Artículos de este autor: José Vicente Pascual

El triunfo de los deplorables. José Vicente Pascual

El triunfo de los deplorables

El triunfo de los deplorables

El estupor y palmaria desolación en los ámbitos del progrerío y la izquierda revirada, su nerviosismo e incluso su histeria, nos hablan con sorprendente elocuencia de lo muy aislados de la realidad que viven, de cómo ese mundo ideofractal que han creado para habitarlo felizmente es una inopia que apenas tiene contacto con la vida cierta de las personas reales

¡Ja es recordarà Alzira!. José Vicente Pascual

¡Ja es recordarà Alzira!

¿Contar los muertos? Ya veremos. ¿Contar los desaparecidos? Ya veremos. El Estado y el gobierno no están para contar muertos ni desaparecidos sino para recaudar dinero, recogerlo a espuertas y cobrarse lo suyo por la gestión; y lo que quede —cada vez menos, el Estado está en edad de crecer y come todo el día— repartirlo a la plebe para que la plebe esté contenta y agradezca y vote lo que tiene que votar. Lo demás es fantasía, política ficción, idealismo trasnochado.

Las Nevenkas. José Vicente Pascual

Las Nevenkas     

Voy a contarles una historia edificante.

Corría el año 1982 —soy persona de avanzada edad, como saben mis lectores, y tengo batallitas de la década que me pidan—, y a lo que iba: corría el año 1982 y el PSOE de Andalucía me contrató temporalmente para trabajar en el área de organización de su cuarto congreso, evento cuyas sesiones se celebrarían en un renombrado hotel de Granada…

La filosofía pasada de rosca. José Vicente Pascual

La filosofía pasada de rosca

Está visto que la filosofía empieza a ser disciplina práctica en cuanto se propone mejorar el presente y transformar al individuo. Si, por el contrario, se empeña en desarmar y acaso derruir el presente y, de paso, mejorar a las personas pero contándolas de millón en millón —las masas, dijéramos—, de ingenio útil se transforma la filosofía en experimento de riesgo, a vida o muerte dijéramos; con la fatalidad de que en ese juego “a vida o muerte” siempre acaba ganando la de negro.

La máquina de mentir. José Vicente Pascual

La máquina de mentir

El pasado 12 de octubre, en Barcelona, se congregaron a las once y media de la mañana, en el paseo de Gracias, unos cuantos miles de personas para conmemorar el descubrimiento de América, la hispanidad, nuestro idioma y civilización comunes, la diversidad cultural, la vitalidad de los pueblos indígenas en la preservación de su identidad aborigen, la solidaridad y hermanamiento entre todos, en fin, qué sé yo

En español. José Vicente Pascual

En español

La conquista y civilización española de América, como todos los procesos históricos fundacionales no estuvo exenta de crímenes, injusticias, expolios y otras fechorías perpetradas contra las poblaciones aborígenes, pero el famoso “genocidio” que las élites populistas contemporáneas invocan desde aquella orilla del océano no fue obra de España ni por lo remoto, sino de las burguesías criollas independizadas de la corona española y paroxísticas en el empeño de exterminar a los indígenas y apropiarse de tierras, recursos y provechos.

La prensa canallesca. José Vicente Pascual

La prensa canallesca

Lo malo no es que todas las dictaduras se parezcan, eso lo sabe todo el mundo y no mueve molino. Lo malo es que todos los dictadores se parecen y a nosotros, los españoles de la década 20/XXI, nos toca sufrir en el gobierno de la nación a imitadores del gorilismo suramericano; más o menos con corbata en vez de chándal, pero imitadores.

De guerras y víctimas. José Vicente Pascual

De guerras y víctimas

Los seres humanos suelen ponerse de acuerdo sobre aquello que les daña, pero discuten mucho acerca de lo que les beneficia y podría serles de utilidad en un futuro idealizado. Las utopías se matan por antagonismo pero los códigos penales son del mismo sastre en todas las naciones.

La revolución imposible. José Vicente Pascual

La revolución imposible

Hay un combate primitivo entre los niños y el mar, más antiguo que la revolución francesa y más pugnado que la lucha de clases, más dramático que la toma del palacio de invierno y más divertido que mayo del 68. Es una pelea sin descanso, mantenida en desigualdad de condiciones cada verano…

Movilizar el español. José Vicente Pascual

Movilizar el español

Si algo define los idearios populares contemporáneos es su inanidad y desenfoque, gente que debate y propone y vuelve a debatir sobre asuntos que no van a ninguna parte mientras la realidad nuclear de las contradicciones y conflictos que determinan los perfiles decisivos de la convivencia permanece en su universo paralelo, tan campante.

La viruela del moño. José Vicente Pascual

La viruela del moño

Antiguamente la prensa subsanaba la sequía estival de noticias con las llamadas serpientes de verano, sucesos aparatosos que ocurrían en lugares remotos, como un descarrilamiento de trenes en la India causante de siete u ocho mil muertos, o cotilleos picantes como el supuesto romance del príncipe de Beckelar con una infanta española. Las señoras, en la peluquería, alzaban la vista y comentaban: “No saben qué poner para llamar la atención”.

Divertíos como si fueseis locos. José Vicente Pascual

Divertíos como si fueseis locos

A principios de los años ochenta del siglo pasado, en la ínclita ciudad de Granada, un periodista local conocido por su afección al partido socialista —al partido, sus gerifaltes y cargos parlamentarios, no al socialismo propiamente, conviene señalarlo—, con motivo de las fiestas mayores del Corpus Christi se inventó una frase atribuida nada menos que a los Reyes Católicos, la cual estaría incluida en el decreto real de 1497 que instauraba aquellas celebraciones y que rezaba, literalmente: “Divertíos como si fueseis locos”.

Las máscaras del yo. José Vicente Pascual

Las máscaras del yo

Escaso de lustre en sus medios de vida, privado de opinión y prácticamente ayuno de filosofía, el individuo contemporáneo encuentra bizarro consuelo en una ganga del sistema por la parte ideológica: las posibilidades del yo para camuflarse en lo selvático social y reinterpretarse ante él mismo, acogiéndose como excepción en un mundo de iguales aunque todos rasados por el afán de originalidad.

Reconsideración del supermercado. José Vicente Pascual

Reconsideración del supermercado

En los años ochenta y noventa del siglo pasado el supermercado era un sitio casi perfecto para ligar, indicado sobre todo para divorciados y solterones torpes o poco duchos en la materia —o sea, torpes—. No olvido que el escenario número uno, top absoluto en lo que al propósito concierne, era el gimnasio; pero también recuerdo que en dicho espacio había una competencia brutal, se sudaba en exceso y encima la mayoría de los cuerpos allí rampantes parecía inaccesibles a cualquier mortal normalucho, con su tripita y sus hombros caídos y sus bíceps esmirriados.

Somatemps, cuando luchar por lo evidente es necesario. José Vicente Pascual

Somatemps, cuando luchar por lo evidente es necesario

Los días 5 y 6 de este mes de julio se ha celebrado en Barcelona el X Congreso de Catalanidad Hispánica, con apreciable asistencia de invitados y la participación de destacados ponentes sobre los diversos asuntos que en la ocasión se abordaron. Como han sido ya varios los artículos aparecidos en Posmodernia a propósito de este congreso y, todo hay que decirlo, tengo la manía de escribir siempre en búsqueda de distintos puntos de vista, a ser posible aún no recorridos en esta publicación ni en ninguna otra, voy a hablarles de don Josep Pla durante un rato.

Alquilar lo imposible. José Vicente Pascual

Alquilar lo imposible

En España hay cientos de miles de viviendas vacías pero no “salen” en oferta. ¿Por qué? Porque la propiedad de esas viviendas no se fía del mismísimo mercado: cargas impositivas, protección legal al impago y la ocupación, incertidumbre sobre la normativa administrativa que incluso afecta a la seguridad de la posesión…

Animales. José Vicente Pascual

Animales

En España, vanguardia internacional en leyes progres, tenemos una de Bienestar Animal (29/03/23) parecida a los cojones del caballo de Espartero: muy de llamar la atención y muy citada pero muy poco útil. Es una ley que no sirve para nada porque el mayor maltrato y la mayor tortura animal concebibles se producen a diario, con absoluta impunidad y en diversos puntos de la nación simultáneamente, con paroxístico incremento en estas fechas de principios de verano.

¡Teníamos razón!. José Vicente Pascual

¡Teníamos razón!

“Suma, no restes”. Con esta sentencia concluyó mi amigo Alfonso Caride, activista por la regularización de la inmigración en Canarias entre otras causas, todas de mérito, el debate surgido en torno a las opiniones de una señora sobre el delicado asunto de las pateras y los cayucos….

Un apocalipsis como tantos ha habido. José Vicente Pascual

Un apocalipsis como tantos ha habido

La erupción arrasadora del volcán de Thera (Santorini, 1500 adC aprox.) cambió la historia de la humanidad. La mitad de la isla despareció, engullida por el mar, aunque ese fue el menos llamativo de los efectos de aquel apocalipsis. Los sucesivos tsunamis causados por las explosiones volcánicas irrumpieron en Creta y acabaron a la larga con la cultura minoica. El desastre ambiental fue de tal magnitud que causó las diez plagas de Egipto, incluidas la lluvia de ranas y la muerte de los primogénitos.

El gran cambalache. José Vicente Pascual

El gran cambalache

Escribo este artículo el 9 de junio, sin conocer los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo. Y lo escribo casi a propósito de esas elecciones y de la cansina campaña que han ejecutado los medios y partidos del progrerato sobre “el peligro de la extrema derecha”, una alerta que crece en la Unión como aquel famoso fantasma que Marx y Engels echaron a andar en 1848, animando a unirse a un montón de gente que ya no existe: los proletarios de todo el mundo.

Alemania, Alemania. José Vicente Pascual

Alemania, Alemania

¿quién me iba a decir a mí, hace unos días, que vería la final de la Champions en una localidad costera de Alicante, un pub alemán, rodeado de aficionados del Borussia Dortmund? Cierto que el ejemplo no parece de calado, que incluso puede sugerir irrelevancia, pero les garantizo que a partir de anécdota tan sencilla pueden derivarse reflexiones de cierta enjundia

La función del orgasmo. José Vicente Pascual

La función del orgasmo

Wilhelm Reich, (1897-1957), austrohúngaro de nacimiento, médico, psiquiatra y psicoanalista, muy de moda en los años 60 y 70 del siglo pasado por sus escritos sobre “la revolución sexual”, los cuales se alzaron como textos de cabecera entre el estudiantado hippie-progre de la época, mantiene en su obra “La función del orgasmo” (1927), que, nada menos, “la salud psíquica depende de la potencia orgástica”

De qué hablamos cuando hablamos de terrorismo. José Vicente Pascual

De qué hablamos cuando hablamos de terrorismo

¿De qué hablamos cuando hablamos de terrorismo? ETA, Bildu, Hamas, Palestina, Gaza, Dresde, Hiroshima, Israel… Cuando hablamos de terrorismo no hablamos de nada en concreto aunque aventuramos una impugnación a la totalidad a partir del derecho de “los nuestros” y contra el derecho de “los otros”. Como dijo la pensadora y ensayista Ada Colau tras los atentados de las Ramblas de Barcelona, en 2017: “Vuestras guerras, nuestros muertos”.

Ansiedad. José Vicente Pascual

Ansiedad

El aceite de oliva está por las nubes, los frutos secos se pagan en el supermercado como si fuesen caviar y el arroz bomba ha alcanzado precios de salmón noruego, pero las bebidas alcohólicas mantienen un valor estable y más bien a la baja. Comprar un par de botellas de buen Rioja y un excelente ron venezolano no sube la cuenta más de veinte euros. Parece como que a los vigilantes de la salud familiar —económica y de la otra— no les preocupa tanto que nos alcoholicemos como que engordemos.

Las nieves y el tiempo. José Vicente Pascual

Las nieves y el tiempo

Casi siempre he vivido cerca de la nieve. Nací en Madrid y allí pasé la infancia hasta que a los seis años de edad —no se preocupen, no voy a contarles mi vida— destinaron a mi padre a una remota ciudad del sur de la que ni el nombre sabía y que al poco fue Granada. El día que nos marchamos nevaba en Madrid. Caía la nieve con diligencia citadina…

Contra el cachopismo. José Vicente Pascual

Contra el cachopismo

El cachopo es un filete San Jacobo a lo bestia, como una milanesa perfeccionada por el cuñado pantagruélico. Es una muestra del espejo de lo cotidiano puesto sobre el ciudadano festivo guormand de nuestro tiempo: un individuo caprichoso, apetitivo y dispuesto a gozarlo todo en el mismo bocado. El gusto por lo pequeño y lo sutil ya no existe —bueno, en realidad existe pero tiene poco espacio—, suplantado por la satisfacción glotona de las cantidades exageradas y los ingredientes intensos.

El viejo y la influencer. José Vicente Pascual

El viejo y la influencer

A mediados de los años ochenta del siglo pasado, durante el mandato presidencial de Ronald Reagan, sucedió en los USA que un caballero puritano invadió la propiedad de una pareja gay para grabarlos mientras practicaban sexo, llevó la cinta de vídeo a la policía, los homosexuales fueron detenidos en virtud de las leyes de Utah contra la sodomía y condenados a seis meses de prisión y una multa de no recuerdo cuantísimos dólares.

Referéndum. José Vicente Pascual

Referéndum

El referéndum es inevitable y cuanto antes asuman esa realidad las fuerzas políticas involucradas en el debate, mejor para ellas. No es cuestión de hilvanar pormenores sobre la trayectoria pactista y entreguista de Pedro, ni sobre la habilidad del PSOE en volver churros lo que ayer eran boniatos —y creérselo, y que su militancia unánime lo crea—

Telegram: cuando el ayer nos alcance. José Vicente Pascual

Telegram: cuando el ayer nos alcance

Hoy es la pesadilla de ayer, no lo duden. La respuesta de la mayoría del rebaño ha sido clamorosa: “¿Os afecta o sois más de WhastApp?”. Ese es todo el problema que son capaces de discernir en el asunto. La única libertad de expresión que les importa es la de colgar sus fotos playeras en Facebook e Instagram y sus vídeos carnosos en TicToc sin que la plataforma se los censure.

España colonizada. José Vicente Pascual

España colonizada

La nación española es una construcción con dos anclajes decisivos: la inercia histórica y la actividad popular sedimentaria; dicho de otra manera: el ser y el modo de estar en la historia. El Estado español, por el contario, no prospera de forma natural en un hábitat de avance cronológico marcado por conflictos coyunturales; es una ideación de las élites, un armazonaje de leyes, instituciones, fueros y sistemas de gobierno desarrollados por las correspondientes oligarquías en cada lapso temporal relevante para asegurar su dominio sobre el territorio y sobre la población, regulando la manera en que su presencia pueda hacerse efectiva en cada momento de la historia.

