con el cerebro, o con cualquier otro órgano que sea el específico para pensar; mientras otros piensan con todo el cuerpo y toda el alma, con la sangre, con el tuétano de los huesos, con el corazón, con los pulmones, con el vientre, con la vida. Y las gentes que no piensan más que con el cerebro, dan en definidores; se hacen profesionales del pensamiento”

Cuando abunda el “mío-mío”. Diego Chiaramoni

Cuando abunda el “mío-mío”

Hacia los primeros días del otoño de 1829 y en el marco de la tensión entre unitarios y federales, el General Juan Galo Lavalle cruzaba el Arroyo del Medio y se internaba en la Provincia de Santa Fe. Lo acompañaban en su travesía más de medio millar de hombres avezados en la trenzada ríspida del combate. Cabalgaban tras la encumbrada figura de Estanislao López con aquella consigna unitaria que rezaba: “A los caudillos darles plomo y echarlos de barriga”.

Hechizos y olvidos de un ídolo moderno. Diego Chiaramoni

Notas sobre el progreso: hechizos y olvidos de un ídolo moderno

La quimera del progresismo es creer que el despliegue horizontal, el hechizo del cambio por el cambio mismo, la réplica inmanente y acumulativa es garantía de bienestar. Este movimiento, que recibe el nombre de parallaxis se opone a la eidopoiesis como actualización de virtualidades de la propia esencia. Mientras el progresismo incurre en aquello que Heidegger denominaba “afan de novedades” y que constituye uno de los elementos definitorios de la vida inauténtica, el pensamiento tradicional cuyo eco asume Dugin, propone un movimiento que resguarde y no olvide la propia identidad.

Sobre el arte de disentir. Diego Chiaramoni

Sobre el arte de disentir

El periodista dejó de ser el cronista de la realidad para devenir opinólogo al servicio del consenso. Pero ¿qué consenso? El de ellos, el de los naipes marcados antes de cortar. Otra especie, más reducida pero no menos nefasta es la de los “filósofos” mediáticos. Entre nosotros, los argentinos (supongo que en nuestra doliente Hispanoamérica o en aquella siempre querida España pasará otro tanto), los focos se concentran en una figura que creció al amparo del poder y que bajo la pose de antisistema, le milita todas las causas a los dueños del mundo: género, aborto, autarquía moral y emancipación nihilista.

De Nimio de Anquín a Alberto Buela

El reconocimiento personal es uno de los modos más profundos de afirmar al otro en la existencia. Quien reconoce al otro, del mismo modo que lo hace el amor, torna verbo el pensamiento que reza: “que bueno que existas”. El reconocimiento es motor motivacional, porque en el fondo y desde nuestra óptica personal, la filosofía tiene que ver con la tarea de partir el pan y no con la gula autocomplaciente. Alberto Buela ha sido muy generoso con nosotros, no solo porque nos ha reconocido en la tarea intelectual sino porque nos alienta a tomar la posta en esta hora de la historia nacional.

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