El triunfo de Campoamor. José Vicente Pascual

El triunfo de Campoamor

No falla: la mala poesía escrita para quienes no les gusta la poesía, triunfa. Lo insulso, estrafalario y mal dicho, triunfa. Sucede con todas las artes y casi desde siempre, no crean. Hay una tendencia muy humana y muy natural que atribuye estos adefesios a lo insoportable de los tiempos, la grosería y cerrilidad que nos acompañan desde que nos acostamos hasta que nos levantamos, en todo momento y en todo lugar, pero no es así —no del todo—.

Aquellos olores que a veces regresan. José Vicente Pascual

Aquellos olores que a veces regresan

Una democracia que no huela a gel de baño, after shave y colonia fresca mañanera no es una democracia completa y dinámica sino algo triste, exánime y sin confianza en el futuro. Cuando era yo muy jovencito no vivía precisamente en una democracia sino en una dictadura desfallecida, a punto de agotarse para siempre, lo que se notaba mucho en el olor de los autobuses que cada mañana, bien temprano, me llevaban a la facultad de letras.

El horror. José Vicente Pascual

El horror

El horror es esa familia atrapada en el cuarto de baño mientras el edificio ardía como una promesa de purgatorio, como arden los ojos cuando arrasan lágrimas. Son esos dos niños —dos bebés—, con su padre y con su madre, refugiados entre el lavabo y la bañera, escondiéndose del fuego hasta la muerte, espero que asfixiados por el humo, no comidos por las llamas. Pensar en ello es el horror. Imaginarlo es el horror. Eso es el horror.

Inteligencia vegetal. José Vicente Pascual

Inteligencia vegetal

Decía José Saramago en su novela Alzado del suelo que lo más abundante en el mundo es el paisaje. Enorme verdad que encierra otra más grande todavía: el ser humano es tan minoritario entre las especies animales y vegetales que prácticamente se le puede considerar una excepción improbable en el decurso apabullante de la vida.

Los mismos con las mismas. José Vicente Pascual

Los mismos con las mismas

Eso decía un profesor de matemáticas que tuve durante años, en educación básica y en el primer año de bachillerato: “Los mismos con las mismas”. Se refería al modo en que cada cual atravesaba su áspera asignatura —áspera sobre todo por lo cerril que era él impartiéndola, a regletazos por lo general— : unos alumnos eran estudiosos y otros más bien vagos, unos voluntariosos y otros indiferentes o negados para las sutilezas de la aritmética y la geometría.

El hombre blandengue. José Vicente Pascual

El hombre blandengue

Qué razón tenía José Luis Cantero, popularmente conocido como El Fary, cuando decía que las mujeres detestan al hombre blandengue. Diagnóstico imperfecto, sin embargo, pues erraba al señalar las características del blandengue: “Ese hombre cargando con la bolsa de la compra, con el carrito del niño…”. Eso decía y se equivocaba. No conviene confundir al hombre-burro de carga —categoría a la que gustosamente pertenezco— con el buey-niñera, paradigma del gremio estabulado en los corrales de la nueva masculinidad.

La España desdentada. José Vicente Pascual

La España desdentada

Mucho se habla de la España vaciada, pero poco y muy poco de la España desdentada, la de nuestros abuelos rurales y urbanos, quienes, al igual que han ido dejando su piel y su esfuerzo por los solares de la patria, su trabajo y afanes, ilusiones y esperanzas, fracasos y alegrías, han dejado sus dientes sin que los mandamases sanitarios de la misma patria hayan hecho nada por remediarlo.

La isla y el tesoro. José Vicente Pascual

La isla y el tesoro

Antes yo vivía en una isla. Durante una década he guardado mis huesos y partes adheridas en un trozo de tierra muy pequeño, en medio de un océano muy grande, sabiendo que la idea de vivir en una isla y sentirse cercado por el agua y lejos de todas partes desasosiega a mucha gente. Reconozco que cuando mi mujer y yo nos trasladamos a aquel lugar no sabía si la experiencia iba a resultarme confortable o claustrofóbica…

Tocho. José Vicente Pascual

El tocho

Si mi amigo Giner Alonso lee este artículo seguramente dejará de ser mi amigo, pero en fin: vamos al riesgo. Mi amigo Giner Alonso me ha enviado su último libro, un ingenio de mil quinientas páginas encuadernadas en formato ladrillo. La cartero ha subido el paquete a casa y se ha quejado del peso. No le he dicho que se trataba de un libro porque la buena mujer, convencida en su esfuerzo profesional, se habría sentido decepcionada, como si alguien le hubiese gastado una broma fuera de época.

Pensamiento retroactivo. José Vicente Pascual

Pensamiento retroactivo

Hay dos maneras de acabar con el pensamiento de izquierdas. La primera: implantar un régimen socialista y mantenerse en el poder unos cuantos años, hasta que las piedras renieguen del invento. El segundo, más sofisticado: vaciarlo de contenido y transformarlo en cuento que se cuenta a crédulos de vocación para legitimar cualquier disparate que se le ocurra a la dirigencia, siempre con el fin último bien a las claras: gobernar ellos y que no gobiernen los otros.

Josep Pla y el mito cultural catalanista. José Vicente Pascual

Josep Pla y el mito cultural catalanista

Los mitos fundacionales son importantes tanto para las naciones como para las culturas, y esta frase es una obviedad, mal empezamos. Por decir obviedades: un niño nacido en un pesebre, hijo de una pareja de carrilanos sin techo, sirvió para levantar la religión decisiva en la historia de occidente; un príncipe que combatía a los sajones en la Gran Bretaña fue necesario para tramar la leyenda de Arturo pese a que los afanes del literaturizado monarca acabarían en frustración absoluta, no hay más que leer la lamentación de Chesterton sobre la conquista sajona de Inglaterra

Reseña de "Licencia absoluta". José Vicente Pascual

Reseña de «Licencia absoluta»

Todas las dictaduras son iguales. Su problema no es la falta de libertad, en la medida en que la libertad es un don del espíritu y la persona libre lo sigue siendo aun cargada de cadenas mientras que el esclavo vive preso de su miedo y su miseria aunque lo beneficien mil derechos y mil leyes que se los garanticen. El problema de las dictaduras no es la falta de nada sino su exceso de ellas mismas, su estructura profunda ideológica, jurídica, administrativa y represiva convertida en un aparato autónomo monstruoso y absurdo que a todos devora: amigos, enemigos e indiferentes.

La marmita de Balaguer. José Vicente Pascual

La marmita de Balaguer

Los conciudadanos que insisten en mantener las líneas ideológicas de la izquierda —todos ellos personas muy respetables, muchos que me resultan entrañables y algunos verdaderos amigos—, tienen la desgracia de que cayeron en la marmita de Balaguer cuando eran pequeños y el efecto se mantiene a perpetuidad en sus bellas mentes progresistas, igualitaristas y esperanzadas en la redención de la humanidad desde el sólido anclaje teórico del marxismo, un cuerpo doctrinal maleable, reciclable y adaptable a cualesquiera circunstancias históricas.

Outsiders. José Vicente Pascual

Outsiders

Los medios del sistema y los políticos agendarios llaman “outsiders” a los que se salen de la norma prevista, los refractarios al nuevo orden moral, los que no transigen con la ideología de género, con el colectivismo salvaje, la virtud de la pobreza programada desde las cúspides del globalismo y la intervención del Estado en todas y cada una de las facetas de la vida cotidiana

La delfina adúltera. José Vicente Pascual

La delfina adúltera

Pocas son las especies animales que tienden a la monogamia, como los delfines. Mientras dura la gravidez de la hembra y tras el alumbramiento y hasta que la cría alcanza edad madura y está en condiciones de valerse, se mantiene la sociedad marital. El macho vigila y la hembra cuida del retoño. Sucede a veces, sin embargo —porque en todas las familias hay sus más y sus menos—, que la delfina avista a algún delfinillo pinturero, grato a sus ojos, con el cual supone que tendría descendencia vigorosa; entonces azuza al hijo habido con su pareja de siempre para que se aleje en plan atolondrado…

De ficciones y mentiras. José Vicente Pascual

De ficciones y mentiras

Claudio pasa unas diecisiete o dieciocho horas diarias en estado letárgico, algo normal en los animales de su especie, y también sueña. Lo sabemos porque de vez en cuando rompe a ladrar mientras duerme, lanza unos ladrillos urgentes aunque apagados, medio ahogados y bastante agudos mientras mueve ligeramente las patas delanteras como si galopase o se defendiera de oníricos enemigos. Después se despierta y se le pasa el mal rato.

El mejor país del mundo. José Vicente Pascual

El mejor país del mundo

A partir de mañana, la filosofía de gasto e inversión pública será la que ya es: “Si en mi comunidad vive mucha gente y recaudamos mucho, mejor para nosotros; y si en la tuya viven cuatro gatos y se recauda poco, os jodéis”. Dicho así, a lo bruto y por las claras, esa es la base fundamental que nuestro gobierno ha pactado con las autonomías vasca y catalana en materia recaudatoria.

Encontrarás monstruos. José Vicente Pascual

Encontrarás monstruos

Desguazar España debe de ser más complicado que desmontar la torre Eiffel, un monumento a la modernidad exageradamente iluso que se levantó en 1889 con motivo de la exposición universal de París. Cuando acabaron los fastos propios del evento, la famosa torre tendría que haber sido desmantelada al igual que todas las instalaciones, pabellones, máquinas y artefactos montados con motivo de aquella celebración, pero los responsables de la maniobra se vieron superados por los trescientos metros de altura, las siete mil quinientas toneladas de hierro y los dos millones y medio de tornillos…

Canción de navegantes. José Vicente Pascual

Canción de navegantes

En situaciones delicadas como la presente uno espera de su gobierno y sus representantes parlamentarios la palabra sensata, prudente, medida y a ser posible cordial; uno espera un análisis desapasionado y realista del inmediato presente, sin alharacas, soflamas ni paternalismo. En fin, uno espera tantas cosas que también espera, al menos, ver cumplida alguna de las anteriores condiciones para mantener la presunción, siquiera remota, de que estamos gobernados por gente con cabeza y buen oído, es decir: más inclinados al silencio que al ruido. Pero no.

Cuestión de matemáticas. José Vicente Pascual

Cuestión de matemáticas

Quienes piensen que nuestra pertenencia a la Unión Europea nos va a librar de catástrofes mayores porque los caballeros y las damas de aquellas altas instituciones no consentirán atropellos a la democracia, una de dos, o no conocen la Unión Europea o desconocen el cuajo y la tolerancia que se gastan en aquellos pagos con la delincuencia política.

El sueño del realismo

Hablando de creación literaria, alguien tuvo alguna vez la idea de que el discurso ético es de superior índole y debe prevalecer sobre lo estético, que la bondad rousseauniana es más importante que la belleza clásica y que la belleza generalmente considerada; también dijo alguien de flaco seso que cualquier consideración sobre el deber de lo bello en los individuos contemporáneos es pérdida de tiempo…

Ideología. José Vicente Pascual

Ideología

El espectador poco avispado se sorprende de que estos monstruos de la economía mundial repliquen en los mensajes que lanzan al consumidor toda la farfolla igualitarista, feminista, globalista, interracial, gayfriendly y victimaria con que la izquierda puberal, a falta de mejores argumentos, ha refundado su discurso desde hace un par de décadas. Nada habría por lo que asombrarse

Diversidad. José Vicente Pascual

Diversidad

Una riqueza lingüística que necesita policía del idioma para multar a quienes no rotulan sus comercios en el idioma vernáculo y vigila a los niños en el patio de recreo para que no hablen la lengua común, no es riqueza: es pobre tiranía de las castas políticas disfrazadas de víctimas. Es ingeniería social de la peor calaña, la que se propone matar el alma de las personas, sus ideas y concepciones sobre el mundo, para imbuir en las mentes cadáveres una visión de la realidad tan infértil como ilusoria, la pura ficción sustituyendo a lo fáctico existente.

La hora del rey. José Vicente Pascual

La hora del rey

La única posibilidad de evitar ese panorama de ignominia es —tal vez era— que su majestad, que vive en palacio gracias a la concordia y el acatamiento a la ley de todos los españoles, haga valer el peso justamente de la ley y decida que “con los papeles” que le lleva Pedro Sánchez a consulta es imposible encargarle la investidura.

Reseña de «Cadillac Ranch»

Se mire como se mire todo es cuestión de enfoque. De perspectiva. Hay gente que lo sabe y construye su relación creativa con el mundo y su idealización sobre las ilusiones compartidas desde ese convencimiento; hay quienes lo ignoran y contemplan la realidad desde una estéril presunción de inambigüedad, a cámara fija, y allá ellos.

Qué limpio estaba todo. José Vicente Pascual

Qué limpio estaba todo

Que unos se lleven la presión fiscal, la inflación, la suciedad y la inseguridad en las calles y las multas por pasarse de tiempo en la zona azul y otros vivan opíparos gracias a la presión fiscal, la inflación, la suciedad y la inseguridad en las calles y las multas por pasarse de tiempo en la zona azul es cuestión secundaria.

Doggerland. José Vicente Pascual

Doggerland

Hasta 6500 adC las actuales Gran Bretaña, Irlanda y las islas del mar del norte estuvieron unidas al continente. Según arqueólogos y geólogos la extensión de aquella tierra abarcaba hasta los hoy llamados Países Bajos, la península de Jutlandia y el norte de Alemania. En aquella considerable extensión de terreno prosperaría una cultura poderosa, avanzada hasta la etapa mesolítica de la civilización europea.

Como abeja en un panal. José Vicente Pascual

Como abeja en un panal

Para esconder una abeja, su panal. Para ocultar un bosque hay que ponerlo sobre el mundo y llenarlo de árboles. La mejor solución para esconder un libro es guardarlo en una biblioteca y para ocultar una novela no hay artificio más oportuno que camuflarla dentro de otra, detrás de un título falsario, convertirla en aparente narración secundaria…

Milei. José Vicente Pascual

Milei

Después de un siglo de expolio del Estado y de los recursos públicos por una casta política sustancialmente corrupta (la más corrupta de América, ya tiene mérito: recuerden el famoso exabrupto de Jorge Batle, presidente de Uruguay, en 2002 – click), la situación en Argentina es tan lamentable que muchos piensan que no puede ir a peor, porque peor imposible.

Tetas. José Vicente Pascual

Tetas

No se enteran. No tienen bien caracterizado al “enemigo”, entre otras razones porque ni les interesa lo que piensan ni quieren saber lo que hacen salvo cuando la Sexta ordena llevarse las manos a la cabeza; y como no observan, hablan de oídas y meten la pata hasta el corvejón, hasta dar grima, que es la manera más dolorosa de hacer el ridículo.

Redes. José Vicente Pascual

Redes

“Gratis” es la palabra clave en internet: aprender gratis, informarse gratis, leer gratis, entretenimiento gratis, películas gratis. La cultura del “todo gratis” ha invadido nuestras vidas virtuales sin que nos demos cuenta de que si recibimos contenidos gratuitos es porque, por lo general, no tienen ningún valor.

Encrucijada. José Vicente Pascual

Encrucijada

Si la batalla no está ganada antes de acudir al campo, malas perspectivas quedan. Y bajo la actual ley electoral, el resultado de esa batalla era muy incierto. Resultado: el parlamento y el gobierno en manos de los indepes catalanes. Humillación.

Un señor mayor de Vox más solo que la una. José Vicente Pascual

Un señor mayor de Vox más solo que la una

Osvald Spengler, en El hombre y la técnica, a propósito de conceptos como “heroísmo” o “virtud”, señala que “Hemos nacido en este tiempo y debemos recorrer el camino hasta el final. No hay otro. Es nuestro deber permanecer sin esperanza de salvación en el puesto ya perdido. Permanecer como aquel soldado romano cuyo esqueleto se ha encontrado delante de una puerta en Pompeya y que murió porque al estallar la erupción del Vesubio nadie se acordó de licenciarlo. Eso es grandeza.

Utopías 2023. José Vicente Pascual

Utopías 2023

La derecha no tiene utopías, y si acaso las invoca siempre llegan instaladas no en el futuro sino en incierto pasado, un ayer en el que había respeto a la propiedad privada, la familia, el orden y la ley. Cuanto más derecha la derecha, más literario el pretérito: hiperbóreas ilusiones sobre culturas grandiosas y más antiguas que el martes, forjadoras del aliento esencial de nuestra civilización.

Libertad de expresión. José Vicente Pascual

Libertad de expresión

Físicamente hablando, la única hostia bien dada que he soportado en esta vida me la arrimó en 1978 un miembro del servicio de orden de CCOO, en la manifestación del 1º de Mayo. Yo iba en el cortejo de la Liga Comunista Revolucionaria y aparte de la bandera roja con el emblema de la Cuarta Internacional llevábamos un par de tricolores, en aquellos tiempos desterradas por el PCE, las Juventudes Socialistas y no digamos el PSOE porque el asunto de la República había quedado fuera de escena —es decir, en la pura obscenidad—, tras las elecciones del 77 y los consensos constitucionales que culminarían con el referéndum de diciembre de año siguiente.

¿Derechos lingüísticos vs libertad lingüística?. José Vicente Pascual

¿Derechos lingüísticos vs libertad lingüística?

mapas y las lenguas son bienes que pertenecen al intangible de las civilizaciones y deben ser sujeto de todo cuidado, de esmerada atención, de veneración incluso; deben ser atendidos, sostenidos, desarrollados y continuamente enriquecidos. Son un bien inconmensurable y nada se puede ni se debe objetar ante ellos… hasta que confrontan con los derechos de los individuos.

Banderas y banderías. José Vicente Pascual

Banderas y banderías

Dice nuestro presidente Sánchez que “Quitar una bandera LGTBI de una fachada de una institución pública es quitar derechos”. Bueno estaba… La frase, pimpolluda como casi todas las suyas, es muy de domingo, o mejor dicho: de rebuznarla una tarde de sábado para que sus súbditos la desayunen el domingo por la mañana, con el café con leche, los churros calentitos y El País. Fíjate.

Campaña de verano. José Vicente Pascual

Campaña de verano

Todo es demasiado espeso y demasiado intenso, insoportable cuando el termómetro pasa de los 35 grados. Hace demasiado calor para resistirse, imposible aguantar tanta comedia y tanta tragedia sin que las neuronas y el alma desfallezcan, renuncien y acaben amagando siesta. ¿A quién se le puede haber ocurrido convocar elecciones generales en verano?

Histerocracia, otra vez. José Vicente Pascual

Histerocracia, otra vez

Lo último de lo último: la prevalencia de la razón sobre las emociones y los sentimientos es rasgo distintivo de la masculinidad tóxica. Lo dice el ministerio de igualdad, no me invento nada. El nuevo hombre deconstruido, convenientemente purgado del machismo original, debe mostrarse tan empático como racional a la hora de abordar cualquier asunto, complicación o dilema.

La moto de Pedro. José Vicente Pascual

La moto de Pedro

Pedro Sánchez dice que la economía española va como una moto, aunque no aclara qué clase de moto, si una Yamaha 900 XSR o una Derbi Antorcha 1981. Si los muchos miles de millones de euros que hemos recibido de los fondos europeos se hubiesen empleado en aras del bien común y no en convertir al bien a las gentes del común — recuerden los 20.000.000 € presupuestados para el Iresterio de Igualdad—, seguramente las cosas del trabajar, comer y vivir de diario irían bastante mejor.

El partido de las tres letras. José Vicente Pascual

El partido de las tres letras

El pasado domingo, jornada de elecciones, no tuve otra que levantarme a las siete de la mañana porque actuaba como apoderado en una mesa comicial. El estrago fue inmenso. Me quejé de aquellas deshoras a los interventores del partido que contaba conmigo. Asómbrense, uno de ellos replicó sin anestesia: “Nosotros somos gente que madruga”.

No es progreso, es retroceso. José Vicente Pascual

No es progreso, es retroceso

Si ser pobres y vivir entre mugre, entregar la vida y la libertad al Estado, venerar a los líderes políticos que sostienen la comedia y a los multimillonarios globalistas que apuntalan y manejan el sistema… Si todo eso es progreso, entonces, como decía el otro, el canibalismo es una forma pintoresca de gastronomía. No es progreso, es degradación de todos y cada uno de los valores en que se ha fundamentado hasta hoy nuestra civilización..

No es laicismo, es fe humana. José Vicente Pascual

No es laicismo, es fe humana

El laicismo es la independencia —separación— del individuo, la sociedad y particularmente el Estado de cualquier convicción religiosa y de las obligaciones o derechos —privilegios— que emanasen de esa convicción. Está bien que la iglesia y el Estado estén separados porque las iglesias representan sólo a sus fieles y el Estado representa —debería al menos— al conjunto de la ciudadanía, sin excluirlos o discriminarlos por sus creencias.

No es lo público, es el Estado omnímodo. José Vicente Pascual

No es lo público, es el Estado omnímodo

La defensa de “lo público” es otra de las falacias de la izquierda refundada sobre el ideal de la precariedad como bien común, entre otros valores. En cualquier sociedad civilizada y sujeta a la ley, “lo privado” está condicionado por muchos más controles de eficiencia, calidad, servicio, precios, deontología y buenas prácticas que lo público. Cuando la izquierda actual reclama más y más hacia lo público, en realidad lo que quieren decir es más y más capacidad de control, más eficacia coercitiva y recaudatoria

Todo estaba en los libros. José Vicente Pascual

Todo estaba en los libros

Los programas sobre libros emitidos por TVE y conducidos por Fernando Sánchez Dragó en distintos períodos, entre 1979 y 2017 —Encuentros con los libros, Biblioteca Nacional, Negro sobre blanco, Libros con uasabi— en su tiempo hicieron y en la actualidad han hecho por la lectura y divulgación de la obra de escritores valiosos mucho más que todas las ocurrencias de los ticktockers, instagramers, youtubers y demás animosa fauna internáutica…

No es fiscalidad, es confiscación. José Vicente Pascual

No es fiscalidad, es confiscación

Lo peor de las nuevas oligarquías dirigentes no es que conformen una élite social plutocrática que en todo inmiscuye, todo lo controla y en todo decide; lo malo de verdad es que se instituyen en casta superior poseedora y guardiana de la moral y los grandes valores de la modernidad, y desde esa posición de supremacía dictan al vulgo —o sea, a todos nosotros— la única verdad colectiva admisible en las sociedades que dirigen.

No es nacionalismo, es latrocinio. José Vicente Pascual

No es nacionalismo, es latrocinio

Las identidades regionales europeas no sólo tienen poderoso sentido en la historia sino que conforman el espíritu de nuestra civilización. De ahí que algunos imaginativos partidarios de la ingeniería social hayan querido unificar el concepto de identidad cultural con el de identidad nacional. El lema “Un idioma, un territorio, una patria, unos valores únicos compartidos” se inventó hace mucho tiempo y al mismo no fueron ajenos, precisamente, los grandes dictadores del siglo XX en Europa y América. Incluido nuestro dictador.

No es igualdad, es precarización. José Vicente Pascual

No es igualdad, es precarización

El izquierdismo, desde épocas paleomarxistas, tiene una obsesión: la igualdad, y me refiero a la igualdad efectiva de los individuos en la esfera económica. Pero no todos pueden nadar en la abundancia al mismo tiempo —a la historia y a la misma realidad me remito—, por lo que han encontrado una solución radical: todos pobres, igualados por el rasero de la precariedad. Todos, menos los que gestionan el invento, naturalmente.

No es feminismo, es arrojar a la mujer a la guarida de lobos del capitalismo. José Vicente Pascual

No es feminismo, es arrojar a la mujer a la guarida de lobos del capitalismo

Decía Chesterton que el feminismo consiste en que la mujer salga de casa donde ayuda a su marido para ir a la fábrica para que la explote su patrón. Naturalmente, debería existir un término medio entre la mujer conformada en su hogar, en tareas maternales y domésticas, y el extremo que supone alterar ese panorama con inusitada vehemencia para que las mujeres puedan meter codo y merecer ser explotadas en el mercado de trabajo con preferencia sobre los hombres.

No es el beneficio del individuo, es la eclosión activa de la masa alienada. José Vicente Pascual

No es el beneficio del individuo, es la eclosión activa de la masa alienada

Hasta la crisis de 2008, la izquierda era sindical y festiva. A partir de esa fecha se volvió quejica, vocinglera y sobreactuada; es decir: indignada. Si algo tuvo de positivo aquella debacle con origen en la quiebra de Lheman Brothers y el hundimiento del modelo de desarrollo inmobiliario en Estado Unidos fue poner en evidencia que el famoso “estado del bienestar”…

No son gobiernos, son gestores de la Nueva Clase Dominante Mundial. José Vicente Pascual

No son gobiernos, son gestores de la Nueva Clase Dominante Mundial

Al tiempo: llegarán nuevas pandemias, nuevos cataclismos ecoambientales, nuevas guerras y migraciones sin fin, nuevos repuntes del terrorismo islámico y de cualquier otro origen, nuevas profecías sobre el agotamiento de los recursos energéticos, el calentamiento global, el fin del mundo… Y cuando vayamos a votar lo haremos con el temblor acucioso de quien busca con urgencia no a quien pueda despertarnos de la pesadilla sino a quien esté capacitado para negociar con los monstruos una rendición más o menos aceptable.

Once veces No al Nuevo Orden Moral. José Vicente Pascual

Once veces No al Nuevo Orden Moral

Los ricos y poderosos del mundo se pusieron de acuerdo, allá por 2008, en torno a la “refundación del capitalismo”. “Cambiarlo todo para que nada cambie” es su propósito. Lo van consiguiendo gracias, entre otros factores, al apoyo entusiasta de la izquierda huérfana de trazado teórico más allá de la ideología de género y la nueva religión climática.

Reseña de «La capa de plomo»

En este libro, Alain de Benoist nos advierte: el Gulag y los comisarios políticos no han desaparecido, siguen presentes y muy activos en nuestras sociedades para imponer el “pensamiento único” y censurar y aniquilar el pensamiento disidente. Benoist describe todo un sistema técnico-político-judicial-mediático dirigido al establecimiento del totalitarismo conocido como Nuevo Orden moral, impuesto por la Nueva Clase mundial

Racismo, brutalidad y otros resbalones. José Vicente Pascual

Racismo, brutalidad y otros resbalones

Las imágenes espeluznantes de cinco policías apaleando con saña al detenido Tyre Nichols en Menphis (EEUU), paliza que veinticuatro horas más tarde causaría la muerte de la infeliz víctima, nos han hablado con elocuencia de sobra acerca de dos fenómenos conexos: la brutalidad policial endémica en aquel país y la sectaria desfachatez de sus élites “progresistas” a la hora de caracterizar estos incidentes.

Víctimas y victimistas. José Vicente Pascual

Víctimas y victimistas

El pensamiento neo inquisitorial contemporáneo ha favorecido —más bien forzado— la victimización de amplios sectores de la sociedad identificados con los famosos “colectivos”, los cuales se generan a partir de hechos estadístico/administrativos al tiempo que se reivindican como sujetos naturales de multitud de derechos que deben ejercerse sin demora.

Una cuestión de principios. José Vicente Pascual

Una cuestión de principios

Yo creo que estas fechas post-navideñas son de lo más apropiadas para hablar de asuntos como el que sigue. Paraempezar —por principios—, es conveniente morir en casa, en la cama y sujeto de la mano por alguien que te guarde estima, aunque no tanta como para descomponerse en plañidos.

La monarquía y el poder judicial. José Vicente Pascual

La monarquía y el poder judicial

Este rey, el sexto de su nombre, no es un pitopadentro como su abuelo Alfonso, ni un metepatas fullero y simpático como su padre Juan Carlos. Este rey es de otra pasta, de otros tiempos y con otra visión de los asuntos que importan: un rey neutral-neutral que jugará a la neutralidad decorativa hasta el fin de su reinado, el cual no auguro tan largo como el de su tía-abuela Isabel de la Gran Bretaña.

¿Quién dijo drogas?. José Vicente Pascual

¿Quién dijo drogas?

Seguramente todos ustedes, sufridos lectores, recuerdan aquel espeluznante crimen perpetrado por un tipejo sin alma en abril de 2021, en Tenerife, quien mató o narcotizó a sus dos hijas de corta edad, metió los cuerpecillos en bolsas de viaje, embarcó con el macabro equipaje a cuestas en un pequeño navío de su propiedad y acabó tragado por el océano junto a sus hijas indefensas, vilmente asesinadas.

El mar en la mano. José Vicente Pascual

El mar en la mano

Cuentan que San Agustín, el de Hipona, pensando en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, encontró un día a un niño en la playa, el cual pretendía meter toda el agua a la vista en una concha marina no más grande que su mano. Pasmado quedó el padre eclesiástico antes de establecer una enseñanza clásica: más fácil sería cumplir el infantil deseo que comprender el misterio de la santísima trinidad. Puede que así fuera, no lo niego, pero estoy seguro de que en la imaginación del pequeño protagonista de la historia era perfectamente posible encerrar el mar entero y todos los mares del mundo en la concha marina; estaban allí, en su mano el mar y todos los mares, antes de recoger la primera gota de agua.

Las calles, nuevamente. José Vicente Pascual

Las calles, nuevamente

Tras el golpe de estado de Pinochet y la muerte de Salvador Allende (1973) la interpretación de los hechos y la literatura panfletaria del izquierdismo en Europa fue unánime: la pretensión reformista como vía “democrática” para la revolución y avance hacia el socialismo, respetando la legalidad burguesa —burguesa de burguesía, la clase dominante, ya saben—, había fracasado estrepitosamente, llevando de cabeza al pueblo chileno hasta el abismo de la dictadura militar.

Lo que queda del día. José Vicente Pascual

Lo que queda del día

Si Anthony Hopkins interpreta a un librero de Charing Cross lustrándose los zapatos para ir a trabajar, se convierte en un librero de Charing Cross y lustra sus zapatos como los lustraría un librero de Chariong Cross, dedicando a la tarea esmerada atención y dejándolos impolutos, como corresponde a un honorable empleado del gremio comercial londinense.

El arte o la vida. José Vicente Pascual

El arte o la vida

Los energúmenos y energúmenas que arrojan sopa de sobre, pintura y otros potingues contra obras de arte en los museos, claman muy subidos de principios: “¿¡Os importan más unos cuadros que el planeta y la vida humana!?”. La respuesta es muy sencilla, al menos para mí: sí, sin duda el arte es muchísimo más importante que la vida, porque una vida sin inteligencia ni talento, sin genio ni sensibilidad, sin alma creadora y pasión por la belleza no merece la pena…

La canción de Belisario. José Vicente Pascual

La canción de Belisario

Nunca falta una belisaria que proponga impedir el canto y la palabra a quienes no admitan la evidencia del cataclismo universal, la emergencia climática y el furor del abismo, tal como hiciera en días pasados la pizpireta y guerrera Ángeles Barceló desde el trono imperial de la SER. A callar todo el mundo y a morir por el progreso.

Progreso. José Vicente Pascual

Progreso

Si la humanidad hubiese sido siempre vegetariana continuaríamos encendiendo el fuego haciendo chispas con dos piedras, aunque seguramente ni a ese nivel tecnológico habríamos llegado. Más seguramente todavía: nos habríamos extinguido.

Taxi driver

Los taxistas tienen mala fama. Salvo el taxista marroquí que tras el atentado yihadista en las Ramblas de Barcelona (17/08/17) trasladó a diez o doce mil ancianas a su domicilio sin cobrarles, tienen pésimo cartel. Sobre el gremio ha caído una reputación deplorable, como si todos quienes lo integran fuesen fachas revenidos, faris de nacimiento y vocación, cuñados sin redimir, machistas de sobaquina y horteras por necesidad.

Defender a la infancia. José Vicente Pascual

Defender a la infancia

No, no son pederastas ni defensores de la pederastia. Son algo peor. Son los sinuosos celestinos —y celestinas— de los amos del mundo empeñados en convertirnos en seres sin hoy ni ayer, sin amanecer ni horizonte, fornicantes, laborantes, resignados, pobres como cubanos de Cuba y encima agradecidos.

Creer. José Vicente Pascual

Creer

Se ha abusado de la célebre frase de Heidegger, “sólo un dios puede salvarnos”; se la ha malinterpretado, a veces manipulado y casi siempre utilizado a beneficio de posiciones que no tienen nada que ver con el pensamiento del filósofo y la intención con que formuló el aserto. Perder el sentido de lo sagrado y aniquilar la voluntad de trascendencia más allá de la historia cercana es aventura de riesgo para cualquier civilización.

A la vejez, punkarra

Yo de joven era de izquierdas, como todo el mundo. Después me fui dando cuenta poco a poco —no de golpe, no me caí del caballo, poco a poco, así decía—, me fui dando cuenta, decía, de la cantidad de disparates en los que había que creer y la obscena porción de dogmas que debía tragar, incluida la defensa de algunos “principios” bastante pringosos, para seguir siendo considerado un bien pensante; y me dije: poco a poco.

Posdemocracia. José Vicente Pascual

Posdemocracia

El pasado domingo 22, en Orense, dos chicas, primas y gitanas, tomaron una consumición en una cafetería, pidieron la cuenta y la abonaron antes de irse. Todo transcurrió normalmente hasta que una de las clientas se dio cuenta de que en la factura habían sido identificadas como “chicas gitanas” por el joven que les había tomado el pedido. Exigieron hablar con la encargada del local, pidieron el libro de reclamaciones y formalizaron la queja por una presunta “falta de respeto”.

Apocalipsis. José Vicente Pascual

Apocalipsis

Göther—Uther—, “hijo de Dios”, era el padre de Arturo, el de las leyendas britanas influenciadas por la cultura ancestral sajona. O sea que el rey Arturo —mito— es el primer Gutiérrez de apellido —histórico— que conocemos. De la estirpe de Pendragón nada menos, oriunda de la Atlántida, un reino que según Diodoro Sículo, Herodoto y Estrabón estaba situado en la Macaronesia, es decir, en Canarias, pues no hay otro punto en la región donde confluyan con tanta evidencia el impulso genitor del dragón y el poder fogoso del volcán. Las leyendas fabulan mucho pero nunca engañan.

Periodismo de retrete

Periodismo de retrete

¿de verdad los españoles, la audiencia de nuestra TV pública, los que trabajan duro bajo el calor mesopotámico de este verano, los que pagan santamente sus impuestos, los que madrugan y desayunan mientras ven las noticias en la tele para enterarse de quién se ha muerto y qué se le ha ocurrido ahora al gobierno, se merecen este trato? ¿De verdad que a nadie le resulta extraña, sospechosa, esta vocación hacia el wáter ajeno de los ingenieros de la comunicación pública?

La ciencia dice… José Vicente Pascual

La ciencia dice…

Lo malo de la ciencia es convertirla en religión y que cualquier mostrenco con dos años de primaria y doce de sofá en casa del padre pueda utilizarla como argumento en favor de cualquier majadería. Lo malo de la ciencia … No lo malo, lo pésimo, es que cualquier político de cuatro pesetas, salido del pantanal de intereses privados que son los partidos políticos, puede valerse del recurso de la ciencia para imponernos su visión del mundo.

Continúa imparable la ola de calor. José Vicente Pascual

Continúa imparable la ola de calor

De la brecha térmica entre hombres y mujeres, sobre cómo sufren y padecen el calor los machirulos que abren zanjas, trabajan en andamios y azoteas, recogen la basura y cosas así, puede que se hable otro día; de momento las charis que trabajan con aire acondicionado en el ministerio de igualdad no se han quejado, de manera que el asunto no procede. A otra cosa. Y la otra cosa, naturalmente, es la agenda 2030, el abecé dogmático del globalismo salvaje…

García de Cortázar. José Vicente Pascual

García de Cortázar

Aunque no vayan a dedicarle el nombre de un aeropuerto o de una estación de ferrocarril —la de Bilbao mismo, que es donde nació, ya que Atocha está adjudicada—, la sensibilidad institucional podía haberse manifestado tras el fallecimiento de Fernando García de Cortázar, el pasado 3 de julio. No sé… un mini reportaje en TVE, una nota subrayada en los informativos del día, un algo, digo yo.

Los ángeles de Charo. José Vicente Pascual

Los ángeles de Charo

Ricardo Herreras las llama así, Los Ángeles de Charo, cuando se refiere a la corte de feministas abrevadas al presupuesto de igualdad, esa chupipandi oportunista que disfruta el momio con la intensidad decadente de quien sabe que cualquier día se les puede acabar el chollo. Considero al sufrido lector informado sobre la escandalera que organizó esta fotografía que ilustra el artículo, las charines de finde en Nueva York, ahí luchando —es un decir— por los derechos reproductivos de las mujeres americanas…

Arcoxia. José Vicente Pascual

Arcoxia

Nada ha matado más que las utopías, seguramente porque ninguna existe y, por tanto, poseen la capacidad destructiva de los letales invisibles, como el coronavirus sc19, la falta de sueño o pasar doce días sin beber agua. El paraíso de los grandes visionarios tiene siempre, como última condición, aniquilar el paraíso del contrario.

Calor, calor… José Vicente Pascual

Calor, calor…

Acabamos de sufrir la primera ola de calor ideológica, con perspectiva de género y verificadores de opinión sobre el origen, significado y perspectivas eco-ambientales de la tremenda subida de temperaturas que sufrió la península ibérica la semana pasada, detectándose cualquier discurso disidente respecto a la verdad oficial del cambio climático, y por supuesto denunciando a quienes sostuvieren posiciones contrarias como negacionistas, enemigos de la ciencia y, naturalmente, fascistas.

El opio del pueblo. José Vicente Pascual

El opio del pueblo

No todo está perdido. La inflación galopa sobre el 9%, con los precios de la luz, el gas y los carburantes en máximos prehistóricos y la famosa cesta de la compra reducida al mínimo vital, pero no, no todo está perdido. Hay artículos de primera necesidad que han bajado de precio notablemente; los ansiolíticos, por ejemplo, están tirados.

Precariado y (no) futuro. José Vicente Pascual

Precariado y (no) futuro

Acabásemos: la famosa reforma laboral, tan porfiada por nuestro no menos famoso gobierno y aprobada gracias al voto majadero de un diputado del PP, dispuesto a dar lo mejor de sí mismo el día en que se votó la norma en el Congreso, consistía en contar a los parados como si fuesen futbolistas, a veces en el banquillo y a veces en el terreno de juego pero siempre con el contrato vigente, en orden.

Burbuja en el paraíso. José Vicente Pascual

Burbuja en el paraíso

La primera vez que me instalé en Cataluña, allá por 2006, me llamó la atención que la emisora municipal de televisión de Barcelona no emitiese en lengua castellana —o sea, en español— ni cinco minutos al día. Las locuciones y los locutores sólo utilizaban el catalán, y si alguien tenía algo que decir en cualquier lengua distinta a la vernácula, podía hacerlo en completa libertad siempre y cuando no fuese en el aborrecido idioma de Cervantes.

Progres de la Edad Media. José Vicente Pascual

Progres de la Edad Media

En un programa televisivo de chismorreo político que ponen a la hora de la siesta hay un colaborador fijo encargado de soltar breves gracietas, más o menos ingeniosas, cada seis o siete minutos y al filo de las noticias que se van comentando. Ejerce de viperina progre, al estilo de Wyoming pero con menos tiempo para lucirse y bastante menos fineza —imagino que también ganará mucho menos, a lo mejor si le pagasen más le saldrían más agudas las ocurrencias—.

Crudísimo

Las modas estrafalarias que prefiguran una existencia humana del todo “natural” y por tanto ceñida a la mortificación tienen mucho que ver con la tendencia idiocrática a convertirnos en masas necias, sin pasado ni futuro e hipnotizados por rituales.

Un mundo pequeño y propio. José Vicente Pascual

Un mundo pequeño y propio

La globalización era esto. Como los amos del invento no pudieron hacer un mundo más ancho, donde todos fueran a su modo y nadie incordiase a nadie, decidieron hacerlo muy pequeño, donde todos fuesen iguales, pensaran lo mismo, viviesen igual y, a falta de objetos bellos por amar e ideas altas que cultivar, todos odiasen las mismas cosas y a las mismas personas.

El otro ante el espejo. José Vicente Pascual

El otro ante el espejo

Si echamos una casa abajo es muy difícil edificar otra nueva y flamante con las ruinas y cascotes que sobran. Si destruyes el paraíso del contrario resulta imposible validar el edén propio, pues todo lo obligatorio —salvo el código penal— deviene tarde o temprano en rutina aborrecible. Ratificar la propia identidad por comparación con los defectos de los demás es un absurdo y además una mala costumbre.

Pegasus. José Vicente Pascual

Pegasus

El marxista viejuno que me habita, refutado aunque recalcitrante, suele estar alerta ante expresiones como “ideología política”. La ideología, por definición —marxista— es falsa conciencia, en las antípodas del pensamiento científico reivindicado y presuntamente puesto en modo praxis por los buenos lectores de El Capital.

Reseña de "La historia empieza en Sumer". José Vicente Pascual

Reseña de «La historia empieza en Sumer»

He pasado las semana santa en compañía de esta delicia divulgativa, La historia empieza en Sumer, un libro publicado en 1956 (primera edición en España, 1957), que continua vigente en cuanto a su descripción histórico/antropológica de la civilización sumeria y conserva mucha más alma e interés que tantos ensayos sobre el asunto como se han escrito y llevado a librerías desde aquellas fechas.

La mala fama. José Vicente Pascual

La mala fama

La mala fama es como la estupidez y la calvicie masculina: vitalicia. Cuando el sambenito cae sobre su víctima no hay aguarrás que disipe esa sombra. Hemos tenido durante las dos últimas semanas un ejemplo perfecto de ello, de cómo reacciona el público en su mayoría cuando los generadores de contenidos mediáticos deciden que a la abeja de la información debe unirse la avispa de la opinión, con opciones legítimas de linchamiento.

La historia contada por un idiota

La historia de la filosofía, en efecto, no enseña a pensar sino a conocer lo que han pensado otros antes que nosotros, más que nada para no insistir en los mismos descarrilamientos. Decía Nietzsche que la filosofía es el compendio de los grandes errores cometidos por la humanidad. Que un importante como él caminase sobre esas aguas, da que pensar.

Un oasis de tedio. José Vicente Pascual

Un oasis de tedio

Si Europa necesita un gaseoducto funcionando a tope y nosotros tenemos a Argelia como abastecedor de privilegio, con toda la infraestructura dispuesta para ser útiles a la atribulada Unión Europea, ¿qué mejor momento para tocar los cojones al gobierno argelino, reconociendo y aceptando oficialmente el plan de Marruecos para convertir los territorios saharauis en una autonomía bajo imperio de la corona halauita?

En la tristeza, caminar. José Vicente Pascual

En la tristeza, caminar

Nos preparan un mundo brutalmente feo, un adefesio de supervivencia donde no morir y apenas caminar es el máximo beneficio de lo inmediato. De pandemia en guerra y de guerra en alerta nuclear, el espíritu de occidente y la simpatía hacia el porvenir se han convertido en ilusión amarga, un temor apenas mitigado por el refugio doméstico, los debates parlamentarios y la bajada de la curva.

La pertinaz sequía. José Vicente Pascual

La pertinaz sequía

Hace unos meses, en el congreso de los diputados, Íñigo Errejón, encantador representante de la izquierda tintín, proclamaba que la próxima ola epidémica será la de la salud mental. Imagino que se refería a la salud mental de los demás, porque la de Errejón y los suyos no tiene remedio: para apoyar, tal como hacen, a un gobierno multipolar compulsivo cuyo presidente padece el síndrome de Hubris y es confeso dromomaníaco, el trastorno estuporoso se les da por supuesto.

Con la historia hemos topado. José Vicente Pascual

Con la historia hemos topado

Creían muchos, y muchos siguen creyendo, que la historia ha tocado fondo, que las colisiones y conflictos de intereses entre los bloques geopolíticos, las civilizaciones y culturas estaban ya superados, sublimados en esa burbuja indolora y por supuesto insípida que al principio se llamaba Nuevo Orden Mundial, más tarde economía mundializada y por fin globalización.

Komando Chanel. José Vicente Pascual

Komando Chanel

Hace un año, digamos, ¿quién iba a pensar que el flamante y bien peinado Albert Rivera andaría de pleitos por despido contra el despacho de abogados que lo acogió tras su renuncia a Ciudadanos? ¿Quién imaginase que Pablo Iglesias abandonaría la política, la vicepresidencia del gobierno, para dedicarse a hacer podcast’s en a saber qué andurrial de internet, todo hippie él?

Pornociencia. José Vicente Pascual

Pornociencia

No sabemos en qué capítulo o riguroso estudio de qué ciencia queda establecido que las personas nacemos sin sexo; se ignora, pero al día de hoy cualquier divulgador de la doctrina progre-caniche considera delito de odio afirmar rotundamente que los niños nacen niños y las niñas nacen niñas, los niños con lo suyo y las niñas con lo de ellas

Lenguaje: revisionismo y retórica. José Vicente Pascual

Lenguaje: revisionismo y retórica

Me da igual que la causa se llame feminismo como si se llama veganismo: imponer el pensamiento ideologizado es, con todas las letras, un crimen contra el espíritu humano y la libertad de los individuos. Somos legatarios históricos y dueños contemporáneos de una gramática, una sintaxis y una semántica que nos facilitan el uso del idioma desde una única perspectiva: la libertad.

Canarias, la resignación (II). José Vicente Pascual

Canarias, la resignación (II)

La fórmula perfecta para convertir un territorio bajo soberanía nacional en propiedad particular, existe. Sólo hace falta que la población de dicho territorio permanezca en la absoluta inopia, también un poco de habilidad por parte de las oligarquías locales para acaparar la representación del común ante las lejanas instituciones del Estado, suplantando la teórica defensa de intereses ajenos por el cuidado de provechos propios. Y ya está.

Canarias, la resignación. José Vicente Pascual

Canarias, la resignación

Si los ciudadanos nativos de Canarias, de cepa, viesen el mundo y distinguiesen su auténtica realidad, durante media hora, con los ojos de un madrileño, un catalán, un vasco, un andaluz… en la siguiente medía hora crujirían las islas, y no por sucesos volcánicos.

La familia y otros animales. José Vicente Pascual

La familia y otros animales

Una amiga, muy animalista ella —así se define, “animalista”—, me cuenta que está encantada con la ley protectora de los derechos de los animales que ha entrado en vigor el pasado 5 de enero, según la cual —me sigue contando, o sea que escribo de oídas, no he leído esa ley y no conozco en absoluto su contenido—, “a partir de ahora los animales se consideran seres sentientes y no cosas, y deben ser tratados como un miembro más de la familia”.

Lo peor de cada uno (II). José Vicente Pascual

Lo peor de cada uno (II)

Dos individuos se cruzan por la calle. Uno lleva mascarilla, el otro no. “Mira el gilipollas, sin mascarilla”, piensa el que va. “Mira el gilipollas, con mascarilla”, piensa el que vuelve. Esa escena se repite cada día miles de veces. Observamos al prójimo en busca de algo que detestar, lo juzgamos y, naturalmente, lo responsabilizamos del malestar general asumido como propio.

Lo peor de cada uno (I). José Vicente Pascual

Lo peor de cada uno (I)

Hay gente que confunde fumar porros con ser muy espiritual, tener ideas estrafalarias con ser original, la frustración con la tristeza, la ira puerilizante con la justa indignación y la cerrilidad doctrinaria con la firmeza de principios. El malentendido siempre está presente en nuestras vidas.

Agua del mar. José Vicente Pascual

Agua del mar

El paradigma de la ética de la negación puede resumirse en el colegio religioso de Zaragoza —monjitas habemus—, que ha rechazado la emisión en su ciclo de cine edificante de la película La pasión de Cristo, del sensacional Mel Gibson, por ser “demasiado cruda, inapropiada para niñas de 14/15 años de edad”.

Todo está escrito, nada está dicho. José Vicente Pascual

Todo está escrito, nada está dicho

Thomas Mann y los traductores de Thomas Mann son revisables, también cancelables para los/as más recalcitrantes en la histeria woke. Todo es revisable, criticable, válido como excusa para generar oleadas de indignación entre las masas abuhadas por las dos grandes verdades del pensamiento alicia: “lo que me gusta es verdadero y debe ser obligatorio; lo que no me gusta es pernicioso y debe ser prohibido”.

Relato, maldito relato. José Vicente Pascual

Relato, maldito relato

La metarealidad funciona así. Lo importante no es lo que sucede sino cómo se cuenta. Y lo que hoy día cuenta no es lo efectivo, ya saben, al pan pan y al vino vino, sino las ideas embutidas en el imaginario común sobre la relevancia de cualquier fenómeno, su representación sublimada y pasada por el filtro ideológico, aunque no haya punto de coherencia ni siquiera relación con las verdaderas circunstancias que lo generaron y a pesar de que las consecuencias, del cambalache, por lo general, son desastrosas.

Ayuso y los de toda la vida. José Vicente Pascual

Ayuso y los de toda la vida

Hace unos años, en el Partido Popular, si eras sospechoso de conservadurismo te mandaban al segundo sótano, a poner sellos a las estampitas de la Almudena y las felicitaciones de navidad que la dirección enviaba cada año a la Conferencia Episcopal. Ahora no hace falta ser de derechas para sentir el aliento del aparato: con ser del PP, basta.

Bienaventurados los pobres. José Vicente Pascual

Bienaventurados los pobres

No hace falta que se lave usted con frecuencia, no sea usted derrochador. La autoridad mundialista en materia de costumbres ecosostenibles ha determinado que ducharse todos los días es innecesario, insolidario y puede que reaccionario. Piense en países como India y China, donde hay un retrete cada mil habitantes, una bañera cada diez mil y un bidé cada mil millones, de tal manera que, se comenta, el único culo asiático que conoce chorro direccionable es el del secretario general del Partido Comunista Chino.

Los años bárbaros del PSOE (II). José Vicente Pascual

Los años bárbaros del PSOE (II)

Hace muy bien Javier Ruiz Portella en empezar su ensayo sobre la historia del PSOE en la II república hablando de la Transición y de lo que supuso para España y las generaciones de españoles que vivieron la desaparición del régimen franquista y el logro de la democracia.

“El PSOE y la II República: ¿democracia o comunismo?”. José Vicente Pascual

Los años bárbaros del PSOE

¿Fue el PSOE un partido democrático, lealmente defensor de la República, la legalidad, el progreso y el sentido humanitario de la acción del Estado, o por el contrario actuó como fuerza insurreccional, socavadora de la misma legalidad en que se amparaba, seguidor por tanto de las tesis leninistas que señalaban a la República como un régimen burgués al que tarde o temprano habría que derribar para, inmediatamente, instaurar un régimen soviético en España?

La crisis perfecta. José Vicente Pascual

La crisis perfecta

Huelga decir que no soy economista y que, a mayores, no tengo pajolera idea sobre esa materia. Para definir mis habilidades al respecto, mi padre auguraba que si me regalaban la ONCE, la habría arruinado a las doce. O sea, que mis conocimientos teóricos en la cuestión son casi tan prácticos como los de los economistas en general…

Reseña de "El infiltrado". José Vicente Pascual

Reseña de «El infiltrado»

Por consejo y también por amabilidad de mi amigo Francisco J. Portela, alma y cuerpo del blog literario Un lector indiscreto, llega a mis manos la última novela de la autora valenciana Marta Querol: El infiltrado. Encuentro una obra interesante, escrita con agilidad y soltura, amena —muy amena, divertida en el mejor sentido del término—, y sobre todo original…

Valle de la Lengua. José Vicente Pascual

Valle de la Lengua

El idioma español, al que nuestra Constitución no reconoce el derecho a llamarse “español” y al que, en dura verdad, no puede llamarse “español” en España a menos que quiera uno correr el riesgo de que lo llamen facha, se llamará en el resto del mundo como hasta ahora, español, pero con energías renovadas y con un propósito muy determinado: servir de base y principio activo para el desarrollo científico y de nuevas tecnologías en el ámbito hispano.

Días bajo el volcán. José Vicente Pascual

Días bajo el volcán

Lo de la ministra Reyes Maroto fue de clamor. En el mundo de unicornios y wonderful women donde ella habita, una erupción volcánica con diez mil damnificados, destrozos materiales, nube de ceniza, cierre del espacio aéreo… es una oportunidad singularísima para el turismo, como exquisitez artesana popular debe de considerar el arte birmano de cortar y reducir cabezas y convertirlas en colgantes.

Reseña de "Los Borgia". José Vicente Pascual

Reseña de «Los Borgia»

La semana pasada inicié la lectura de una novela que prometía: Los Borgia de Mario Puzo, obra inacabada, póstuma, del autor de El padrino entre otros superventas clásicos. No había leído nada de Puzo, pero, naturalmente, el éxito de sus novelas sobre la mafia y las familias de la cosa nostra, combinado con el atractivo histórico de los valencianos Borgia, me auguraba bastantes horas de entretenida lectura.

Daños colaterales. José Vicente Pascual

Daños colaterales

Urgente: hay que salvar al mundo de los que quieren salvar al mundo. No queda otra. O nos libramos de ellos, en el mejor sentido de la palabra “ellos”, o ellos se libran de nosotros en el peor sentido de la expresión, y nos convierten sobre la misma marcha en daños colaterales de su cruzada.

Canarias, la crisis humanitaria que (casi) nadie quiere ver. José Vicente Pascual

Canarias, la crisis humanitaria que (casi) nadie quiere ver

El pasado 16 de agosto, cincuenta y dos personas perdieron la vida en alta mar, trescientos cincuenta kilómetros al sur de Gran Canaria. En una lancha neumática concebida para transportar, como máximo, a veinticinco viajeros, se hacinaron alrededor de sesenta inmigrantes, con origen en la costa africana, entre Tarfaya y El Aaiún, y destino conjeturable en Fuerteventura o el litoral de Arinaga, en Gran Canaria.

La dura irrealidad. José Vicente Pascual

La dura irrealidad

Acabásemos… La culpa de la brutal subida del precio de la energía eléctrica y, en consecuencia, del recibo de la luz que pagan las familias españolas, la tiene Franco. Lo dejó dicho con toda claridad doña ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Teoría particular de la desobediencia (III). José Vicente Pascual

Teoría particular de la desobediencia (III)

En un formidable artículo publicado en Éléments y reproducido en España por El Manifiesto, Alain de Benoist sobrevuela el panorama de la cultura de la cancelación y la civilización secuestrada entre los muros de la dictadura woke. Mediante una serie de ejemplos, por desgracia muy reales, describe las condiciones del manicomio autogestionado en que se están convirtiendo las sociedades occidentales.

Teoría particular de la desobediencia II. José Vicente Pascual

Teoría particular de la desobediencia II

Si un millonario con empresas afincadas en España, aunque no tribute en España, pide a sus empleados que se hagan autónomos, se paguen ellos mismos la seguridad social y demás gastos laborales y fiscales, los compensa con una nómina miserable y además los tiene sujetos al régimen de despido sin explicaciones (no “despido libre”, no: por whatsApp y si te he visto no me acuerdo), tal individuo será denostado públicamente, considerado paradigma del capitalista explotador y tal y cual… a menos que el tinglado sea simpático como Amazon, o como Netflix, o HBO, Microsoft, Apple e ingenios parecidos.

Teoría particular de la desobediencia. José Vicente Pascual

Teoría particular de la desobediencia

Los animales hacen las cosas tenazmente, a conciencia, por completo absortos en cualquier actividad a la que se dediquen. Si beben agua, beben agua y no se permiten desaplicación en la tarea: abrevan como si tuviesen el tiempo contado y el agua se fuera a agotar en el mundo. Cualquiera que haya tenido o tenga una mascota convencional, es decir, perro o gato, sabe de lo que hablo.

El truco más viejo del mundo. José Vicente Pascual

El truco más viejo del mundo

Pan y circo, recomendaban los oligarcas de Roma para el buen gobierno del imperio. Es el truco más viejo del mundo: mantener llenos los estómagos y cerradas las bocas, por si alguna discrepase; y la mejor manera de acallar cualquier protesta —también lo sabían los gerifaltes romanos—, no es la represión o la amenaza, sino entretener los entusiasmos del personal con ficciones tumultuosas en las que el pueblo es falso protagonista, dedo arriba, dedo abajo en las gradas, vida o muerte del gladiador derrotado, ya saben.

Cuando me vaya. José Vicente Pascual

Cuando me vaya

Nos gusta decir aquello tan majo: “Quiero dejar un mundo mejor para mis hijos, mis nietos y todas las generaciones que vengan detrás”. En tales momentos, en realidad, expresamos nuestro deseo, un poco inútil, un tanto narcisista, de que nuestra propia vida no haya sido en vano, de haber colaborado en la medida de nuestras posibilidades para crear un entorno social más digno, libre y próspero, y un ámbito natural mejor cuidado y aprovechado…

Libros de verano y otras ficciones. José Vicente Pascual

Libros de verano y otras ficciones

Como cada año por estas fechas, los suplementos culturales de los periódicos, las revistas digitales o impresas y los blogueros metidos a expertos, nos bombardean con la lista de libros “imprescindibles” que deberíamos leer este verano; por lo menos, comprarlos. Y un servidor, como cada año por estas fechas, entra en desaliento al comprobar cómo los usos comunicativos y el fondo argumental de nuestra cultura divulgada siguen enquistados en la misma rutina de siempre…

De ficciones y caníbales. José Vicente Pascual

De ficciones y caníbales

La tribu que no se contaba historias, moría. Historias imprescindibles como el alimento de cada día; historias sobre el mundo y los antepasados que otorgaban razón de ser y voluntad de permanecer a la colectividad unificada por los intereses inmediatos de supervivencia; historias sobre el devenir que marcaban una línea de permanencia y una indesmayable determinación de actuar en el mundo y sobre el mundo.

La izquierda implosiva. José Vicente Pascual

La izquierda implosiva

Que yo recuerde, las versiones más modernas e intelectualmente potables del marxismo político —en versión socialdemócrata o comunista, tanto monta—, señalaban la necesidad de construir un gran consenso social en torno a determinados valores estratégicos e intereses materiales a corto/medio plazo, representados por diversas clases sociales y colectivos —“bloque histórico” se le llamaba—, que serían los agentes necesarios para el cambio hacia una sociedad más justa, solidaria, igualitaria, democrática, de arroyos de leche y miel, etc.

Dar la chapa. José Vicente Pascual

Dar la chapa

La ideología woke, pensamiento oficial del mundialismo –con perdón por lo de “pensamiento”—, lleva una temporada que en realidad son unos lustros desmelenándose con su diccionario oficial de términos procedentes, palabros necesarios y conceptos multiuso recurrentes; y esto es un sinvivir, un exceso, una orgía publicitaria de “sostenibilidad”, “ecoresponsabilidad” y abstrusiones similares.

Los amigos náufragos. José Vicente Pascual

Los amigos náufragos

Mis amigos, por lo general, tienden al naufragio voluntario, la vida ermitaña y contenida en espacios pequeños, los cuales, a su vez y por mera lógica, continúan colmados de vida, creatividad y futuro. Los confinamientos del Estado de Alarma no nos han venido mal, creo que al contrario: hemos normalizado, por vía administrativa e imperativo legal, una tendencia latiente en nuestra manera de ser y de estar en el mundo que ya venía dando pistas desde mucho tiempo atrás. Cuanto más lejos del mundanal ruido, mejor.

Ese morito que llega nadando con botellas de plástico colgadas a la espalda. José Vicente Pascual

Ese morito que llega nadando con botellas de plástico colgadas a la espalda

¿De verdad crees que nuestra civilización, “nuestra cultura”, va a ser capaz de “integrarlo” y convertirlo en un ciudadano ejemplar, respetuoso con los derechos del prójimo y, cuando merezca la nacionalidad, disciplinado votante de alguna opción “democrática y progresista” y de buen rollo? No seas presuntuoso. Ese morito no quiere integrarse en nuestro fracaso, y hará muy bien.

Reseña de "Coraje. Manual de guerrilla cultural". José Vicente Pascual

Reseña de «Coraje. Manual de guerrilla cultural»

François Bousquet lo tiene claro, tan claro como lo tenía Fusaro en La sociedad abierta. El marxismo como método de análisis social e histórico, por condicionantes precisamente históricos, habría sido vampirizado y desvirtuado por una minoría burocrática en el primer Estado “de izquierdas”, la URSS; degradado hasta lo inane y convertido en ideología de poder con una sola utilidad: mantener el liderato de aquellos burócratas que vivieron opulentos y despóticos sobre la miseria de sus pueblos.

Democracia obesa. José Vicente Pascual

Democracia obesa

La lógica tolerantista impone de nuevo su disparate: no hay límites para las tallas de los uniformes que deben vestirse en actos cuya naturaleza aconseje el uso de estas prendas. Una talla 44 está bien, aunque mejor la 46, o la 48… ¿y por qué no una 50, o una 52, 54, 56…? Cuanto más grande la talla, mayor el grado de tolerancia hacia quien la usa, mayor el grado de liberación de la desacomplejada…

Destiempo. José Vicente Pascual

Destiempo

¡Astrazéneca o muerte!, claman los poderes públicos, la autoridad sanitaria y el flujo mediático. Les falta aclarar: “Con perdón por la redundancia”. Nos llaman, sí. Nos persuaden, nos admonizan, nos hacen la rosca, nos catequizan. “Solidaridad”, dicen. “Inmunidad”, suplican. Tengo la impresión de que el día que vaya a vacunarme lo haré en nombre de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad.

Narco esclavos. José Vicente Pascual

Narco esclavos

La miseria y el abuso que se ceban con las víctimas del tráfico de personas: de la patera al centro de internamiento, de allí a la puñetera calle, y ya en la calle… a hacer la calle. Las oenegés solidarias morrocotudas, los open arms dedicados al transporte de ilegales, los chicos de amnistía internacional obsesionados por los derechos de los acogidos, despreocupados por el destino de cada uno cuando finalmente son “libres”, pueden descansar con el alma tranquila. Han hecho su trabajo y han cumplido con su exquisita conciencia mundialista.

Neolengua, más allá de la anécdota. José Vicente Pascual

Neolengua, más allá de la anécdota

No importa la verdad sino el relato que sobre la verdad se establezca. Ejemplos hay tantos que no me apetece poner más que uno: los delirantes tuits del ex-vicepresidente del gobierno, clamando contra “la impunidad de la extrema derecha”, tras publicar él mismo unas fotografías con balas que, dice, le han enviado por correo. Antes que los hechos investigados, desentrañados y esclarecidos, el discurso. Antes que la verdad, la retórica de la posverdad.

Estamos muertos pero aún no nos hemos enterado. José Vicente pascual

Estamos muertos pero aún no nos hemos enterado

Primero fueron a por las centrales nucleares, pero como las centrales nucleares son antipáticas y encima provocan accidentes como los de Chernobyl y Fukushima, no nos importó. Ahora van a por los vuelos baratos, para la plebe, pues no tengan duda de que los ricos seguirán viajando en avión, adonde les apetezca y cuando quieran. Pero como los vuelos que interesan a las muchedumbres no son los de corta distancia sino los de largo trayecto, los internacionales sobre todo, por aquello de viajar en vacaciones, tampoco la cosa parece tan grave.

Democracia de domingo. José Vicente Pascual

Democracia de domingo

A lo largo de los últimos años he escrito en varias ocasiones sobre el mismo asunto y no quiero hacerme pesado, pero ya lo decía Jordan Peterson en una entrevista de esas que tienen el incierto mérito de convertirse en virales: “Debemos correr el riesgo de resultar antipáticos, de que nuestras opiniones incomoden e incluso ofendan al interlocutor; no podemos vivir siempre en la impostura de lo correcto porque, en ese caso, es imposible ser coherente y defender la propia convicción”.

Propósito. José Vicente Pascual

Propósito

El espectáculo de la OMS y los gobiernos nacionales que siguen su dictado, en relación a la gestión de la pandemia del C-19, no necesita comentarios. La gente enferma, sufre y muere en porcentajes desmesurados; unos países surfean sobre la plaga y a otros los está engullendo la tempestad; unos van camino de la bancarrota y otros se enriquecen a costa de la calamidad ajena. Y la OMS en medio, templando gaitas con unos y otros, dejándose querer por todos y escabulléndose de las condiciones y necesidades específicas de cada uno.

Llegará ese día. José Vicente Pascual

Llegará ese día

Llegará el día en que te canses de girar en torno a la noria sin sacar más que arena, en que empieces a “mosquearte” porque los de siempre siguen con el discurso de siempre, hacen lo mismo de siempre y viven opíparos como nunca mientras que tú también estás como siempre: jodido y sin perspectivas. Entonces lo sabrás. Entonces será el día.

Bricolage social. José Vicente Pascual

Bricolage social

Antes, la ingeniería social era odiosa obra de titanes megalómanos, imperios instalados en el poder que nacía de la espada de bronce en la Grecia clásica y el que brillaba en las cabezas nucleares de las bombas atómicas a partir del siglo XX. Hoy, la ingeniería social se desarrolla mansa como una sentada ecologista, según el modelo Ikea del “you self” para pezqueñines

La España desolada. José Vicente Pascual

La España desolada

En la planicie castellana, entre Tordesillas y Villalpando, se encuentra Mota del Marqués, una de las poblaciones más pintorescas de España. Pintoresca no por lo llamativo del entorno ni por los usos y costumbres locales —que desconozco por completo—, sino por el desolado panorama sobre el que se erige este pueblo de 349 habitantes: un puñado de casas viejas, dos iglesias escalonadas en rabiosa cuesta y una torre levantada en tiempos medievales por la orden teutónica, defensiva y de vigilancia, que hoy es un montón de piedras arruinadas sobre el altozano que domina la llanura.

Patria y vida. José Vicente Pascual

Patria y vida

Cierto que una canción no tumba un régimen. Pero una canción abre la puerta y despierta el alma de quienes nunca estuvieron invitados ni al progreso ni a la justicia. Y son muchos. Cuando pidió tregua al régimen castrista, en favor de los represaliados del Movimiento San Isidro, a Yotuel Romero, uno de los autores de Patria y Vida, le dijeron que si no hubiese sido por la revolución sería un “negro limpiabotas”.

iDaimon. José Vicente Pascual

iDaimon

Se ha escrito en abundancia sobre la función que cumplen los teléfonos móviles y el cambio real que han introducido en nuestras vidas, siempre en relación determinada por las posibilidades comunicacionales que ofrece. Desde organizar un escrache a entablar una videoconferencia con la familia, el abanico de servicios eficientes es inmenso. Sin embargo, se ha tratado muy poco el efecto personal, íntimo, de asunción de identidad, compartida no sólo en el entorno de nuestros contactos sino revertida hacia la propia imagen que trazamos de nuestra singularidad

Escorias Hasél. José Vicente Pascual

Escorias Hasél

El progresismo español y europeo llevan un siglo alimentando su ideario y actividad con escorias, retales ideológicos, segundas partes, parches de extrema improvisación, voluntarismo mimético en busca de repeticiones de la historia que, como dijo el teórico, nunca son repeticiones genuinas sino parodias. Extravagancias.

Sumisión. José Vicente Pascual

Sumisión

Hace unos años, en el transcurso de un interesante debate con usuarios y colaboradores de una publicación digital, uno de los participantes expuso el siguiente punto de vista: “Cuando la cultura occidental y la tradición humanista y cristiana hayan desaparecido, engullidas por masas sin identidad llegadas de oriente, el islam será lo único que quede de occidente, del humanismo y del cristianismo”.

La letra pequeña. José Vicente Pascual

La letra pequeña

La presencialidad cura. Usted, antes, iba al centro de salud y era atendido y, sobre todo, escuchado por su médico. Y para oírle, aunque tuviese que contarle banalidades, aquel profesional vestía la bata blanca como vistieron los galenos romanos la túnica pulla que sólo a los peritos en su arte les era permitido vestir. Ser recibido, oído, “consultado”, tocado, aconsejado y recetado era recorrido ritual sanador. Un acto civilizado. La asistencia telefónica es barbarie y algo más: un recordatorio al ciudadano habitante de la modernidad sobre su irrelevancia.

Estado, tutor del malestar. José Vicente Pascual

Estado, tutor del malestar

La decisión de la autoridad sanitaria en varias comunidades autónomas de no vacunar a los sanitarios que ejercen en la sanidad privada. El bien común, en este caso, tiene sus límites: el odio ideológico de buena parte de nuestros gobernantes hacia todo lo que implique el término “privado”. No importa que según en qué lugares y ámbitos autonómicos la sanidad privada haya luchado contra la pandemia con idéntico denuedo y sacrificio y bastantes menos medios que la sanidad pública. Los trabajadores de este sector, por una decisión arbitraria, sectaria y criminalmente doctrinaria, de momento se quedan sin vacunarse aunque con la obligación de atender a todos los pacientes de coronavirus que lleguen a sus centros…

La vida en ciclo. José Vicente Pascual

La vida en ciclo

De la ciudad neolítica, sometida a la babélica ley del más fuerte, se pasó a la ciudad-Estado, y poco después a la corona-Estado y los grandes imperios de la antigüedad. En este avance de la civilización, Oriente puso el método y las fachadas policromadas, y occidente las ideas. De Mesopotamia a Roma hay un salto importante, un desarrollo conceptual: del poder inamovible, ambarizado en medio de los desiertos, al poder dinámico que se expande gracias al comercio, el ingenio de carreteras y la evidencia bien aprendida de que toda conquista supone imposición de hegemonía cultural.

Otra vez ayer. Jose Vicente Pascual

Otra vez ayer

Entre quinientas y seiscientas mil personas, de golpe, engrosarán las cifras del paro. En la práctica ya lo están haciendo porque nuestro gobierno, siempre atento a estos detalles solidarios, descuenta los días consumidos de ERTE como días de prestación por desempleo. Esto quiere decir que hay una bolsa de 750.000 personas cobrando un desempleo inestable, agotando plazos y, por tanto, sus posibilidades de recibir una prestación real cuando se vean en la calle y con una mano delante y otra detrás

El futuro es una cosa que antes existía. José Vicente Pascual

El futuro es una cosa que antes existía

La casta viene con el galgo y el ADN del cargo público tiene estos imponderables: ninguno es responsable aunque todos quieren las competencias, ninguna competencia es suficiente aunque de todas puede hacerse dejación, o atenderla como se les antoje; ningún contagio y ninguna muerte son culpa de ellos porque la pandemia es mundial, aunque la culpa es de los ciudadanos irresponsables que se empeñan en celebrar la nochebuena; no puede ponerse la economía por encima de la salud pero los centros comerciales pueden estar abarrotados durante las rebajas de enero, aunque ellos no son responsables porque ya tomaron medidas para confinar perimetralmente a la población y establecieron toque de queda

2020, ni tan mal. José Vicente Pascual

2020, ni tan mal

… es posible que todas esas muertes silenciadas, ocultadas, camufladas en estadísticas falsarias, disfrazadas por la indecencia de un “dolor oficial” impostado y cínico, todas ellas, sobre todo las habidas en residencias de ancianos, hayan establecido una base de responsabilidad histórica y legal ante la que tarde o temprano tendrán que responder los incompetentes embusteros que, en teoría, estaban encargados de evitar la catástrofe, al menos prevenirla.

Ninguna muerte mata si Dios no quiere. José Vicente Pascual

Ninguna muerte mata si Dios no quiere

El sábado pasado murió mi vecino Juan. No es que la muerte de alguien, por causas naturales y dados los tiempos que corren, sea asunto de relevancia extraordinaria. Ni mucho menos. “También se ha muerto Antonio Gento”, me diría algún madridista acérrimo como yo; pero se da la circunstancia de que el bueno de Gento, exjugador del R.Madrid y hermano de un superlativo héroe de infancia, ha trascendido lejos de mi morada, en tanto que la de Juan me tocó muy de cerca. Tan próxima como una llamada de auxilio de madrugada

Mateo 19-21. José Vicente Pascual

Mateo 19-21

De repente, el capital se ha vuelto bondadoso. No sólo bondadoso: ejemplarizante. De pronto han comprendido que las masas consumidoras de lo que sea que vendan necesitan empatía, fraternidad y una poquita de condescendencia, aparte de dinero, para disfrutar de la vida sana y feliz que suelen poner en el mercado a precios bastante razonables. Ya no se conforman con decirnos lo que debemos comprar sino cómo debemos vivir y pensar para ser merecedores de los bienes materiales y espirituales esenciados en su mercancía.

Mensaje en la botella. José Vicente Pascual

Mensaje en la botella

No lo digo yo sino los científicos que saben de esto: dentro de 600 millones de años, la probabilidad de que haya vida en la tierra es del 0’00%; la Luna estará demasiado lejos para que influya en las mareas o se produzcan eclipses, y la luminosidad del Sol hará imposible la fotosíntesis de las plantas. Silencio y cenizas. Nos queda el consuelo de que dentro de un año, a la vuelta de 2021, la vida será prácticamente igual a la actual. Y viene dando pistas.

Migrantes. José Vicente Pascual

Migrantes

En nuestro ideario comunicativo, la corrección política, el pensamiento Alicia y el buenrollismo de la señorita Pepis han impuesto una expresión más neutra: “migrante”. Como los pájaros, que no tienen origen ni destino sino el mundo por aeródromo. Al emigrante le quitas la “e” y se queda sin patria —o eso nos creemos—¸ y al inmigrante le restas la “in” y lo pones en casa como Paco con sus pantuflas frente al televisor, disfrutando con Tele5 y la polémica Paquirrín-Pantoja.

El bostezo más largo de la historia. José Vicente Pascual

El bostezo más largo de la historia

La penúltima ha sido cambiar un cuartel por unos votos al PNV y nombrar a un aprendiz de Pijoaparte asesor en materia fiscal madrileña, pero no se sorprendan que habrá más. Son tan ellos, tan idénticos a sí mismos, que el vivaz salto de mata de sus ocurrencias queda oscurecido por lo previsible del próximo disparate, sea el que sea. Como el tonto del pueblo —con mis disculpas a todos los tontos del pueblo de la patria—: no se sabe qué hará, por qué vainas saldrá, pero seguro que su obra es digna del protagonista. Cierto, son previsibles hasta aburrir. Son aburridos.

Fusaro y su crítica del capitalismo, un antagonismo confuso. José Vicente Pascual

Fusaro y su crítica del capitalismo, un antagonismo confuso

Seguramente quedé con ganas de más miga tras la lectura y comentario de “La sociedad abierta”, de Diego Fusaro. El caso es que el asunto incita a una reflexión detallada en lo posible sobre la que me parece parte mollar de una polémica en boga, muy actual en los ámbitos del pensamientos que hoy en día se reclaman de “la derecha liberal”, “la nueva derecha”, la “derecha nacional” y afines. Por orden.

Reseña de "La sociedad abierta". José Vicente Pascual

Reseña de «La sociedad abierta»

Por cortesía de mi amigo Manuel Quesada, alma mater de la editorial EAS, he leído durante los últimos días con mucha atención y agradecimiento La sociedad abierta, ensayo del filósofo italiano Diego Fusaro. Debo confesar que mi expectación era grande porque las únicas noticias que tenía sobre el “fenómeno Fusaro” hasta el momento eran algunos artículos aparecidos en prensa de distintas tendencias —o sea, de oídas—, y un par de entrevistas. La sociedad abierta es el primer libro suyo que leo, y seguramente no será el último…

Capitalismo woke

la ideología “woke”, de uso obligatorio en las universidades americanas y frenéticamente impulsada por todos los gobiernos de la Europa de brazos bajados, esa fe progre en la omnipresencia y omnipotencia de lo políticamente correcto, y por supuesto impermeable al sonrojo de lo ridículamente incorrecto, como todas las ideologías tiene un canalón por el que desagua: es perfectamente integrable en el sistema.

Democracia sanitaria. José Vicente Pascual

Democracia sanitaria

Ya me dirán ustedes cuándo un virus ha distinguido el día de la noche, el martes del viernes, los festivos de los días de diario, los autobuses de los aviones y al viajero clandestino que llega del pueblo próximo con el turista inglés de vacaciones invernales en La Gomera, aunque esté sobrio. Ni las mascarillas respeta el famoso covid.

La edad oscura. José Vicente Pascual

La edad oscura

Sí, ir hacia atrás es posible. Retroceder hasta perder de vista la civilización por ahora conocida parece conjeturable sin caer en el tremendismo ni ponernos demasiado apocalípticos. Es una hipótesis plausible. Nunca nos ha sucedido pero otros, en otros lugares del planeta, ya lo han padecido y lo siguen sufriendo.

Lo que todo el mundo no sabe. José Vicente Pascual

Lo que todo el mundo no sabe

No sabemos nada del mundo ni de nosotros mismos, pero nos sobran conocimiento e imaginación para establecer conjeturas que lo expliquen todo; conjeturas plausibles, tanto indemostrables como irrefutables pues no se puede certificar un negativo ni es posible reputar equivocada cualquier teoría que soporte la comparación con otras igualmente basadas en presunciones.

Tristía. José Vicente Pascual

Tristía

La modernidad se ha revelado como guión insufrible de una película de bajo presupuesto con subtítulos para sordos… La izquierda era un bullicio en otro tiempo; ahora, esa misma izquierda es a la libertad y “la revolución” lo que el catolicismo de sacristía, mesa camilla y jícara de chocolate fue al cristianismo.

viejos progres

Viejos

Viejos llenos de manías y rencores, incapaces durante décadas de resolver sus pleitos ni de construir algo distinto al odio, convencen a las nuevas generaciones de que su obligación y el sentido de su existencia es mantener el resentimiento por afrentas que ya nadie recuerda; y sacrificar la juventud y dar la propia vida si fuese necesario por los rancios intereses de la casta oxidada que sigue soplando las cenizas.

Las calmas

Cada año por estas fechas, desde principios de septiembre hasta más o menos mediados de noviembre, la mar se calma, el viento cesa, las mareas ceden hasta convertir la rompiente de las olas en metáfora de un lago tranquilo; y los días se esconden bajo una luz de ceniza que asoma desde las muchas aguas hacia la tierra oscura bajo el volcán —porque aquí en mi isla, aparte de mar y alisios, tenemos un volcán muy grande, tan grande que todo ser viviente es inquilino del volcán, no hay otra—.

Prójimas, cantoneras y celestinos

“Cerrad los burdeles y la lujuria lo invadirá todo”, dejó dicho y escrito San Agustín, Padre de la Iglesia igual que san Jerónimo y san Ambrosio. Los tres por separado y cada uno por su cuenta, al igual que Pero Gelasio, obispo de Sevilla entre 1390 y 1394, llegaron a la conclusión de que la prostitución bajo permiso de la autoridad evitaba males mayores, como el galanteo de jóvenes ardorosos cegados por el reclamo de la carne…

¿El futuro era esto?

A la generación de Iniesta, también llamada Z en otros lugares del mundo y por aquellos a quienes no les gusta el fútbol, ya le van diciendo la verdad desde que terminan la educación básica: el futuro no les pertenece. De hecho, no se sabe si podrán realizar sus estudios de ESO en condiciones algo parecidas al ambiente educativo normal hace seis meses, o si llegarán al bachillerato con un bagaje de conocimientos adquiridos que les permita comprender certitudes tan básicas como que Pekín no es la capital de Marruecos, y sutilezas intelectuales semejantes.

Lo peor de todo

Malo es que el mismo Sánchez, más Sánchez que nunca, se haya lavado las manos en medio del naufragio, con una economía devastada por este diluvio vírico, unos niveles de desempleo dramáticos, unas perspectivas de recuperación inexistentes y una situación sanitaria que pone en riesgo, incluso, el retorno a las aulas del estudiantado, dentro de unos días.

Un país pulcro

¿alguien puede mantener en serio que las costumbres y usos higiénicos de los españoles son determinantes en la expansión de la pandemia? Somos el país con más cultura de higiene y cuidado personal de Europa —no lo digo yo, lo dicen los fabricantes de productos relacionados— y nuestros usos sociales, por más que se nos achaque ser “toquetones”, resultan mucho más escrupulosos que en cualquier país de la civilizada UE

Reseña de «Los amantes del fin del mundo»

Francisco J. Fernández-Cruz Sequera expone en «Los amantes del fin del mundo» su conclusión tras largo, minucioso y desapasionado estudio del tránsito histórico, doctrina y actualidad del judaísmo/sionismo. Interesante aporte de un experto que por su experiencia personal y profesional ha vivido muy de cerca los conflictos ideológicos (y de los otros) más relevantes desde el último cuarto del siglo XX.

Un traje a la medida del sastre

Somos el país con más acusado descenso del PIB por causa del Covid-19, el que más empleo ha destruido, el que peores perspectivas de recuperación tiene, el que ha perdido más ancianos en sus residencias, el que más sanitarios contagiados y fallecidos ha soportado, el más afligido en muertes por millón de habitantes…

Patria

Me fío de quien, no teniendo nada, o casi nada, afirma con orgullo, tal vez con desaliento, tener una patria. Me fío porque ese mendigo, sin más riqueza que una bandera para abrigarse con ella, sabe quién es y a quién debe ser quien es, y quiénes sus antepasados, cuáles sus hijos y cuál el futuro que quiere para ellos.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? (III)

¿queremos una amalgama de razas y modos culturales exóticos, cada cual en su reivindicación, su queja y su exigencia, o miraremos con generosidad e ilusión por el futuro hacia el gran camino español? ¿Dejaremos pasar de nuevo la gran oportunidad de encontrarnos, al fin, con nuestro destino supranacional, volcado al occidente americano sobre todo, o nos conformaremos con ser una agencia de colocación de inmigrantes afroasiáticos, al servicio del globalismo y las élites burocráticas de la UE?

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? (II)

La Nueva Normalidad transpandémica consiste en un aglomerado de personas, cada una de su casa, resignadas a la pobreza y anhelantes de que el Estado no las deje caer en la miseria; en una nueva casta política, aprendiz de populistas y dictadores muy duchos en gestionar la escasez y la libertad relativa de la población, y en unos oligopolios hipermillonarios cuya estrategia de igualdad para las masas consiste en nivelarnos a todos por la medida paupérrima del último inmigrante que llegue a nuestro suelo con su última documentación extraviada en el viaje.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí?

La derecha siempre fue perezosa y poco amiga de movilizaciones y aparatos publicitarios; siempre fue más de periódico, café y siesta. Lo malo para ellos: que la prensa vegetal ya no pinta nada y se tarda menos en postear en twitter que pasar la página de un tabloide. Son otros tiempos y unos se han enterado y otros no.

Al sur del sur

…cómo sociedades prósperas de países ricos en recursos, tal como fue Cuba hace décadas, tal como fue Venezuela hasta hace relativamente poco, se han convertido en eriales arrasados por la codicia “revolucionaria”, el resentimiento de unos, el odio de otros…

Bulos, mentiras y verdades oficiales

De un gobierno ideológico como el que padecemos cabe esperar una lectura ideológica de la crisis y la pueril esperanza de atajar la pandemia con chamánicos remedios doctrinales: antifascismo, feminismo, igualdad y placebos de la misma índole; mas sería exigible que, al menos, ofrecieran a la población informaciones veraces sobre el alcance real de la catástrofe y las consecuencias que está teniendo para cientos de miles de familias así como para los trabajadores de la sanidad, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, el ejército y otros sectores movilizados en la lucha contra el virus.

Pandemia: el globalismo saca pecho

Quien gane el relato de la pandemia ganará la crisis, porque la batalla de las ideas no va a librarse en el terreno del debate científico, ni sobre datos técnicos, ni tan siquiera en torno a asépticas cifras sobre contagiados, fallecidos, recuperados, etc. Quien sea capaz de crear una posverdad útil a las masas empobrecidas y aterrorizadas por la magnitud de la última catástrofe, seducirá mayoritariamente la voluntad de esas mismas masas que se autoperciben desprotegidas, huérfanas de un discurso tranquilizador y muy faltas de líneas de esperanza en el futuro, por muy débiles que sean sus rastros.

Proyecto España: narcotráfico e impunidad

El presidente del gobierno Pedro Sánchez no mentía en la sesión de investidura, celebrada el pasado 4 de enero, cuando prometió a los españoles no endeudar más al Estado, incrementar el gasto público en un 3’5 del PIB (unos 40.000 millones de euros), y al mismo tiempo recaudar unos 6.000 millones extra mediante acciones fiscales urgentes, como las tasas a proveedores de servicios en Internet y la lucha contra el fraude fiscal.

Ciudadanos: el destino del centrismo

Ciudadanos se ha mantenido durante algunos años en la parte principal del escenario español porque enraizaba perfectamente con su presencia-referente en Cataluña. Pero tras la espantada (no encuentro otra manera más delicada de decirlo), de su líder Inés Arrimadas, inmediatamente después de ganar las elecciones de 2017, para catapultarse hacia el Congreso de los Diputados, el desenlace era previsible como una película de Martínez Soria.

Reseña de Antonio Machado, un hombre bueno

Por eso el libro de Pedro López Ávila sobre Antonio Machado tiene el raro valor añadido de la exactitud en la cercanía: una aproximación que busca la nitidez del paisaje histórico y del personaje, su vida y su tiempo, cuidándose de no emborronar aquella visión clara, amena y concisa, con la nebulosa de las propias opiniones del ensayista, sus conjeturas más o menos plausibles sobre lo fáctico pertinente, su interpretación de la historia a partir de la experiencia individual del biografiado.

La paradoja del precariado

El crecimiento económico genera bienestar, y eso está bien. El bienestar favorece el espíritu reivindicativo de las masas, y eso no está mal. La obsesiva vigilancia del precariado respecto a sus “derechos” ocasiona continuas situaciones de acritud, protesta destemplada, ansiedad mal gestionada y neurosis mal diagnosticada.

Reseña de «El Ateniense»

Esta es la primera lección que nos ofrece Pedro Santamaría en su flamante novela El Ateniense, publicada como de costumbre por Ediciones Pámies: la democracia es una maravillosa ideación en virtud de la cual cada ciudadano se sabe protagonista y responsable del destino de su comunidad, al tiempo que se reconoce sujeto inerme, prácticamente fútil, enfrentado al devenir de la historia y la voluntad de los ricos y poderosos.

Tened hijos

Mirad afuera, observad el mundo más allá de los muros de la patria, de los límites pequeños —entrañables, no lo dudo, mas insignificantes—, de vuestro lugar fuerte en la vida y la memoria, vuestra amada ciudad, vuestra querido región, vuestra tierra que no es vuestra, las raíces que no tenéis porque a los seres humanos nos salieron pies peregrinos, no rizoma. Mirad afuera y os convenceréis de que lo mejor, casi lo único provechoso que podéis hacer en la vida es aceptar y aplicar el bíblico “creced y multiplicaos”.

Utopías

La realidad es incierta porque la observamos y la interpretamos. Nada produce más desazón que pensar una naturaleza absolutamente objetiva, sujeta inapelablemente a las leyes de la física, exacta y fatal en el sinsentido de ser sin la presencia externa de la conciencia capaz de percibirla y, en la medida de sus posibilidades, explicarla.

Reseña de «El abismo democrático»

Propone Javier R. Portella la “construcción” de un mito moderno —o modernizado—, que otorgue sentido al magma de feroz individualismo, soledad y prozac —por no mencionar otros “estabilizadores” emocionales—, en el que habita desnudo el sujeto ciudadano occidental desde hace muchas décadas.

Cebras de paso

Cuando, en tiempos ya lejanos, la única expresión poética posible se enclaustraba en reglas obligatorias llamadas “métrica”, la declamación era un arte a veces delicioso y a menudo pimpolludo, tirando a ridículo. Cuando el verso libre impuso la evidencia de que una cosa es la música y otra el pensamiento y la emoción —y por más que quisiéramos, no pensamos ni sentimos conforme a las leyes del pentagrama—, la poesía, la moderna poesía, se convirtió en un género literario mayor de edad, para recogimiento y complicidad del lector.

Reseña de «La noche en que puede haber visto tocar a Dizzy Gillespie»

Recordar es reconstruirnos con la cordura que nos faltaba y sin la pasión que nos sobraba. Eso es justo lo que hace Antonio Tocornal en su notable, memorable novela La noche en que pude haber visto tocar a Dizzy Gillespie. Cuando París era París, más o menos la capital mundial de la cultura (pongamos a esa cultura todas las comillas que nos apetezca), un joven graduado en Bellas Artes, español por más señas, sumerge su existencia en la vorágine de la vida bohemia de la rive droite, entregado a una búsqueda cuyo objeto parece siempre importante pero nunca urgente.

Naturalezas agotadas

A vueltas con la evidencia de siempre, señalada por el filósofo (concretamente Nietzsche) hace siglo y medio: “Las naturalezas agotadas necesitan continuos estímulos para sobrevivir”. Es el mal del pensamiento contemporáneo en estas latitudes y longitudes de la civilización humana: no hay, sensu estricto, pensamiento.

Adefesio y poder

No hay discurso sobre la democratización de la cultura que no entrañe la aniquilación de la misma cultura y su suplantación por un discurso estético infantil y consagrado al beneficio común de lo grosero. El último ejemplo de esta monstruosa pretensión, en España, ha sido la fechoría perpetrada entre una ignorante —y por tanto osada—, vecina de Rañadorio (Tineo, Asturias), y un estúpido cura de pueblo, quienes son responsables materiales de la pretendida restauración de una hermosa talla románica y su transformación en un colorido esperpento de feria.

Cuando la economía participativa revienta el mercado

Uber, Cabify, Blablacar, Airbnb … nacieron como plataformas digitales de economía participativa, una iniciativa popular y “progresista” que evitaba los abusos, malas prácticas y precios prohibitivos de los oligopolios del transporte, el turismo, etc. Al mismo tiempo, se generaban razonables beneficios para gente sencilla, la cual nunca habría encontrado la manera de sacar buen provecho a la posesión de un piso antiguo en una gran ciudad o, sencillamente, un humilde vehículo.

Igualdad, ¿para qué?

La igualdad de los seres humanos es un postulado doctrinal de raíz judeocristiana, y un valor ideológico-político burgués. Alain de Benoist es especialmente crítico con el cristianismo (“el comunismo de la antiguedad»), al que considera germen del igualitarismo y el universalismo y, por tanto, motor ideológico de los fenómenos totalitarios del siglo XX. Los conceptos de clase (marxismo) y raza (nacionalsocialismo) son para Benoist, factores homogeneizantes, indiferenciadores e igualitaristas.

Reseña de «Al servicio del Imperio»

Una mariposa bate alas en Pekín y hay un tornado en Texas. La conjetura respecto a los sistemas dinámicos de la naturaleza ha sido certeza, desde siempre, en el magma orgánico de la historia. Un reclutador convence a dos jóvenes cántabros para que se alisten en las tropas auxiliares del imperio y el destino de una dulce muchacha que vive en un remoto pueblo de Judea queda marcado para siempre.

Reseña de «Piketty y el capitalismo en el siglo XXI»

Piketty es el economista de moda. No se sabe lo que va a durar ahí arriba porque las modas en esta disciplina tan técnica son como la bolsa: suben y bajan de un día para otro. Por aquello del sic transit gloria mundi es posible, incluso, que cuando se publique este artículo casi nadie se acuerde de quién fue Thomas Piketty. De momento, nos interesa saber de él que obtuvo en 2002 el premio al mejor joven economista de Francia, que fue asesor en política económica de Segolene Royale, candidata a la presidencia de la república; y que es director de la Escuela de Economía de París.

El enigma de la llegada de la noche

Los últimos datos oficiales del Ministerio de Sanidad sobre incidencia en la población de trastornos depresivos, crisis de ansiedad y otras psicopatías graves son de 2017 y se corresponden al período 2015-16. No están muy actualizados, pero como la situación no tiende a mejorar sino más bien todo lo contrario, podemos tratarlos como válidos para ilustrar una realidad que quizás muchas personas desconozcan: España es líder europeo en consumo de antidepresivos y ansiolíticos.

Reseña de «¡Es él ¡Ha vuelto!»

Sinceramente, cuando los animosos chicos de Ediciones Insólitas me propusieron leer, en pre-publicación, la novela “¡Es él! ¡Ha vuelto!”, pensé de inmediato que se trataría de una especie de réplica o diligente imitación de una fórmula de éxito: el que hace años tuvo la novela de Timur Vermes “¡Ha vuelto!”, con un argumento de sobra conocido y desarrollado en dos versiones cinematográficas de la obra, la alemana y la italiana (“Sono Tornato”).

Orwell y el socialismo democrático

El próximo 25 de junio se cumplirán 110 años desde el nacimiento de George Orwell, efeméride que bastantes medios de comunicación están aprovechando para reverdecer la figura del escritor que acudió como combatiente a la guerra civil española, se alistó en las Brigadas Internacionales, militó en el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), y tras aquella experiencia escribió sus célebres Homenaje a Cataluña y Recuerdos de la guerra civil española. Todo lo cual queda fino y muy en onda democrática, como debe ser.

Reseña de «El ciego de Delos»

Un cataclismo sísmico —anunciado durante generaciones—, destruyó la isla de Thera, actual Santorini, y fue origen, en espectacular 3×1, del mito sobre el hundimiento de la Atlántida, las plagas de Egipto y la agonía de la cultura minoica. Siglos después, la guerra de Troya concluiría con la irrupción de los dorios en el Peloponeso, la caída de la cultura micénica y el retroceso de la civilización en el Mediterráneo, aquella Edad Oscura durante la que se perdieron la escritura, la ciencia de navegar en alta mar y el arte del forjado del bronce.

Histerocracia y VII

Al principio de este panfleto afirmaba que existen alternativas al sucedáneo de civilización que nos llevan vendiendo, y nosotros llevamos consumiendo, desde siempre.
Alternativas. No La Alternativa. Nadie está en condiciones de prometer honestamente o proponer desde la sensatez esa Gran Alternativa que solucionará, tiempo y voluntad mediantes, los problemas fundamentales de la sociedad y nuestros propios conflictos existenciales. Si alguno lo promete, o lo propone, o siquiera sugiere trabajar con denuedo para hallar esa Alternativa Definitiva, o miente o es un perturbado.

Histerocracia VI

Sobre lo que piensen los nacionalistas al respecto no voy a argumentar nada, por mera coherencia que ellos, por cierto, no mantienen. Si su propósito es separarse de España y fundar una nación independiente, no tienen nada que decir sobre la forma en que España y los españoles organizan sus leyes y estructuras fundamentales del Estado. Lo de estar “a pájaros y huevos” es una política ya muy antigua y de sobra conocida por parte de los nacionalismos, por lo que tampoco merece la pena meterse en refutaciones ni debates.

Histerocracia (V)

Todos los teóricos, divulgadores y estudiosos coinciden en que una doctrina política, un partido, su ideario y programa, deberían reunir dos condiciones para ser en principio verosímiles:

-Haber surgido desde el mismo seno de la controversia, forjado en la contradicción de intereses estratégicos de sectores y clases sociales en liza.

-Ser útiles en momentos complicados, “especiales”, cuando las circunstancias reales son muy distintas a las existentes en el momento de su formulación.

Reseña de «El círculo hermético» de Miguel Serrano

La epifanía experimentada tras la lectura de Demian, de Hermann Hesse, provocó en Miguel Serrano el deseo entusiasmado de viajar a Europa y conocer al escritor que con la seducción de su palabra y pensamiento se había convertido en referente espiritual para miles de jóvenes idealistas de la época. Con su único libro publicado como equipaje, Miguel Serrano visitó a Hesse en su reclusión voluntaria en las montañas suizas, donde, según sus propias palabras, el silencio y la quietud “le permitían escuchar la voz de Dios”

Histerocracia (IV)

¿Por qué el independentismo catalán y la presencia de Podemos como partido político que aspira a gobernar España causan tanto fervor en sus partidarios como rechazo en quienes no lo son?
Cuando hablo de “rechazo” no me refiero a los detractores, enemigos ideológicos declarados de uno u otro fenómeno, o de ambos, sino a las personas que simplemente no comparten aquellos enunciados y propuestas.
Ambas causas parecen abocadas a despertar una simpatía inquebrantable o una antipatía espontánea.

Histerocracia (III)

Afirma Ortega y Gasset, en La rebelión de las masas, que “la política y la cultura son la superficie de la historia”. Son representaciones del ser presente de las sociedades en los ámbitos de lo ideal, bajo la consideración ineludible de que el ser presente fundamenta su consistencia (tanto ontológica como social), en la simultánea confluencia de un pasado común y un futuro de posibilidades e inquietudes compartidas.

Histerocracia (II)

Quién piensa hoy en “la clase obrera” como agente revolucionario? ¿Quién cree realmente que en estos tiempos, tal como Marx, Lenin y todos los teóricos del socialismo científico sostenían, el proletariado es la vanguardia dirigente de los trabajadores en la lucha de clases, ante cuyos intereses estratégicos deben quedar supeditados los del resto de sus aliados en la batalla contra el capital?.

Histerocracia (I) 

Desde 2006, aproximadamente el año en que la economía española empezó a desmoronarse, hasta hoy, finales de 2017, hemos tenido y lamentablemente perdido la extraordinaria oportunidad de reflexionar sobre las bases profundas y los valores esenciales sobre los que se fundamenta nuestro sentido como nación, comunidad de ciudadanos teóricamente libres y soberanos, y sobre el porqué de este desastre, esta debacle, las cifras insoportables de desempleo, la precariedad e inestabilidad en las relaciones laborales, la escuálida asistencia pública a los más necesitados, lo miserable de la mayoría de las pensiones, la imposibilidad para muchas personas de jubilarse sin que ello signifique ir a la bancarrota…

Unamuno en Fuerteventura

En Puerto del Rosario, capital de Fuerteventura, una placa luce sobre la fachada del edificio donde se albergó a Miguel de Unamuno durante su destierro (febrero a julio de 1924) en aquel desierto encapsulado en una isla. La leyenda conmemorativa es espectacular: “Parlamento de Canarias – Homenaje a Fuerteventura/ que supo ser patria/ en el destierro de/ Miguel de Unamuno./ 1985”.

Reseña de «La noche de autos»

La narrativa policial —llámese “novela negra”, “policíaca”, “detectivesca” … —, está de moda. Muy de moda. Un informe patrocinado por algunas de las más prestigiosas revistas literarias europeas (2017), establece un hecho incontrovertible: de cada diez best-sellers de narrativa en el ámbito de la UE, siete son novelas de este género. Es una buena noticia para los amantes de la especialidad. A quienes no nos entusiasma, nos deja fríos aunque no indiferentes.

Tóxicos

Una persona tóxica causa daño a los demás, se lo causa a sí misma y no consigue a cambio más que sinsabores. Igual que hay personas y personalidades tóxicas, hay ideologías tóxicas, devastadoras e inútiles; nada les sobrevive, nadie se beneficia de ellas (ni siquiera, a largo plazo, sus propagadores/activistas), y ni una frase de perdón condescendiente merecen en los libros de historia. Seamos sinceros: todo el mundo tiene derecho a mantener sus convicciones y exponer sus opiniones, pero ni todas las convicciones son respetables ni todas las opiniones son razonables.

Horrorizados

La imagen que ilustra este artículo tuvo recorrido viral en Internet y otros medios, incluida alguna que otra TV: en tanto las jerarquías municipales y autonómicas de Valencia expresan su repulsa tras los atentados de Barcelona ocurridos el pasado 17 de agosto, se aprecia la jocosa errata cometida por el chapuzas de turno, quien erró en la inclusión de una coma en el mensaje. La frase “No tengo miedo” escrita en valenciano (¿catalán?) y castellano (¿español?) se convirtió en una esperpéntica declaración: “No tengo por-no, tengo miedo”.

Reseña de «La Corona de los Tres Reinos»

Hay una alta edad media no romanizada, no cristiana, que habitualmente no es objeto de atención por parte de obras de narrativa, novela o ensayo, propias de nuestro ámbito mediterráneo latinizado. Las sagas nórdicas, tanto de origen islandés como noruego y danés, forman un corpus literario básico que influiría decisivamente en el desarrollo de la literatura occidental, en el orden de los relatos mítico-legendarios distinguidos por su carácter fundacional. Sin las sagas de los tiempos antiguos escandinavas, no es concebible la aparición de relatos como Beowulf, la saga artúrica o el Cantar de los Nibelungos.

Cataluña, la irrelevancia de un debate

Decía Xavier Zubiri que la Historia es voluntad de ser. Ortega abundaba en esta idea al señalar a la política y la cultura como “la superficie de la Historia”, atribuyendo a la “voluntad de permanecer”, expresada en la tradición, el pensamiento y la convicción “sobre lo propio”, la capacidad causante y autogeneradora de las sociedades. Parece de sentido común subrayar el detalle (no poco importante), de que las grandes naciones de Occidente se han erigido a sí mismas desde el fervor compartido por la inmensa mayoría de su población en torno a esa “voluntad de ser” y de “permanecer”.

Reseña de “Godos”

En el año 376 dC, decenas de miles de godos, huyendo del avance de las hordas de Atila, se congregaron en las orillas del Danubio que trazaban la frontera natural entre el imperio romano y las tierras de los bárbaros. El emperador de oriente, Flavio Julio Valente, dudaba entre impedir la entrada de aquellas masas de fugitivos o franquearles el paso, permitirles asentarse en tierras dacianas y aprovechar esta circunstancia para renovar la vitalidad de la sociedad romano-oriental, ya en decadencia; los godos aportarían población a lugares y cultivos abandonados, sus jóvenes guerreros se integrarían en los ejércitos imperiales, las nuevas granjas, cultivos y provechos aportarían nuevos impuestos…

El tiempo como ficción secundaria

Siempre me pareció un espanto llegar a convertirse en una de esas personas que suspiran por la llegada del fin de semana y después consumen el tiempo de asueto deprimidos porque el lunes se acerca. Aunque también es verdad que desde la infancia me enseñaron que “el tiempo es oro”. Si la sentencia se formulaba en lengua inglesa, “time is gold”, adquiría el prestigio casi glamuroso del estilo de vida anglosajón, americano nada menos, moderno y dinámico, un lema para la acción y un acicate de superación y perfeccionamiento personal que solía recompensar a sus devotos con la fortuna monetaria.

Cuba, un país, dos monedas y tres tristes tragedias

20 de julio. Varadero (Cuba), 21’30h. En la calle 62 y en el local de ocio con el mismo nombre tiene lugar una actuación en directo de un grupo salsero. La municipalidad corta la calle para dejar espacio a los turistas que desde muy temprano abarrotan los entornos. Un coche de policía y un vejete de la Defensa Civil, tocado con gorra roja reglamentaria, controlan el acceso de vehículos. De la seguridad y compostura se encargan los empleados del establecimiento, divididos en varias categorías: simples camareros, camareros con autoridad de funcionarios, vigilantes y supervisores.

Houellebecq, de maldito a maldecido

Decía Óscar Wilde que, para un escritor, la manera más segura de fracasar es obsesionarse por gustar a todo el mundo. Justo lo contrario de lo que lleva haciendo durante bastantes décadas el inclasificable Michel Houellebecq, sin duda el novelista contemporáneo más contestado (a menudo odiado), y el autor francés de mayor éxito en la actualidad. Sus libros se venden por centenares de miles, se traducen a decenas de idiomas y reciben distinciones y premios en muchos países. El último de estos sonados laureles le fue otorgado por su novela El mapa y el territorio, premio Goncourt 2010.

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